Un simulacro de plan de ciencia

El Gobierno publicó sus Lineamientos Estratégicos en Innovación, Ciencia y Tecnología 2025-2027 mediante una resolución en el Boletín Oficial del 30 de octubre pasado. Esta hoja de ruta no incluye un diagnóstico sobre fortalezas u oportunidades del sector, ni tampoco metas que puedan ser medidas con indicadores sobre cómo lograr mejoras o de vinculación con el sector productivo. De todas formas, el documento sí puede ser claro en cuanto a las áreas del conocimiento que, por ejemplo, omite. Así, aunque no haya metas claras o financiamiento para la agroindustria, sí se plantea un interés, sobre el tema, algo que no ocurre con otras sistemáticamente atacas por el Gobierno, como las ciencias sociales.

El año pasado, la Jefatura de Gabinete había presentado lo que llamaban un Plan Estratégico 2024-2025, que no era más que una serie de generalidades como conectar más la ciencia con el sector productivo, fomentar a los emprendedores y bajar la burocracia usando herramientas de inteligencia artificial. De estos objetivos, ninguno fue cumplido ya que la principal política del Gobierno para la ciencia fue el desfinancimiento de proyectos y la falta de instrumentos para encarar nuevas investigaciones, inclusive en las áreas en las que demuestran interés.

El nuevo plan de lineamientos también es una lista de generalidades y su objetivo es cumplir con la implementación de la ley del Plan Estratégico en Innovación, Ciencia y Tecnología 2030 aprobado en 2023. Las áreas estratégicas promovidas serán: Agroindustria, Energía y Minería, Economía del Conocimiento e Innovación y Salud. El nuevo documento identifica algunas tecnologías transversales para su desarrollo en el país: Inteligencia Artificial, Biotecnología y Nanotecnología, Tecnología Espacial y Satelital, y Tecnologías de la Información y Comunicación. También menciona cuatro áreas del conocimiento: Ciencias Agrarias, de Ingeniería y Materiales, Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias Exactas y Naturales, y Ciencias Sociales y Humanidades.

«Leés este plan y no sabes qué ideología hay atrás, si es de un país desarrollado o en desarrollo, no hay instituciones, no hay diagnóstico, posición en la política internacional, nada», dice Hurtado.

Las 19 páginas del documento solo se dedican a definir qué se entiende por cada uno de estos conceptos. Llama la atención que en ningún momento se mencionen siquiera a las instituciones del sistema nacional de innovación, como el CONICET, las universidades nacionales o instituciones como el INTI, el INTA, o la CNEA.

El documento tiene solo la firma del subsecretario de Ciencia y Tecnología, José Luis Acevedo, expresidente del organismo de la gestión de autopistas de la ciudad de Buenos Aires (AUSA), y encargado del plan de privatización de autopistas nacionales. También es un colaborador de Diego Santilli, por lo que este jueves presentó su renuncia para, seguramente, ir a asistirlo en su nuevo rol de Ministro del Interior.

En contraposición a estos lineamientos, el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 es un documento de 174 páginas en el que se identifican oportunidades de desarrollo, capacidades en las diferentes provincias y metas a cumplir con plazos concretos y medibles, con un extenso trabajo previo con énfasis en lo federal y territorial, y con  instrumentos de financiación concretos. El impulsor de este documento fue el secretario de Planeamiento y Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación, Diego Hurtado. Hurtado dijo: “Hace unos meses, el secretario de Ciencia, Dario Genua, publicó en X lo que él llamó un plan estratégico. Me pareció una vergüenza que él pudiera creer que una carilla y media de vaguedades pudiera ser un plan estratégico solo porque le puso ese título. Sin metas, sin plazos, solo define áreas. Eso es algo que escribe alguien en una servilleta cuando tiene un rato libre y piensa a qué líneas se podría favorecer. Eso habla de cierta ineptitud e incomprensión de qué significa un plan estratégico”. En intercambios por la red social, tanto Diego Hurtado, como el titular del MINCYT Roberto Salvarezza le aclararon que ya había un plan estratégico, a lo que Genua respondió que le parecía horrible. En ese momento le fue aclarado que, aunque no le gustara, era una ley y debía cumplirse y no volvió a hablar del tema hasta la publicación de esta resolución.

El documento tiene solo la firma del subsecretario de Ciencia y Tecnología, José Luis Acevedo, expresidente del organismo de la gestión de autopistas de la ciudad de Buenos Aires (AUSA), y encargado del plan de privatización de autopistas nacionales.

“En este documento vuelve a aparecer lo mismo que en esa carilla y media que ya habían publicado: puras generalidades. Da vergüenza ajena y hace pensar que esta gente nunca leyó un plan estratégico, ni el Plan Argentina Innovadora 2020, ni el Plan Bicentenario 2020-2030, ni el Plan Ciencia, Tecnología e Innovación 2030. No sé si lo escribieron exclusivamente con inteligencia artificial pero hay mucha presencia de eso y poco de trabajo propio. Leés este plan y no sabes qué ideología hay atrás, si es de un país desarrollado o en desarrollo, no hay instituciones, no hay diagnóstico, posición en la política internacional, nada. El plan siempre empieza con un diagnóstico para saber de dónde se parte y después las líneas estratégicas y a partir de eso los instrumentos, los plazos, las metas”, dijo Hurtado.

Este plan tampoco tuvo una presentación formal por parte de los funcionarios, ni siquiera una mención en redes sociales, solo su publicación en el Boletín Oficial. Entre el año 2023 y 2024 la función Ciencia y Técnica del Presupuesto nacional tuvo una caída del 30% y el estimado para este año da una caída del 47%, por lo que hay pocos argumentos para afirmar que este plan estratégico pueda fomentar el desarrollo de alguna de las áreas del conocimiento de las que habla.

“Esto es parecido a lo que pasó cuando (Lino) Barañao fue primero ministro de Macri, y luego degradado a secretario, cuando decía que iban a fortalecer empresas de base tecnológica y el ecosistema empresarial mientras el ministro de Producción implementaba políticas que destruían decenas de miles de pymes. Pero el nivel de destrucción de pymes y capacidades industriales hoy es más acelerado que durante el macrismo. El plan estratégico tiene que ser puesto en función de las políticas, en su contexto. A menos que quieras hacer un plan solo para favorecer a dos o tres empresas amigas, pero eso no es un plan estratégico, es un Estado predatorio patrimonialista, que es lo que está haciendo Genua”, explicó Hurtado.

Y finalizó: “Negar la inversión pública en ciencia y tecnología es negar la posibilidad de que tu país tenga desarrollo económico. También hay que enfocarse en el nivel de los funcionarios: vamos por la segunda generación de funcionarios en todas la áreas en este Gobierno. El segundo presidente del INTA, un tipo que viene del lobby de siembra directa, APRESID, el segundo del INTI, y la segunda presidenta de la Agencia I+D+i, donde la primera renunció porque dijo que no estaba acostumbrada a no hacer nada”.

Matías Alonso

VIATSS UNSAM - Matías Alonso