Los presidentes de Argentina y Bolivia, Mauricio Macri y Evo Morales, se encontraron en el aeropuerto de El Palomar para hacer un recorrido por las instalaciones con un objetivo en etapas: que el mandatario boliviano vea en persona uno de los aviones Pampa III que FAdeA le entregó a la Fuerza Aérea recientemente.
Se trata del avión que Argentina le entregará al país vecino como parte de un nuevo tipo de acuerdo de gas que se firmó en febrero pasado. Pero al mismo tiempo, FAdeA (la Fábrica Argentina de Aviones «Brigadier San Martín» S.A.) anunció que busca venderle a Bolivia al menos dos o tres más de estas naves. Según la empresa, sirven para entrenamiento militar pero también para vigilancia de fronteras ante la amenaza del contrabando y el narcotráfico.
La historia de este intercambio y oferta de venta empezó en febrero, cuando el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, suscribió una adenda al contrato de provisión de gas vigente con Bolivia hasta 2026, que establece un esquema diferente de precios y cantidades contractuales, con mayor estacionalidad en las entregas para el período 2019-2020.
Este acuerdo también conlleva también la entrega de un avión Pampa III fabricado en FAdeA ante un sobrecumplimiento del contrato en 45 millones de metros cúbicos durante los 5 meses de mayor demanda (mayo a septiembre).
La actual conducción de FAdeA, ansiosa en levantar la opacada imagen de la empresa, se ha apresurado a ofrecer la siguiente información: El IA-63 Pampa III es una aeronave de ultima tecnología y de proyección internacional. En medio de una reconversión de su trabajo, que incluyó negociaciones con el sector privado, el año pasado la empresa entregó 3 aviones Pampa III a la Fuerza Aérea. Esta versión ha incrementado la incorporación de componentes nacionales, llevándola a un 12% en la actualidad.
Estas aeronaves se pueden vender entre 12 y 15 millones de dólares, afirman en FAdeA, que también tiene en la mira a India y Nigeria como destino de los mismos.
Las aeronaves, construidas íntegramente en la provincia de Córdoba, donde tiene sede la empresa, y que terminan con una década sin producción de esa planta, son unidades de entrenamiento básico de avanzada y de ataque liviano. Alcanzan una altitud máxima de 13 mil metros y una velocidad de hasta 870 kilómetros por hora.
Diseñado a principios de los 80, este nuevo modelo fue modernizado y equipado con tecnología de última generación, especialmente en la cabina, donde todos los comandos son digitales, desde el registro de combustible hasta la planificación de una misión.
El vehículo cuenta con un nuevo motor turbofan de bajo consumo, un sistema de entrenamiento virtual EVA (Embedded Virtual Avionics), una cabina tándem full glass Cockpit y un sistema integrado de Navegación/Comunicación/Ataque.
Corresponde señalar que expertos con experiencia en la industria aeronáutica se han mostrado muy escépticos ante estas afirmaciones. Ellos a su vez afirman «FAdeA fabricó 3 Pampas entre 2009 y 2019, básicamente por falta de componentes (casi todos importados). ¿Eso es estar en condiciones de exportar? A lo sumo, pueden canibalizar los aviones Pampa que tienen en Tandil y las piezas acopiadas».
En opinión de AgendAR, esa discusión es irrelevante en este caso. Macri y Morales, por todas sus diferencias ideológicas y hasta filosóficas, están condenados a entenderse. Argentina necesita del gas boliviano, hasta y si los yacimientos de Vaca Muerta estén en condiciones de reemplazarlo (Las empresas que los trabajan exportan a Chile en el verano, cuando baja la demanda local. En el invierno… hay que importar).
Y el mandatario boliviano enfrenta el hecho que el gas no es una commodity global: los precios del transporte son muy altos, a diferencia del petróleo. Sus clientes principales son, obligadamente, Argentina y Brasil.