«Los números se expusieron en la mesa y fueron determinantes: después de tres horas de reunión, el presidente Alberto Fernández; el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, coincidieron en que por el aumento de contagios en el área metropolitana no hay margen para flexibilizar la cuarentena.
La prioridad estará puesta en el control de los barrios vulnerables y el transporte público; una de las medidas que se anunciarán hoy es que se reducirá la movilidad urbana e interurbana. En esto hubo coincidencia entre las tres administraciones.
«Es inocultable que hubo un aumento de los casos. La idea es trabajar coordinados. En todos los países del mundo cuando crecen los contagios se restringe más la circulación, no es un problema político, es epidemiológico», dijo Kicillof a la salida de la quinta presidencial de Olivos.
No habrá modificaciones ni se volverá atrás, pero el mensaje que emanará hoy en la reunión que mantendrán los equipos técnicos de Nación, provincia y ciudad es que la batalla contra la enfermedad está lejos de la victoria.
¿Por qué no se avanza en la flexibilización? La razón es simple: de los 474 contagios de ayer, 435 fueron en Capital y provincia. Eso puso de manifiesto que en la Capital y los 40 distritos que la rodean la tasa de duplicación de casos tiene un ritmo sensiblemente superior al del resto del territorio nacional y que, por ello, el estado de cuarentena se prorrogará.
El Presidente anunciará, probablemente mañana o el sábado, la extensión del aislamiento hasta el 8 de junio. La situación epidemiológica se conjugó con la tensión política que se profundizó en los últimos días entre la ciudad y la provincia.
En el encuentro, el cuarto entre los responsables de la Nación, provincia y ciudad desde que se impuso la cuarentena, se analizaron también varios aspectos frente a la pandemia, como la evolución de los casos de coronavirus.
En el último informe difundido ayer se reveló que hubo 475 nuevos casos, lo que llevó la cifra total de infectados a 9.284, de los cuales 403 fallecieron.
Además, los mandatarios abordaron la articulación entre el Estado nacional, provincial y de la Capital para abordar la problemática en los barrios vulnerables, la movilidad y el transporte en el área metropolitana, a fin de comenzar a definir cómo seguirá la cuarentena.
La situación de las villas
Preocupados por el brote de la enfermedad en los barrios vulnerables de la ciudad, el Presidente le ofreció a Rodríguez Larreta espacios para el aislamiento de los contagiados, sumar testeos y recursos humanos.
La reunión, a la que convocó el jefe del Estado, tuvo por objetivo unificar criterios y bajar la tensión entre las administraciones de Kicillof y Rodríguez Larreta.
Ayer, antes de este encuentro, Kicillof anunció que no flexibilizará el aislamiento en el territorio bonaerense. «El aislamiento es la política más efectiva contra el coronavirus, y en este contexto de aumento del contagio no sería lógico pensar en una flexibilización», aseguró el mandatario provincial tras recibir el consejo de un comité de expertos.
En la antesala del nuevo cara a cara con el jefe de gobierno porteño, el gobernador del distrito más importante del país volvió a expresar su malestar por la flexibilización que se registra en comercios y en materia de esparcimiento en la Capital Federal.
«Cuando crecen los casos se tiene que ser más rígido. No más flexible. Si en la ciudad van a abrir los comercios, que no vaya a trabajar la gente de la provincia», sostuvo Kicillof, aunque horas después aclaró que no tiene diferencia con Rodríguez Larreta en la pelea contra la enfermedad.
Si bien el jefe de gobierno porteño y su segundo, Diego Santilli, tienen decidido que no responderán a los cuestionamientos, en la sede administrativa de Uspallata en los últimos días creció el mal humor. Fuentes cercanas al jefe de gobierno advirtieron que el objetivo de Kicillof es «montar un relato» para evitar cargar con la responsabilidad del brote en la provincia.
Al Presidente lo acompañaron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Transporte, Mario Meoni, y la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti; mientras que junto a Rodríguez Larreta estuvieron Santilli; el ministro de Salud, Fernán Quirós, y el secretario de Transporte, Juan José Méndez, y por el lado de provincia asistieron el ministro coordinador, Carlos Bianco; el ministro de Salud, Daniel Gollán, y el subsecretario de Infraestructura, Alejo Supply. Finalmente, los esfuerzos del Presidente por llevar calma rindieron sus frutos.
Primero fue la fotografía con el jefe de gobierno el último viernes, como mensaje para los propios. Ayer, se dio el segundo capítulo. Para que no haya dudas, Kicillof dejó en claro que todos los interesados levantaron la bandera blanca: «Venimos trabajando muy bien en conjunto con Larreta», cerró el gobernador.»
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#BastaDeCuarentena fue «Trending Topic» ayer durante algunas horas en Twitter. Más significativo, un diario de gran circulación militó contra las medidas de aislamiento social, con un mecanismo habitual en el periodismo: si se leían sólo los títulos de las notas mientras se repasaban las páginas, el objetivo quedaba claro.
Como era previsible, no tuvieron el menor éxito. Ayer mismo se informaron otros 474 casos, nuevo récord de infectados en un día. Y estos tristes récords se van acumulando, sugiriendo el acercamiento del «pico» tan temido.
Y si no se demuestra excesivo temor en nuestra población, es por un consuelo pobre pero efectivo: la situación en la mayor parte del resto del mundo es peor. EE.UU., Rusia, Brasil… En el resto de la América del Sur, Ecuador, Perú, Chile están pasando por un muy mal momento. En Europa, Dinamarca, Noruega y Finlandia cerraron sus fronteras con Suecia, cuando este país pasó a encabezar el número de casos en la Unión Europea.
En nuestra opinión, el ruido mediático contra la cuarentena, refleja la real angustia que muchos sectores sienten ante una situación que sí los está perjudicando en forma grave. Y también, es inevitable, las operaciones políticas que tratan de conseguir el favor de esos sectores. Pero, por ahora, no tendrá peso en las decisiones. Si esos sectores -en gran parte opositores- son en promedio los que más cumplen con la cuarentena. Como decían nuestros abuelos «el miedo no es zonzo».
En otro plano, el entendimiento entre Fernández, Kicillof y Larreta, que tanto disgusta a los «verdaderos creyentes» de ambos lados de la grieta, es imprescindible para manejar la situación. Basta imaginar lo que sucedería si alguna de las tres administraciones tomara medidas contradictorias con las otras.
Pero los gobiernos locales y, sobre todo el gobierno nacional, en un país con una tradición presidencialista como el nuestro, deben tener presente que este consenso se mantendrá mientras la amenaza del coronavirus esté muy presente. Es necesario prever no sólo las medidas económicas sino las políticas que deben acompañar la futura flexibilización de la cuarentena.