La Corporación Nacional Nuclear de China (CNNC) anunció que la unidad 5 en la planta de energía nuclear de Fuqing (provincia china de Fujian) llegó a su primera reacción sostenida o en cadena el pasado 21 de octubre.
La unidad, el primero de dos plantas de demostración Hualong-1 en el sitio, está programada para comenzar a operar comercialmente (es decir, vender electricidad) a fines de este año, y la unidad 6 lo seguirá a fines del próximo año.
La Unidad 5 será el primer reactor Hualong-1 en servicio en el mundo. Es uno de los 10 productos de exportación con el que China pretende borrar su vieja imagen industrial en el mundo, basada únicamente en bajos precios, y hacerse valer como un país de tecnología sofisticada que vende productos y sistemas de alta calidad. El nombre mismo de la Hualong-1 trasunta orgullo nacional: significa «Dragón chino». No sólo es una máquina, sino un emblema.
Esta noticia, que aquí desarrolla WNN, World Nuclear News, es de especial interés para nosotros los argentinos. Porque la CNNC es la corporación china que está en negociaciones, muy avanzadas, con nuestro gobierno para vendernos una de estas plantas de potencia Hualong-1, idéntica a la que hoy «se puso crítica» en Fuqing. Seríamos el 2do cliente internacional de la Hualong-1 y el primero en Occidente: Pakistán compro dos unidades, hoy en construcción en los alrededores de Karachi.
La Hualong se ofrece a la Argentina en condiciones económicamente favorables, es cierto. Pero en AgendAR no queremos abandonar el proyecto de Atucha III con tecnología CANDU, una máquina de tubos de presión moderada y enfriada por agua pesada. Atucha III CANDU sería similar a la de la central cordobesa de Embalse, pero con una potencia de 740 MW.
Las CANDU son plantas que tienen 60 años de experiencias y mejoras en 7 países del mundo. La tecnología la conocemos bien, la podemos construir cuantas veces querramos en territorio propio y también reparar. Más aún, una CANDU quema uranio natural, es decir sin enriquecer, lo que nos vuelve independientes en materia de combustibles.
El uranio natural genera, desde 1974, toda nuestra electricidad nuclear. Pero además nuestras plantas pueden también funcionar con otros combustibles nucleares, ligeramente enriquecidos o reciclados, entre ellos el torio, 4 veces más abundante que el uranio en la corteza terrestre.