Mientras el coronavirus se propaga en forma alarmante por Europa, la jefa del gobierno de Alemania, Angela Merkel, lanzó ayer sábado una fuerte advertencia a la población y pidió que todos limiten al máximo su vida social. Más aún, los llamó directamente a no salir, cuando el país registró un récord diario de contagios.
«Lo que sucederá en invierno, lo que sucederá en Navidad, se decidirá en los días y semanas venideros».
Alemania registró 7.830 casos de coronavirus en 24 horas, un récord para este país, que no contabilizó cifras tan altas ni siquiera en la primera ola de la pandemia, aunque en aquel momento no se realizaban tantos test de diagnóstico.
Desde que la epidemia llegó al país murieron 9.767 personas, 33 de ellas el viernes.
Merkel insistió una vez más en la necesidad de respetar la distancia, usar barbijo y ventilar los espacios cerrados, pero reconoció que hay que «ir un poco más lejos».
El gobierno alemán había decretado el miércoles nuevas restricciones, entre ellas el cierre nocturno de bares y restaurantes a partir de un cierto número de infecciones, pero la justicia dejó sin efecto esta medida en algunos lugares, como Berlín, por considerarla desproporcionada.