Una publicación digital, Nueva Región, acercó hace algunas semanas un muy abreviado resumen de un capítulo del libro de Alan Beattie, ex economista del Bank of England y hoy editorialista del Financial Times, que trata de la evolución -o más bien, involución- de la economía argentina. Lo reproducimos aquí, rastreamos el original y agregamos un comentario:
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«En su libro “Falsa Economía: una Sorprendente Historia Económica del Mundo”, Alan Beattie se pregunta porqué Argentina no fue EEUU y su respuesta es simple: mientras EEUU repartió la tierra en parcelas pequeñas, Argentina se la dio a unas pocas familias.
“EEUU favoreció a colonos «squatters», Argentina a terratenientes”. El resultado inmediato fue que mientras en EEUU la poca tierra obligaba a innovación para optimizar y mejorar ganancias, al latifundio argentino le alcanzaba con vacas, ovejas y alambre de púa.
“Las economías rara vez se hacen ricas solo con agricultura, Gran Bretaña había mostrado el camino: industrialización” pero las élites argentinas rechazaron la industrialización para seguir mamando de la teta de la explotación agropecuaria latifundista.
“Entre 1880 y 1914 el sistema político norteamericano se adecuó dinámicamente a los cambios y las demandas de su población. El sistema argentino permaneció obstinadamente dominado por una minoría autocomplaciente.”
Dice Beattie que EEUU hubiese sido como Argentina si el Sur racista confederado hubiese ganado la Guerra Civil.
Al final de la 1ra guerra, las exportaciones de granos y carne cayeron. Al final de los 1920s, las exportaciones ya eran 2/3 menos. EEUU ya había comenzado un proceso de recambio económico. Las elites argentinas la rechazaron.
EEUU había comenzado su recambio económico con industrialización, y al final de la 1ra Guerra invirtió ahorros propios en quedarse con industria europea (sin recursos después de la guerra) y se posicionó como potencia mundial. La Argentina oligárquica desapareció del mundo.
Además de haber invertido sus primeros años de bonanza en un recambio industrial y usar esos recursos para adueñarse de la industria del mundo destruida por la guerra, EEUU ya era una economía de escala. Argentina no fue nada de eso.
No fueron los “70 años de Peronismo”, son los “120 años de Oligarquía”. Lo dice Alan Beattie, economista liberal del Financial Times, nada ni cerca del “populismo”, todo lo contrario.»
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Ese capítulo del libro de Beattie está basado en un artículo suyo para el Financial Times de mayo de 2009 «Argentina: The superpower that never was«. AgendAR desarrolló el tema de los inconvenientes estructurales que trabaron nuestro desarrollo en El mito de la decadencia argentina. Allí Díaz Bonilla, con más rigor estadístico, traza la interrupción del crecimiento de la base industrial argentina -hasta ese momento, muy respetable por los estándares internacionales- en las políticas antiindustrialistas aplicadas por el Proceso de 1976-83.
Nada es definitivo, por cierto, en las ciencias sociales. Y la economía es una de ellas. Es cierto que la tradición -con raíces anteriores a 1810- del reparto de latifundios desde el Estado- ha jugado en contra del desarrollo de una ruralidad próspera en el siglo XIX y buena parte del XX. Es cierto también que la dirigencia argentina no supo -no quiso- emprender el camino industrial cuando un Carlos Pellegrini planteaba su necesidad. Pero simplificar así el proceso de desarrollo de un país es demasiado… facilista. Los EE.UU. no se industrializaron porque el Norte ganó la Guerra Civil. El Norte la ganó -aunque el Sur tenía mejores generales- porque ya estaba industrializado.