La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) completó la integración del AGR-T (Austral GNSS Receiver – Technological), el primer receptor GPS 100 % argentino diseñado para aplicaciones espaciales, al satélite SABIA-Mar, consolidando un nuevo avance en la autonomía tecnológica del país.
El AGR-T, desarrollado por el grupo SENyT de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), constituye un instrumento crítico para la navegación y el posicionamiento preciso del satélite en órbita. Hasta ahora, este tipo de equipos debía ser importado, por lo que su desarrollo marca un hito en la consolidación de capacidades locales en electrónica de alta complejidad para el sector espacial.
Un salto en soberanía tecnológica
El secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Darío Genua, destacó que “este desarrollo no es solo un logro técnico, sino una demostración concreta de lo que podemos hacer cuando articulamos ciencia, tecnología e industria”.
Por su parte, Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y técnico de la CONAE, subrayó que “todas las misiones satelitales de la agencia se han caracterizado por impulsar el desarrollo tecnológico nacional” y señaló que el AGR-T “es una muestra más del impulso que queremos seguir dando al crecimiento sostenible del país”.
El proceso de diseño y fabricación del AGR-T implicó desafíos técnicos de alta precisión, entre ellos la calificación de componentes electrónicos, la soldadura especializada y el desarrollo del software de navegación. El desempeño del sistema se evaluará en órbita, donde sus datos se contrastarán con los del GPS principal para validar su fiabilidad y precisión.

Integración en el SABIA-Mar
El receptor se integró recientemente a la plataforma de vuelo del satélite SABIA-Mar, actualmente en construcción en los laboratorios de INVAP (Bariloche) bajo contratación de la CONAE. El proyecto se encuentra en la fase final de integración del modelo de vuelo, mientras que el modelo de ingeniería ya está completo.
Durante la misión, el SABIA-Mar — destinado a la observación del océano y las costas sudamericanas— permitirá validar el AGR-T como una tecnología espacial de origen nacional, abriendo el camino para su uso en futuras misiones argentinas y regionales.
Comentario de AgendAR:
Como signo de los tiempos, el SABIAMAR es un satélite homeless.
Está sentado en la vereda por donde pasan cada cuatro años los gobiernos argentinos, y ninguno le pone un centavo en la gorra.
Parece el destino de la CONAE en general.
A nuestra agencia espacial ya le pasó lo mismo antes con los SAOCOM.
Iban a ser cuatro pero se terminaron dos. Y envejecieron tanto en la sala limpia de integración, allá en INVAP, que salieron al espacio con baterías de níquel-cadmio de los ’80. Son pesadas, de baja densidad eléctrica y recarga lentísima.
Pero si en los ’90 querías reemplazarlas por baterías de litio, mucho más eficientes, tenías que tirar todo lo construido, rediseñar y reconstruir el 100% del SABIAMAR original.
Los SAOCOM son imprescindibles para el manejo de suelos, napas y agua superficial en el campo argentino. Y esto el campo lo sabe, pero de ahí a poner un mango…
Ergo los SACOM son dos satélites de los ’80, aunque lanzados en la segunda década del siglo XXI y a punto de terminar su vida útil, sin reposición.
Con o sin GPS nacional, y según las prioridades de los sucesivos gobiernos desde que se murió Néstor Kirchner, este GPS no vuela, y el SABIAMAR tampoco.
Historia de dos proyectos satelitales homeless de una agencia homeless en un país homeless.
Daniel E. Arias


