Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) -el club de 36 países prósperos donde el gobierno quiere que incorporen a la Argentina- muestra que los salarios de los docentes argentinos se ubicaron en 2018 en el anteúltimo puesto de los 37 países considerados.
El salario docente argentino se empequeñece aún más cuando se lo compara con el de los países con los mejores niveles educativos. En la Argentina, el promedio anual es de US$ 19.741, mientras que el promedio de la OCDE es de US$ 41.884. Al tope del ranking está Luxemburgo, con US$ 90.782. Costa Rica es el país latinoamericano en donde los docentes están mejor pagos (US$ 28.165).
En conjunto, de los 33 países mejor ubicados que la Argentina, los primeros cinco triplican los valores del salario docente respecto a los nuestros. Los siguientes 15 los duplican. Además, de los mencionados, otros países que forman parte de la OCDE son: Canadá, Estados Unidos, Turquía, Reino Unido, España, Noruega e Islandia.
Este informe -publicado por La Nación y comentado por Alieto Guadagni, insospechados de simpatías por los gremios docentes- sacude más cuando en 11 de nuestras 24 provincias la negociación por los salarios y condiciones de trabajo de los educadores está en curso. En Buenos Aires, por ejemplo, el año pasado hubo 29 paros y la paritaria se resolvió de manera unilateral, por cansancio de maestros y padres, con una suba de 32% más un pago extra.
Seguiremos informado sobre esto, porque la educación es uno de los temas claves de la Argentina. Por ahora, nos limitamos a repetir una realidad obvia: para mantener una educación de buen nivel, como la que supo tener nuestro país, en el largo plazo es imprescindible pagar salarios de buen nivel. Sin eso, todo lo demás son palabras vacías.