The Lancet: los médicos que usan inteligencia artificial empeoran su rendimiento

Son muchos los estudios que recientemente salieron a la luz mostrando cómo el uso de la inteligencia artificial podría potenciar el ámbito de la salud, mejorando la detección de ciertas patologías. Ahora bien, son pocas las investigaciones que exploraron cómo la exposición constante a la inteligencia artificial puede afectar la forma en que trabajan los médicos y otros profesionales de la salud.

Un metaanálisis de 20 ensayos aleatorizados mostró un aumento absoluto de la Tasa de Adenomas Detectados (TAD) del 8,1% con el uso de inteligencia artificial (IA) durante la colonoscopia”, asegura un artículo que se publicó en The Lancet este mes. “Ahora bien, a nosotros no nos interesaba estudiar si la inteligencia artificial mejora o no algo, sino cómo afecta a nuestro comportamiento”, explica el Dr. Marcin Romańczyk, uno de los investigadores del estudio, realizado en un centro de investigación en Polonia.

En palabras del estudio: “A pesar de su potencial, se desconoce si la exposición continua a la IA modifica el rendimiento del endoscopista durante la colonoscopia (estándar) sin IA. Esta pregunta es crucial”. Efectivamente, se trata de una cuestión esencial, ya que la adopción de la inteligencia artificial se está extendiendo rápidamente en campos de la salud y, según asegura el informe, estudios psicológicos en campos no médicos sugieren que la exposición continua a la IA podría modificar el comportamiento: por un lado, positivamente, formando a los profesionales clínicos, pero también negativamente, “mediante un efecto de descualificación, en el que el uso de la automatización conlleva un deterioro de las habilidades cognitivas”. La inteligencia artificial, al resolver ciertas tareas, podría llevar a que el profesional “desaprenda” o pierda ciertas habilidades que previamente había adquirido.

¿Qué descubrió el estudio?

La investigación se llevó adelante en cuatro centros de endoscopia de Polonia, que habían introducido herramientas de inteligencia artificial para la detección de pólipos a finales de 2021. El estudio se enmarcó en el proyecto Inteligencia Artificial en Colonoscopia para la Prevención del Cáncer (ACCEPT) y evaluó la calidad de las colonoscopias comparando dos fases diferentes: tres meses antes y tres meses después de la implementación de la inteligencia artificial. Para ello, se realizaron un total de 2177 colonoscopias, 1443 de las cuales fueron hechas sin uso de IA y 734 con IA. Los exámenes fueron realizados por 19 endoscopistas con formación en endoscopia completa (16 médicos y tres cirujanos generales), con más de 2000 colonoscopias cada uno, con ENDO-AID CADe como sistema de inteligencia artificial seleccionado para asistir los procedimientos.

Y los resultados fueron muy curiosos: la exposición continua a la inteligencia artificial redujo la tasa de detección de adenomas cuando el médico luego trabajaba sin asistencia de la IA. En números: la tasa de detección de adenomas sin usar inteligencia artificial y sin haberse expuesto a ella era del 28,4% y bajó a 22,4%, también sin usar inteligencia artificial, pero luego de que los médicos la utilizaran en otros procedimientos. Esto habla de una diferencia absoluta del 6%, “lo que sugiere un efecto negativo en la capacidad del endoscopista”. “Observamos una dependencia excesiva de la IA; esperamos que nos ayude, una vez que está apagada, algo que está ocurriendo inconscientemente”, agrega Romańczyk.

Este porcentaje tiene especial relevancia, ya que, tal como resalta la investigación, el cáncer colorrectal es un problema de salud importante. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente en el mundo (representa aproximadamente el 10% de todos los casos de cáncer).

“Para ser un buen médico en este campo, se necesita contar con una tasa de detección de adenomas del 30%, según muestran las recomendaciones internacionales del tema”, explica Mariano Laporte, cirujano especialista en coloproctología, que trabaja en el Hospital Alemán, y agrega que tener un ADR alto se asocia con una mayor prevención del cáncer. El estudio también lo señala: “Mantener una ADR alta se considera un objetivo importante tanto para los endoscopistas como para los sistemas de atención médica y los investigadores”.

¿Por qué se redujo?

“El estudio aclara que fue hecho por endoscopistas con mucha experiencia, que pueden sentirse menos responsables al estar respaldados por la inteligencia artificial”, opina Laporte y lo asimila al manejo: “Se puede comparar a la situación uso de cinturón de seguridad: uno maneja más tranquilo cuando lo usa, porque se reduce la posibilidad de un accidente fatal”.

La mirada del médico coincide con la conclusión de la investigación, que asegura: “Suponemos que la exposición continua a sistemas de apoyo a la toma de decisiones como la IA podría llevar a la tendencia humana natural de confiar demasiado en sus recomendaciones, lo que hace que los médicos estén menos motivados, menos centrados y menos responsables al tomar decisiones cognitivas sin la asistencia de la IA”.

Lo mismo ocurrió en otras investigaciones que cita el paper, entre ellas, un estudio que investigó el uso de la inteligencia artificial para la detección del cáncer de mama con mamografía: se vio que la capacidad de detección de los médicos disminuyó significativamente cuando se esperaba el apoyo de la IA.

Matías Cortiñas, director de Tecnología y Sistemas del Hospital Universitario Austral, opina que los resultados del estudio muestran lo que suele ocurrir cuando se introduce la tecnología en la vida del ser humano: “Nos vamos acomodando a lo largo de la historia, para aportar valor. Antes usábamos las cartas de navegación; hoy tenemos el GPS y ya no necesitamos esa habilidad. En medicina hoy tenés los robots Da Vinci, que te permiten operar casi microscópicamente, con mucha precisión. Se trata de un upskilling en sus actividades, propio de la evolución del ser humano“.

El especialista resalta los estudios que han demostrado que la inteligencia artificial sí mejora la eficacia, como el caso de los proyectos presentados en HIMSS (conferencia y exposición de salud global) en marzo de este año. “Hay programas que escuchan la consulta del médico con el paciente, interpretan y te hacen hasta la devolución, siempre con la validación del médico: eso permite que el médico te mire a los ojos, en lugar de estar escribiendo, y también que no se le pierda ningún dato importante. Luego hace un resumen de cara al paciente para después enviárselo; también genera las órdenes médicas en caso de que el especialista las pida”, explica Cortiñas, que señala que esto ahorraba dos horas diarias al médico.

En ese sentido, habla de que “hay que empezar a pensar cómo trabajar con la inteligencia artificial, porque el objetivo es salvar más vidas, no tanto ver cómo nos desacostumbramos o no a ella”. Para ello, habla de la importancia de repensar la formación de los profesionales, ya que “es una revolución que va a afectar a todas las industrias, cada una deberá estudiar sus desafíos y ver cómo aportar valor. En salud, un hospital que emplea inteligencia artificial se va a diferenciar del que no la utiliza”, concluye.

María Josefina Lanzi

VIALa Nación