El gobierno argentino anunció anoche que desistía de presentar al secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, como candidato a ocupar la Presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), debido al escaso apoyo regional que obtuvo el reclamo de postergar la elección. Está prevista para mañana, sábado 12 de septiembre.
El gobierno adelantó también que se abstendrá en la votación. De esta manera el candidato de Donald Trump, Mauricio Claver-Carone, quedó sin competidores que puedan trabar su futura designación como titular del organismo internacional de crédito.
“Dejamos sentada nuestra coincidencia con las múltiples y respetadas voces de las más variadas procedencias políticas, académicas, sociales e ideológicas, que han expresado la inconveniencia para America Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional de la institución, que se ha mantenido durante sus 60 años de existencia como un ámbito plural, al servicio del interés de los latinoamericanos y caribeños y sin convertirse en una herramienta de intervencionismo diplomático de naturaleza alguna”, explicó la Casa Rosada en una declaración posteada en la cuenta oficial de Twitter.
Alberto Fernández, junto a su colega de México, Andres Manuel López Obrador, la cancillería de Chile, el representante de la Unión Europea, Joseph Borrell y una serie de personalidades latinoamericanas -Ricardo Lagos, Juan Manuel Santos, entre otros- habían cuestionado que se rompiera con el acuerdo tácito que la presidencia del BID era para un latinoamericano, así como la del FMI para un europeo y la del Banco Mundial para un estadounidense.
Pero no hubo un apoyo significativo en los países de la región. La mayoría prefirió acompañar la decisión de la Casa Blanca.
La comunicación oficial agrega: “Al manifestar esta posición e invitar al resto de los países miembros del BID a ejercer en el mismo sentido su abstención en la próxima Asamblea, también nos hacemos eco de la inoportunidad de su celebración, en medio de una pandemia planetaria que no ha permitido un adecuado y reposado debate sobre el futuro del BID, y que muy por el contrario corre el riesgo de profundizar la división de nuestra región”.
Mauricio Claver-Carone, un estadounidense de ascendencia cubana, y asesor de la Presidencia en los temas de América Latina, es un conocido «halcón» en sus posturas públicas sobre Venezuela y Cuba. Vino a Buenos Aires en diciembre del año pasado como enviado de Trump para la asunción de Fernández, pero se retiró disgustado por «la presencia de funcionarios del régimen de Maduro que permanecen bajo el esquema de sanciones internacionales».