Con el avance de la tecnología el agro fue incorporando cada vez más herramientas que benefician y agilizan los procesos del sector. En ese sentido, la implementación de productos biológicos en contraposición a los químicos es una novedad que ya pisa fuerte en varios países del mundo.
Una de las revelaciones de este año en el mercado local es Howler, un producto biológico creado por un equipo argentino cuyas muestras comenzarán a distribuirse por el mundo. El equipo estuvo liderado por un grupo de científicos del Conicet, en conjunto con la Estación experimental Obispo Colombres de Tucumán y la Universidad de Tucumán; luego, Summit Agro Argentina -una subsidiaria de la japonesa Sumitomo Corporation Group- se encargó de realizar el desarrollo global.
«Adoptar esos productos eco-friendly toma tiempo, pero la tendencia llegará [a la Argentina]», señaló el gerente general del Departamento de AgriScience de Sumitomo Corporation Group, Kazuma Suzuki, en su visita al país. Suzuki se refirió a la creación de Howler, un producto para vacunar cultivos y activar el sistema de defensa de las plantas, y contó cuáles son los planes de la empresa en el mercado agropecuario.
-Llegaron al país en un momento difícil.
Sí, Summit Agro Argentina se instaló acá en octubre de 2001, un momento muy difícil para el país en lo económico. Pero, gracias al gran esfuerzo del equipo, la compañía siguió creciendo año a año. Nuestro crecimiento aquí es más grande que el del mercado. La agricultura es el corazón de la economía y de la industria argentina. Así que tanto Summit Agro Argentina como la casa central de Sumitomo Corporation Group tiene un gran compromiso con vuestra economía.
-¿Cómo describiría el negocio de Sumitomo Corporation Group?
Históricamente, Sumitomo Corporation era una empresa de trading que cubría un enorme rango de industrias: metales, infraestructura, recursos naturales, medios, químicos, alimentos. Pero ahora nos gusta tener un rol de creadores. Generamos valor y prosperidad en diferentes industrias mediante muchas inversiones globales. Ya no solo se trata de comercio, sino también de manufactura, marketing, etcétera.
-¿Qué importancia tiene el negocio del agro dentro de Sumitomo?
Tenemos una larga historia en el negocio del agro. Empezamos en 1960 exportando productos japoneses a todo el mundo. Y hoy, debido al crecimiento de la población y a la importancia de la seguridad alimentaria, la agricultura es una de las industrias claves en las cuales nos estamos enfocando.
-¿Cómo ven a la región desde el Departamento de AgriScience?
Hoy, la facturación de nuestra unidad de negocio del agro tiene un valor de 2,4 billones de dólares norteamericanos. De ese total, podría decir que el 30% viene de nuestro negocio en América Latina, así que es realmente muy importante y nos gustaría poder seguir haciendo crecer nuestras ventas en el futuro.
-¿Llegan desarrollos tecnológicos exclusivos para la Argentina?
Nosotros somos una empresa que desarrolla tecnología a través de inversiones o convenios con empresas de R&D, principalmente de origen japonés, pero además, a través de nuestra presencia global, estamos en la búsqueda de nuevas tecnologías como fue el caso de Howler.
Enfocamos nuestro desarrollo en productos de protección de cultivo ambientalmente amigables, ya sean de origen químico o biológico y también cada vez más hacia la digitalización de servicios, por eso esperamos seguir aportando valor y soluciones concretas a los productores argentinos como lo hemos venido haciendo desde que se creó la empresa en Argentina.
-¿Cuáles son los problemas que deben enfrentar los productores argentinos?
Hay problemas como el tipo de cambio o la reciente inestabilidad. Lo observamos muy atentamente desde Japón. Pero creo que siempre tenemos que mirar hacia el futuro y no solo a corto plazo. Argentina siempre ha logrado superar las dificultades. Por eso, aunque en este momento sin duda hay dificultades, yo no me preocupo demasiado a largo plazo. Argentina es uno de los mercados prioritarios para el negocio del agro.
-¿Qué está ocurriendo con el negocio de los productos biológicos?
Aunque ahora vivo en Tokio, durante los últimos seis años estuve en Europa liderando nuestro equipo de Sumitomo Agro Europa. Y allí la dirección hacia las soluciones biológicas es muy clara, especialmente en Francia, España e Italia. Y acá en América también, en países como Chile, México o Estados Unidos. Muchas empresas ya están, gradualmente, apropiando soluciones biológicas de control. Utilizan soluciones químicas tradicionales y soluciones biológicas. Hoy, nuestra facturación en la actividad global de soluciones biológicas es de 35 millones de dólares. Nuestra idea es llegar a 100 o 120 millones, lo cual sería un 5% del total de nuestras ventas.
-¿Y en la Argentina somos más «conservadores» con este tipo de soluciones?
Depende un poco de nuestros colegas el iniciar o promover nuevas soluciones. Pero sí. Adoptar esos productos eco-friendly toma tiempo, pero la tendencia llegará. Esto no significa que ignoramos a los químicos, de ninguna manera, utilizamos químicos pero, gradualmente, tenemos que migrar hacia las soluciones biológicas
-¿Hay aportes tecnológicos argentinos?
Sí, claro. Se firmó un acuerdo global para desarrollar una tecnología creada por el Conicet, la Universidad de Tucumán y la estación experimental Obispo Colombres de Tucumán. Es un tecnología biológica, un producto de vacunación [llamado Howler] que se lanzó este año en Argentina para cereales de invierno y el cultivo de soja. Y el año que viene se van a estar distribuyendo muestras alrededor del mundo para iniciar el desarrollo en una gran diversidad de cultivos.
-Para concluir, ¿qué planes tienen para los próximos cinco años?
En primer lugar, tenemos una estrategia para priorizar ocho países: Argentina, Brasil, Rusia, Ucrania, México, Estados Unidos, Turquía e India. Vamos a concentrar recursos e inversiones en ellos. Luego, en lo que respecta a nuestro negocio agro, el «bio cambio» va a ser muy importante en muchos países, incluyendo la Argentina. Así que nuestro objetivo es tener el mejor servicio y cuantas soluciones sean posibles, no solo en agroquímicos sino también en productos como semillas, fertilizantes o incluso servicios tecnológicos. Esa es nuestra dirección.