Una delegación china se encuentra en la Argentina desde hace una semana para mantener conversaciones de carácter técnico sobre la construcción de la cuarta central nuclear en territorio nacional. La nueva central, que se llama tentativamente Atucha III y que construiría China, es bajo la modalidad «llave en mano» y el monto total del proyecto alcanzaría a 8 mil millones. Debemos señalar que la información proporcionada por las fuentes de Cancillería es imprecisa, y los científicos consultados por AgendAR no han sido incorporados a las conversaciones.
Es cierto que el avance ha sido lento, y ha habido un fuerte lobby en contra. «El proyecto sigue adelante porque, a pesar de la crisis local, se contempla hasta un 80% de financiación china a tasas bajísimas», indicó la fuente consultada por el periodista Sebastián de Toma.
Es uno de los mayores proyectos de financiamiento chino en la Argentina. Todo el proceso se inició durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner a finales de su mandato, en 2015. El gobierno de Mauricio Macri amenazó luego con dar de baja el acuerdo inicial pero solo se limitó a pasar de dos centrales a una sola, la cuarta, y a continuar las negociaciones buscando un trato presumiblemente menos oneroso para el país.
Estas negociaciones resultaron onerosas para la automomía tecnológica argentina, como señaló AgendAR en varias oportunidades. Se canceló la financiación de una central nuclear con tecnología argentina y quedó en pie, hasta ahora, la de una con tecnología china que estaremos comprando llave en mano.
Pero el énfasis de nuestros funcionarios fue en la forma de pago, que sería a través de los ingresos por la venta de electricidad una vez que la central esté funcionando, dado que el acuerdo incluye cuatro años de gracia para comenzar a pagar por la central. «Se paga sola», dicen desde el gobierno.
El papel de los proveedores locales
La industria nuclear local no está pasando por un buen momento. INVAP tiene problemas para encontrar nuevos contratos del gobierno nacional, más allá de la firma de un nuevo acuerdo con Holanda hace poco más de un año. Luego de la finalización de la obra de extensión de vida de la central Embalse, no hay financiación para continuar con la cancelada central de tipo CANDU y otros proyectos, como la fabricación del reactor prototipo Carem-25, sufren demoras.
Uno de los puntos que en conversación es que los chinos deban contratar un 40% de proveedores locales. Es por ello que el grupo comercial chino, luego de pasar por Buenos Aires, comenzó a moverse por el interior del país. Los destinos: Bariloche, donde se ubican INVAP, entre otros; Mendoza, sede central de IMPSA -que fuera propiedad de la familia Pescarmona hasta el año pasado-, y Neuquén, donde se ubican otras empresas del sector con participación estatal.
Otro proveedor considerado, en la lista que armaron en conjunto China y la Argentina, es la filial local de Siemens. «Son todos los que trabajaron en la extensión de vida de Embalse y que tienen certificación nuclear», explican desde el sector. Se descuenta que la mano de obra será local en lo que es la construcción, más allá que de seguro el proceso incluya a ingenieros chinos, algo natural teniendo en cuenta que el proyecto es «llave en mano». Además, en el país puede quedar la parte eléctrica de la nueva central, que estaría ubicada junto a Atucha I y II en Lima, Zárate (provincia de Buenos Aires), así como la fabricación de la vasija.