Durante la la VII Jornada Yerba Mate y Salud, investigadores de distintas universidades públicas del país y de Uruguay presentaron sus hallazgos sobre los distintos componentes de esta infusión y sus efectos en la salud humana. Durante el encuentro, además, se presentaron documentos inéditos de Bernardo Houssay, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1947, que ya había comenzado a investigar sobre este mismo tema a principios del siglo pasado.
“Me entere de su existencia leyendo un libro en inglés del investigador misionero Jerónimo Lagier, La aventura de la Yerba Mate, que entre sus citas mencionaba los trabajos de Houssay, que nadie sabía dónde estaban. Entonces, me desesperé por conseguirlos y empecé a buscarlos sin parar”, recordó el investigador Juan Ferrario, del Instituto de Biociencias, Biotecnología y Biología Traslacional de la Universidad de Buenos Aires (iB3-UBA) y el CONICET, y detalló que los trabajos que encontró fueron escritos entre 1938 y 1944, por solicitud de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate, que existía entonces.
En detalle, se trata de 28 reportes científicos sobre esta temática y más de 100 cartas enviadas por Houssay a distintos colegas, en las que se refiere a estas investigaciones. Todos los documentos fueron donados a la Biblioteca Central de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (FCEN/UBA), adonde fueron digitalizados y publicados, respetando normas y estándares internacionales para lograr copias de alta fidelidad, con identificadores web persistentes para garantizar su seguimiento a lo largo del tiempo.

“En el año 2022, Juan (Ferrario) apareció en la biblioteca con los documentos y nos comentó su intención de hacerlos públicos y empezamos a hacer el tratamiento archivístico de los documentos, su tratamiento de conservación, digitalización y después la publicación”, recuerda Lara Martínez, responsable del Archivo Histórico de FCEN/UBA, y detalla que lo primero que tuvieron que hacer fue reconstruir el contexto de producción de los documentos y la historia archivística. “Es decir, detectar qué pasó con esos documentos desde los años ’40, que estuvieron en el Instituto de Fisiología, hasta el 2020, que es cuando él los encontró: fueron 80 años en los que no sabíamos qué había pasado con esos documentos.”, subrayó.
Ferrario se especializa en investigar cuestiones vinculadas con la enfermedad de Parkinson pero, en este caso, se enteró de los documentos escritos por Houssay mientras escribia un libro de divulgación, junto a su colega Karla Johan Lorenzo. La obra se llama La ciencia del mate, forma parte de la colección Ciencia que Ladra, dirigida por Diego Golombek, y fue recientemente editada por Siglo XXI Editores.
“El otro día encontré un video del doctor Houssay, del año ‘60, dos años después de que creó el CONICET, en el que ya habla sobre la importancia de la investigación y de la divulgación. O sea, la divulgación es algo que los investigadores tenemos que hacer, y ya desde la fundación del CONICET quedaba claro que es una parte importante de nuestra de nuestra carrera”.

La química de la yerba mate y sus efectos sobre la salud
Durante el evento, que se desarrolló el 19 de septiembre en la FCEN/UBA, y fue organizado por la Biblioteca Central de esa institución académica junto al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), investigadores de distintas universidades públicas nacionales y de Uruguay presentaron estudios que analizan desde la caracterización de compuestos químicos presentes en la yerba mate, hasta la evaluación de los efectos fisiológicos del consumo de esta infusión sobre ciertos órganos y sistemas, como el digestivo, el cardiovascular y el cerebro.
Nelson Bracesco, de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República del Uruguay, por ejemplo, reflexionó sobre por qué y para qué investigar sobre yerba mate, mientras que su colega Ana Thea, bioquímica, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones, se refirió a las propiedades químicas de la yerba mate. Lucas Brun, doctor en Ciencias Biomédicas de la Universidad Nacional de Rosario, agregó que el consumo de esta infusión contribuye a la salud ósea y comentó que hay estudios que muestran que también ayuda a controlar la hipertensión y la salud del corazón, y que podría tener efectos contra la obesidad y la diabetes. Sin embargo, “no está comprobado que sea diurético ni que genere gastritis”, afirmó.
Ferrario, en cambio, comentó que el consumo de mate puede reducir los efectos de la enfermedad de Parkinson y proteger a las neuronas dopamirgénicas, que utilizan la dopamina como neurotransmisor para transmitir información y son cruciales para funciones como el movimiento, la motivación, la cognición y la regulación hormonal. Asimismo, dijo que el consumo de mato mostró mejoras en la respuesta motora, el estado de alerta y la sensación de placer.
Esta es la séptima jornada sobre yerba mate, salud y ciencia que organiza el IBYN, un organismo público no estatal que fomenta y financia la investigación sobre distintos aspectos de la yerba mate y su consumo como infusión. La primera fue en el año 2013, en la Universidad Nacional de Misiones, y siempre fue cambiando de sede para ofrecer mayor representatividad en todo el país. “En aquel momento quisimos dar a conocer la poca investigación que existía en esta área y entusiasmar a equipos de investigación que pudieran estar interesados en completar los vacíos de información que había en esta temática, que nosotros podíamos acompañar con el financiamiento o las becas que otorgamos”, dijo Verónica Scalerandi, subgerenta del área técnica del INYM.
Al respecto, agrega que la divulgación es “el alma” de estas jornadas y que este año agregaron un espacio de intercambio para investigadores y especialistas, que se desarrolló por la mañana en la misma facultad. “Para nosotros, hoy es una fiesta, porque juntamos la historia de lo mejor de la Argentina en investigación, la creación del CONICET, de la mano de Houssay, que fue su primer director, junto con un organismo como la Comisión Reguladora de Yerba Mate, que es el antecedente histórico del INYM, que retomó esa bandera de la CRIM sin saberlo”, dijo Scalerandi, y concluyó: “Hoy se juntan las dos banderas, la CRIM y nuestros investigadores modernos; aquel genio de la ciencia argentina y el trabajo humilde que estamos haciendo, de apoyar y acompañar la investigación”.
Vanina Lombardi