Con la medida que el viernes suspendió la actividad de delivery de las plataformas Rappi, Glovo y Pedidos ya, continúa el cruce de amparos y apelaciones en la Justicia, que tiene como protagonistas a las empresas, a los sindicatos, al Gobierno porteño y al juez Roberto Gallardo. Glovo, una de las aplicaciones, confirmó que recusó al magistrado. Además, se espera que se sumen las otras dos y también la apelación del Gobierno porteño. Este lunes, por su parte, Gallardo dictó la sentencia definitiva.
Esta pelea judicial tiene un significado que va más allá de la jurisdicción porteña: pone sobre la mesa una actividad que crece -la analizamos aquí en AgendAR- y que necesariamente provocará nuevas definiciones en los derechos laborales. Termine como termine ahora el caso.
A través de una resolución de ejecución inmediata, y en respuesta a una presentación de la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (ASIMM) la semana pasada, en la feria judicial, Gallardo suspendió la actividad de reparto en motos y bicicletas. Dispuso que las empresas regularicen la situación laboral de su personal, que cumplan con el Código de Tránsito y Transporte (ley 5526); además, bloqueó los pagos con tarjetas de crédito y ordenó que se hagan operativos policiales para decomisar las mercaderías de los repartidores.
También ordenó a la Ciudad que clausure y/o inhabilite de oficio a las app. Con excepción de los controles policiales, el resto de las órdenes por el momento fueron ignoradas.
Ahora, en la sentencia definitiva, Gallardo dispuso «encomendar al ministro de Justicia y Seguridad, Diego Santilli; al de Desarrollo Urbano y Transporte, Franco Moccia; y al de Gobierno, Bruno Screnci, que cada uno en el marco de las competencias gubernamentales que les corresponda, adopten todos los recaudos necesarios para llevar adelante los controles preventivos». Y aclara que, si no lo hacen, pueden ser denunciados.
Además de la recusación a Gallardo, se esperan las apelaciones de parte de las tres empresas y del Gobierno porteño. Según fuentes judiciales, una vez presentada, la apelación tiene carácter «suspensivo» de la medida, por lo que las apps pueden funcionar hasta que se vuelva a expedir la Cámara.
Glovo supera los 6 mil cadetes. Rappi cuenta con 2 millones de usuarios registrados, 7 mil repartidores y 3.800 comercios que venden a través de su app. Mientras que Pedidos Ya, tras la llegada de las otras dos, reconvirtió su negocio para competir también con una flota de repartidores propios.