La empresa Centro de Ensayos de Alta Tecnología S.A. (CEATSA), una sociedad entre la rionegrina Invap y la nacional Arsat, “ingresó en una fase de liquidación, razón por la cual ha dejado de prestar servicios”. El mensaje aparece en el sitio web de la compañía, sin mayores precisiones.
Más que una empresa en sí misma Ceatsa es una gran instalación dentro del predio principal de Invap en Bariloche.
La decisión de invertir 40 millones de dólares en este centro encontró su justificación en la necesidad de hacer los ensayos de los satélites que, según el plan del gobierno de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, iba a construir la empresa rionegrina en Bariloche.
Ceatsa es mayoritariamente de Arsat, una empresa del Estado nacional que maneja los dos satélites de comunicaciones geoestacionales que llevan ese mismo nombre, además de una red de fibra óptica y otros medios de telecomunicación. Invap es socio minoritario.
Hasta que este centro se inauguró, los satélites que construía Invap (todos de una escala mucho menor) se enviaban a Brasil para los ensayos por la falta de instalaciones en Argentina. Eso significaba un gasto extra muy alto y una logística demasiado complicada, además de la toma de riesgos.
Nación liquida Ceatsa, donde se ensayaron los Arsat
Por allí pasó la primera versión, además del Arsat-2, los dos Saocom (Satélite Argentino de Observación Con Microondas), y el Sabiamar (Satélite de Aplicaciones Basadas en la Información Ambiental del Mar).
Los ensayos a los que someten allí a los satélites y a sus prototipos simulan las condiciones a los que serán sometidas en la etapa del despegue del cohete lanzador y las que tendrán en el espacio durante su vida útil.
Por qué se liquida la empresa que ensaya satélites
“El año pasado decidieron cerrar Ceatsa por una optimización de procesos administrativos. Actualmente hay un convenio para el uso de las instalaciones para ensayos”, dijo un vocero de Invap, cuya conducción prefiere no aparecer en los medios.
“Luego vamos a tener un convenio de uso para alquilar la facilidad a terceros”, añadió. El convenio se hará con la empresa Arsat.
Tanto Ceatsa como Arsat, cuyo accionista es el Estado nacional, quedaron dentro de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, un organismo que depende del ministerio de Economía y que tiene la misión de privatizar.
Las aplicaciones que se pensaron como asociadas al propósito fundacional del centro de ensayos van desde la telefonía hasta la industria automotriz, aunque hasta ahora no hubo avances en la venta de estos servicios.
Cuando Invap comenzó a hacerse fuerte en el área de radares, el laboratorio sirvió para ensayar cuestiones menos mecánicas, ya que en las instalaciones hay una cámara anecoica (absorbe ondas sonoras o electromagnéticas, y elimina el eco y el ruido externo).
DIARIO RÍO NEGRO consultó a exdirectivos de Ceatsa y les preguntó por los ensayos en la industria automotriz. La respuesta fue que, como se trata de motores (con combustible y aceites) existía el temor de que se perdieran las condiciones de “cuarto limpio”, que sin indispensables para aparatos como un satélite.
El futuro de la fábrica de satélites de Invap es incierto. Desarrolló, junto con una empresa similar de Turquía, un prototipo de satélite a menor escala, que iba a ser el modelo para el tercer Arsat, pero no prosperó.
Cómo es el centro de ensayos de satélites de Bariloche
Un centro de ensayos de este tipo podría ser ocioso si en nuestro país no se construyen más satélites . El universo de elementos que podrían probarse en instalaciones preparadas para similar condiciones del espacio profundo, no es tan amplio.
En Ceatsa hay:
- Una cámara de termovacío, que es una especie de tanque en cuyo interior no hay aire y la presión es 10.000 millones de veces inferior a la del ambiente terrestre. Se aplican temperaturas extremas, de 150 grados centígrados sobre y bajo cero.
- Un “shaker” o sacudidor que somete al aparato a un movimiento extremo en sus tres ejes.
- Enormes equipos de sonido con columnas que rodean al satélite y aplican sobre él hasta 141 decibeles, el triple de volumen de un recital de rock.
- Una cámara anecoica, donde se reproduce lo que ocurre entre la antena y la Tierra y se analiza además la “autocompatibilidad electromagnética” para evitar que los componentes del satélite, una vez encendidos, dañen al propio satélite.
Martín Belvis
Comentario de AgendAR:
Esto es grave. CEATSA es una sociedad mixta de ARSAT e INVAP, con ARSAT dueña del 90% de las acciones.
INVAP es estatal, y aunque esto ofenda a unos cuantos, gana plata exportando reactores nucleares y radares.
Hasta 2017, cuando Mauricio Macri decidió que el país dejara de lado todos sus planes aeroespaciales, INVAP, con 7 satélites construidos y buenos, venía ofreciendo «expertise» satelital argentino al mundo.
La idea era repetir en el espacio orbital lo que INVAP logró en la Tierra: tomar un nicho del mercado y dominarlo. Es difícil, pero desde 2000 es la mejor constructora de reactores nucleares multipropósito. Gana todas las licitaciones internacionales.
Parece que eso jode a algunos.
ARSAT, también estatal, vive sin déficit ni subsidios, de vender señal de sus dos satélites en Sud, Centro y Norteamérica.
No hay maldito el motivo para liquidar CEATSA. Es vender -a precio seguramente vil- la segunda mayor cámara de testeos de pre-vuelo del Hemisferio Sur.
En 2017 la Cámara de Diputados se acordó de pronto de que era «Honorable» y destruyó el intento macrista de embretar para siempre a ARSAT con la Hughes Space. Hacían una UTE más bien eterna, el estado argentino ponía toda la plata, y la firma yanqui se quedaba con el 51% de las acciones y se adueñaba del programa argentino de telecomunicaciones «forever and ever».
Se armó quilombo en Diputados, y el abogado runfla que oficiaba de interventor de ARSAT se tuvo que volver a rosquear a Córdoba.
La Honorable, sin embargo, se quedó con deberes sin hacer. Por ejemplo, reanudar el diseño y construcción de la flota satelital de ARSAT. Honorable, ma non troppo.
La Hughes desapareció… por ahora. Es parte de la Boeing desde 2000, y parte de los proveedores del Pentágono. Algún cuadro de ese otro tótem a punto de quebrar desde 2019 debe estar leyendo esta noticia argentina con cierto interés buitre.
Desde hace un mes y medio, la Honorable Cámara de Diputados decidió resucitar y volver al trabajo. Le rebotó 37 decretos más bien horrorosos al gobierno de Javier Milei.
Sería bueno que ese alto templo de sabiduría legislativa le explique al país por qué no está deteniendo el troceo de CEATSA. Se necesita para defender la industria aeroespacial argentina. Y es un activo nacional de muchos centenares de millones de dólares. Pero lo van a partir y repartir como un pollo.
Mucho gato a alimentar, parece.
Daniel E. Arias