Sebastián Klinke, científico de la Fundación Instituto Leloir (FIL), integró el equipo a cargo de la producción de una proteína clave del coronavirus llamada RBD. Con esa molécula se inmunizó a caballos para producir las muestras iniciales de un potencial medicamento innovador, el primero desarrollado en Argentina y que ahora se está probando en un estudio clínico de Fase 2/3 aprobado por la ANMAT.
Muchos medios, desde AgendAR al New York Times han publicado sobre una de los pasos claves en la lucha contra la pandemia, hasta que se consiga la vacuna. Esta es la historia desde el Instituto Leloir.
«A comienzos de abril de este año, a tan solo pocos días de declarada la pandemia, todos los miembros del laboratorio de Fernando Goldbaum en la Fundación Instituto Leloir fueron convocados para participar en un proyecto muy ambicioso liderado por Inmunova, empresa de biotecnología surgida en 2009 de la FIL: la producción de anticuerpos equinos capaces de neutralizar al nuevo coronavirus SARS-CoV-2 como un posible tratamiento para combatir la enfermedad en pacientes infectados.
“Para ello, el primer paso del proyecto consistió en la producción de una proteína del coronavirus llamada RBD, la ‘llave de entrada’ que utiliza el virus para infectar a las células humanas”, cuenta Sebastián Klinke, integrante del grupo de Goldbaum e investigador del CONICET.
El laboratorio del que forma parte Klinke tiene una sólida trayectoria tanto en técnicas de cultivo celular como en la obtención y purificación de proteínas por ingeniería genética para estudios por cristalografía de rayos X. Su línea principal de investigación es el estudio de la bacteria Brucella y cómo el sistema inmune responde frente a ciertas proteínas de este microorganismo tan peligroso para la salud humana y animal, causante de la enfermedad brucelosis.
“Aprovechando esta experiencia previa, y junto con el generoso aporte de Andrea Gamarnik y los miembros de su laboratorio, logramos fabricar artificialmente una gran cantidad de la proteína RBD para inyectar a caballos. Estos animales generaron luego anticuerpos capaces de neutralizar al coronavirus en ensayos de laboratorio, lo que abrió la puerta para utilizarlos como un posible tratamiento en pacientes infectados”, explica.
El pasado 24 de julio la ANMAT aprobó el protocolo de investigación del estudio clínico de Fase 2/3 de este medicamento que ya está siendo producido a gran escala para utilizarlo más adelante si se comprueba su seguridad y eficacia.
“Muchísimos científicos de Argentina y de todo el mundo hemos trabajado en los últimos meses en proyectos para combatir el coronavirus aplicando nuestros conocimientos previos, como por ejemplo nosotros en el área de las ciencias biomédicas, y no dudamos un segundo en participar en estas iniciativas”, señala Klinke quien también integra el comité organizador del Concurso Nacional de Crecimiento de Cristales para Colegios Secundarios de Argentina organizado por la Asociación Argentina de Cristalografía.
Y concluye: “Estoy seguro que nunca en la historia de la investigación científica hubo tantas energías puestas en combatir un problema puntual como ahora. En lo personal siento mucha satisfacción de poder ayudar con mis conocimientos a intentar combatir la pandemia en un proyecto tan relevante para nuestro país como es el suero equino anti COVID-19”.