GINEBRA.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que los ensayos clínicos para tratar el nuevo coronavirus con hidroxicloroquina, el fármaco que enamoró a Donald Trump y a Jair Bolsonaro, se reanudarán, tras haber sido suspendidos para efectuar una revisión de seguridad.
«Sobre la base de los datos de mortalidad disponibles, el Grupo Ejecutivo comunicará a los principales investigadores que pueden retomar los ensayos con hidroxicloroquina«, anunció el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
La OMS había iniciado hace más de dos meses ensayos clínicos sobre los efectos de la hidroxicloroquina, bautizados «Solidarity» –en los que participó Argentina, como informamos aquí-, con el fin de encontrar un tratamiento eficaz contra el Covid-19.
Pero según un amplio estudio publicado en la revista The Lancet, realizado con cerca de 15.000 enfermos, ni la cloroquina, ni su derivado hidroxicloroquina, son eficaces contra el coronavirus en los enfermos hospitalizados y estas moléculas aumentan incluso el riesgo de muerte y de arritmia cardíaca. Por eso, la OMS había decidido suspender los ensayos.
La interpretación que se dio de inmediato en las redes sociales a este giro de la OMS es que se trataba de una «rama de olivo» extendida a Trump. Pero no parece ser así.
Lo que omiten los cables de las agencias AFP y DPA, que divulgaron esta información, es que el estudio que apareció en The Lancet estaba basado en un análisis de datos llevado a cabo por Surgisphere, una compañía poco conocida en el ámbito científico y cuyas conclusiones sobre este punto han sido cuestionadas por muchos médicos y virólogos, según informa en artículo publicado en Science (en inglés; puede accederse aquí).
En AgendAR debemos decir que este es un momento delicado para el sistema de publicación científico, por la multiplicación de «pre-prints» sin control de pares. El motivo es la urgencia que se siente en todos los países por encontrar soluciones a la pandemia, que lleva a pasar por alto las precauciones tradicionales en la publicación de resultados.
Al no haber participado en los experimentos, sólo podemos agregar que el hecho que un remedio sea recomendado por Trump o por Bolsonaro no es evidencia científica de su inutilidad. Sí se puede decir que conviene conseguir una segunda y hasta una tercera opinión.