La demanda china sigue empujando las exportaciones argentinas de carne

(En AgendAR hemos observado en otros notas de Jorge Castro que, aunque es un analista muy bien informado, su entusiasmo por la economía china y la estadounidense puede llevarlo a errores de juicio. Pero en este caso debemos decir que la evidencia justifica sus afirmaciones).

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estimó que la producción china de carne de cerdo caería más de un tercio este año, y se reduciría a 36 millones de toneladas o menos. Esto ocurriría después de que la epidemia de “fiebre porcina” destruyo más de 40% del stock de carne porcina de la República Popular en 2019, lo que implico, aproximadamente, la pérdida de 400 millones de cabezas.

Por eso, USDA previó que las importaciones de carne porcina superarían este año las 4 millones de toneladas, lo que equivale a un alza de 42% en relación a los niveles de 2019.

El consumo de carne vacuna y aviaria actúa en China como subsidiaria de la adquisición de carne de cerdo, que es un componente central de la dieta de los 1.440 millones de habitantes de la República Popular, cuyo ingreso per cápita es de U$S 10.000 anuales, aunque la clase media que integran ya 440 millones de personas tiene niveles de ingresos de entre U$S 35.000 y U$S 45.000 anuales; y serian 750 millones en 2025, para superar 1.000 millones en 2030.

En ese momento, en los próximos 10 años, China podría considerase un “país de clase media” en el sentido estricto del término, con un ingreso por habitante que alcanzaría en esa etapa a 60% del norteamericano.

De ahí que a medida que cae el consumo de carne de cerdo, aumenta la ingesta de carne vacuna y aviaria; y lo mismo sucede con sus compras en el exterior.

Este fenómeno central del mercado chino afecta de manera directa a las exportaciones de carne de la Argentina, que ha mostrado una significativa recuperación en los últimos 30 días, debido a que la República Popular, tras haber controlado la pandemia en sólo siete semanas a contar del 27 de diciembre, ha normalizado en gran escala su economía, incluso en la provincia de Hubei, ciudad de Wuhan, epicentro de la crisis; y por lo tanto recuperaría en gran parte su demanda doméstica a partir del segundo trimestre de este año, con el consiguiente aumento de las compras en el exterior; y entre ellas, y en 1er. lugar, las carnes argentinas.

La clausura forzada de su economía que provocó el estallido del coronavirus hundió la economía china un 6,9% en el primer trimestre del año, pero luego los índices de abril mostraron señales nítidas de recuperación, lo que permite prever un alza del 4% al 5% anual en el segundo trimestre de 2020, y alcanzaría una recuperación plena en la segunda parte del año, incluyendo el boom de consumo de alcance global (U$S 6,9 billones) que experimentó hasta noviembre del año pasado.

Lo mismo ha ocurrido con otros grandes exportadores de carne vacuna, sobre todo en el rubro decisivo de los productos de alta calidad y elevados precios, donde el principal vendedor es Australia cuyas exportaciones a China aumentaron 81% en los primeros 11 meses de 2019, y superaron las 265.000 toneladas, con niveles record sucesivos en los meses de octubre y noviembre.

Lo notable es que fuera de la República Popular, las exportaciones de carne vacuna australiana aumentaron sólo 7% en el mismo periodo, lo que significa que los productores australianos han colocado prácticamente toda su producción en el mercado chino, debido a los altos precios que ofrecen (más de 40% de aumento respecto al año pasado), y han dejado virtualmente de lado sus tradicionales mercados de Japón, Indonesia, Canadá y las Filipinas.

Un dato estratégico central para el posicionamiento de las carnes australianas es que el gobierno chino ha rechazado ya dos cargamentos del producto australiano como sanción a haberse sumado el gobierno de Canberra a la política norteamericana de hostigamiento a la República Popular aduciendo fallas en el laboratorio de Wuhan, que habrían originado la pandemia del coronavirus.

VIAClarin