Poco más de un mes después que se extendió en China el nuevo coronavirus, las perturbaciones a las cadenas de suministro están apareciendo en todo el mundo: desde fabricantes de automóviles hasta productores de teléfonos móviles y compañías de energía.
A medida que las cifras de contagio continúan aumentando, con más de 31 mil infectados y cientos de muertos, el impacto en la industria global también se está extendiendo. Toyota y Honda extendieron los cierres en sus plantas de China más allá de las festividades del Año Nuevo Lunar, mientras que la fabricante de iPhone Foxconn advirtió a sus empleados mantenerse lejos de sus nstalaciones en Shenzhen, un centro tecnológico que se encuentra a más de mil kilómetros del epicentro del brote en Wuhan. Y en un drama que cautiva a los mercados de productos básicos, dos de las mayores compañías energéticas de Europa rechazaron un «fuerza mayor» china en los contratos de gas natural licuado.
“Si la crisis se extiende, algunas compañías pueden considerar mover momentáneamente sus plantas de producción fuera de China”, escribió el analista sénior de mercado de Swissquote Bank Ipek Ozkardeskaya en una nota. “Medidas como esta probablemente tendrán un impacto en los precios en todo el mundo y afectarán las ganancias corporativas”.
Se estima que la epidemia podría provocar que las previsiones de crecimiento mundial caigan en u$s 160 mil millones.
Los fabricantes de automóviles son particularmente vulnerables a las perturbaciones. La ahora cerrada provincia de Hubei es el cuarto centro de fabricación de automóviles más grande de China. Los cierres de fábricas provocan una caída en las ventas en el mercado automotriz del país, el más grande del mundo: incluso antes del brote, las ventas se dirigían a una tercera disminución anual consecutiva sin precedentes. “Varios proveedores de componentes en Wuhan y la provincia de Hubei ya han dejado claro a sus clientes que no podrán entregar piezas debido a controles, cierres de plantas y otros efectos secundarios relacionados con el brote”, dice la firma de investigación LMC Automotive en un informe.
Los efectos se están extendiendo más allá de las fronteras de China. El martes, la surcoreana Hyundai Motor Co. se convirtió en la primera fabricante mundial de automóviles en detener la producción fuera de China debido a la escasez de componentes causada por el virus. Y el jueves, Fiat Chrysler Automobiles NV dijo que podría tener que cerrar temporalmente una planta europea en dos o cuatro semanas si la situación empeora.
Las ondas están llegando al corazón del capital tecnológico de China. Hon Hai Precision Industry Co., la fabricante de iPhone conocida como Foxconn, dijo a sus empleados en sus instalaciones de Shenzhen que no regresen a trabajar cuando el receso extendido del Año Nuevo Lunar finalice el 10 de febrero, según un memorando obtenido por Bloomberg News. La moratoria representa un esfuerzo extremo por parte del socio más importante de Apple Inc. para frenar la propagación del nuevo coronavirus. La base principal de fabricación de iPhone de Foxconn está más al norte de Zhengzhou, pero la costa de Shenzhen sirve como su sede central en China y la mayoría de las decenas de miles de empleados que trabajan allí son extranjeros. La compañía, además, ensambla una pequeña cantidad de iPhone en dicha instalación.
Hon Hai recortó su perspectiva para 2020 esta semana, al anticipar interrupciones en la cadena de producción cuidadosamente calibrada de Apple, así como una menor demanda del consumidor y crecimiento económico general. Como el empleador privado más grande de China y un socio clave para muchas de las marcas de consumo más reconocidas del mundo, Foxconn se ha convertido en un símbolo de alto perfil de la manera en que el brote podría interrumpir la fabricación china y, por lo tanto, el suministro mundial de productos electrónicos fabricados en el gigante asiático. Una disputa entre los productores de energía también ha estallado como resultado de la agitación. China National Offshore Oil Corp. trató de salirse de contratos para comprar gas natural licuado con el argumento de que el virus limitaba su capacidad de recibir el suministro: un argumento que Royal Dutch Shell Plc y Total SA rechazaron, según personas con conocimiento del asunto. Si bien es probable que CNOOC cancele la entrega de las primeras cargas, los proveedores probablemente buscarán una compensación de la empresa china, dijeron las personas, quienes pidieron no ser identificadas porque el asunto es privado.
Con grandes franjas de China en cuarentena virtual y viajes muy restringidos, miles de tiendas y centros comerciales han cerrado en todo el país. El viernes, la casa de moda británica Burberry Group Plc y Canada Goose Holdings Inc. se unieron a un número cada vez mayor de marcas globales que han advertido sobre el golpe financiero que recibirán de los cierres. Las más expuestas son las empresas de moda y artículos de lujo que se han vuelto cada vez más dependientes de los consumidores chinos adinerados para crecer.
Si el brote dura, también puede interrumpir la fabricación de ropa fuera de China. En una reunión con analistas esta semana, la minorista británica Next Plc dijo que el mayor riesgo que representaba el coronavirus para la industria de la moda era si se interrumpían los suministros de tejidos a países como Bangladesh, un importante centro para la fabricación de ropa. “Si el coronavirus se propaga a Bangladesh o los tejidos no pueden enviarse desde China, entonces todos los minoristas tienen un gran problema, ya que una proporción bastante considerable de ropa ahora se fabrica en el sudeste asiático y el subcontinente indio”, asegura Greg Lawless, analista de Shore Capital.
Incluso más lejos del epicentro, hay más signos de que el virus está perturbando los negocios. Ericsson AB se retiró del mayor evento anual de la industria de las telecomunicaciones, el MWC Barcelona, para proteger a su personal y a visitantes, y, sumado a la ausencia de otros grandes, decidió a sus organizadores a cancelarlo.
El evento, que ya no se celebrará del 24 al 27 de febrero, generalmente sirve como centro de contacto para proveedores y sus clientes. La ausencia de Ericsson habría dejado un vacío más grande que un campo de fútbol americano en las salas de exposiciones, según el plano que habían publicado los organizadores.