Frente a la pandemia del nuevo coronavirus, la única medida que, hasta ahora, es aplicada en la mayoría de los países es el aislamiento social, para disminuir la velocidad del contagio. En particular, es universal la decisión de aislar a quienes regresaron recientemente de una parte del mundo donde el virus se está propagando rápidamente. O si se ha tenido contacto con una persona infectada.
Medidas similares tienen una larga historia. Rueron impuestas en el pasado en Venecia, por ejemplo, para evitar la propagación de la peste negra. La palabra cuarentena viene de «quaranta giorni«, las 40 jornadas que las naves debían esperar en el puerto antes de desembarcar.
Ya antes, la ciudad de Ragusa -actualmente Dubrovnik, en Croacia- aprobó en 1377 una ley pionera en su tipo para frenar el avance de la pandemia.
La ley estipulaba que todas las embarcaciones y caravanas comerciales provenientes de zonas infectadas debían someterse a 30 días de aislamiento. De acuerdo a la normativa, esta cuarentena debía cumplirse en la ciudad vecina de Cavtat o en la isla de Mrkan , con el propósito de que la gente pudiera desinfectarse antes de entrar en la ciudad medieval fortificada.
«Así, Dubrovnik implementó «un método no solo justo, sino también muy sabio y exitoso, que prevaleció en el mundo«, señala Ante Milosevic, coautor del libro «Lazareto en Dubrovnik: el comienzo de la regulación de la cuarentena en Europa».
Ana Bakija-Konsuo, coautora del libro, añade que Dubrovnik fue el primer puerto mediterráneo en aislar a gente, animales y mercadería que llegaba de áreas infectadas por mar o tierra, y que los mantenía separados de la población sana, mientras que Venecia, interrumpió el comercio y detuvo la vida en la ciudad.
Lecciones que dejó la lepra y la peste
Como explica en su libro Bakija-Konsuo, el gobierno de Dubrovnik llegó a la idea de la cuarentena como resultado de su experiencia de aislar a los leprosos para evitar el contagio.
A lo largo de su historia, la ciudad fue azotada por numerosas enfermedades. La lepra y la peste fueron las que representaban entonces la mayor amenaza para la salud pública.
«La historia ha demostrado la prioridad de Dubrovnik en la ‘invención» de la cuarentena», dice Bakija-Konsuo.
«El aislamiento, como concepto, se había aplicado incluso antes de 1377, como se menciona en el Estatuto de la Ciudad de Dubrovnik, que se escribió en 1272 y donde está la primera mención del aislamiento de los pacientes con lepra. Este Estatuto es uno de los documentos legales escritos más antiguos de Croacia».
Después de que Ragusa estableciera su primer hospital temporal para la plaga en la isla de Mljet, centros de cuarentena en toda Europa empezaron a conocerse como lazaretos.
Bakija-Konsuo señala que tras la normativa de Ragusa impuesta en 1377, la cuarentena fue implementada primero en Cavtat, una pequeña ciudad al sureste de Dubrovnik y en islas cercanas (Supetar, Mrkan y Bobara).
«Inicialmente, el alojamiento en cuarentena era pobre, improvisado, en cabañas, carpas y, a veces, al aire libre. El beneficio de las cabañas era que podían quemarse fácilmente como medida de desinfección». En 1397, se tomó la decisión de establecer un centro de cuarentena en el Monasterio Benedictino en la isla de Mljet. Se construyó un lazareto en Dance en 1430 y, más tarde, uno más grande y más moderno en la isla de Lokrum.
El 12 de febrero de 1590, el Senado de Dubrovnik decretó que se construiría el último lazareto en Ploce, la entrada oriental del casco antiguo. La construcción del complejo lazareto se terminó alrededor de 1647. En 1724, el Senado proclamó que era una parte integral de las fortificaciones de la ciudad.
«El Lazareto conservó su función original mucho después de la caída de la República de Dubrovnik, pero no sabemos el año en que fue abolido como institución de salud; según los registros de archivo de los Archivos Nacionales en Dubrovnik, fue alrededor de 1872», dice Bakija-Konsuo.
«Este impresionante edificio de piedra representa no solo un complejo arquitectónico único, sino también una institución que describe mejor el rico patrimonio médico del antiguo Dubrovnik».