Casi la mitad de los adultos de entre 35 y 54 años admite que, desde el aislamiento obligatorio que ya cumple seis meses, su consumo de alcohol aumentó, tanto en volumen como en la frecuencia en la que toma.
Un análisis realizado por un grupo de sociólogos del Instituto Gino Germani del Conicet que comenzó en mayo a 4 mil personas de distintos rangos etarios en el AMBA determinó que, de la población encuestada total, el 45% admitió que su consumo personal aumentó desde que se inició el aislamiento preventivo y la cantidad de personas que tomaban todos los días se triplicó con respecto a antes del confinamiento.
Según Martín Güelman, sociólogo que participó en el estudio, los factores motivadores son variados. “No tenemos certeza absoluta, pero notamos que los encuestados atribuyen el aumento a la incertidumbre, la desorganización del tiempo y falta de una rutina estable”, dice Güelman.
Tendencias
En general, los estudios en otros países muestran aumentos del consumo en los primeros momentos de la pandemia y disminución cuando las personas empiezan a tener mayores restricciones de ingresos por la crisis económica. Se ha visto también en otro tipo de situaciones críticas”, agrega el experto.
El aumento no fue igual en todos los grupos. El 55% de los adultos entre 35 y 44 años percibieron un aumento en su bebida mientras que 49% dijo lo mismo entre aquellos de 45 a 54 años.
Otro factor que notaron fue que la elevación se vio en aquellos cuyas jornadas laborales se vieron más impactadas por la cuarentena, tanto en aquellos que vieron una disminución del horario de trabajo como en aquellos que vieron un incremento del mismo. Esto indica que el efecto de la pandemia sobre las rutinas ha sido un factor clave.
Adicciones
“La rutina nos ayuda a encubrir ciertas situaciones o ciertos conflictos que en el diario vivir, los podemos dejar en el freezer”, opina Sandra Schmunk, psicóloga especialista en adicciones. “El no poder seguir adelante con la rutina hace que el individuo empiece a descubrir aquellos conflictos que no estaban resueltos. Por lo tanto, quedan dos caminos: enfrentarlos y resolverlos, o refugiarse en el consumo de sustancias para seguir dejando en el freezer aquella situación no resuelta”.
Otro dato que destaca el estudio de Conicet es cómo caracterizan los individuos sus hábitos de consumo. Entre aquellos que notaron un incremento en la cantidad de alcohol que consumen, el 90% “no consideró problemático” su nivel de consumo alcohólico.