Horas después que el presidente ruso Vladimir Putin anunciara una campaña de vacunación contra el coronavirus «a gran escala» a partir de la semana próxima, desde ese país aseguraron que Argentina podría producir esa vacuna.
El anuncio lo hizo el director general de Russian Direct Investment Fund (RDIF), Kirill Dmitriev, la empresa a cargo de su desarrollo.
Dmitriev sostuvo que el objetivo de Rusia es «generar un espíritu de asociación y trabajo en conjunto, así que países como India, China, Corea, Brasil y Argentina, entre otros, podrán producir la vacuna en sus territorios«.
Dmitriev agregó que la eficacia de Sputnik V es de 91,4 por ciento, y que es la más barata de las presentadas hasta ahora, con un costo de menos de 10 dólares cada una de las dos dosis necesarias para lograr la efectividad.
También confirmó que la vacuna necesita conservarse entre los 2 y 8 grados, un dato clave para el operativo que los países deberán desplegar para vacunar a su población. Esto último es una ventaja decisiva en un territorio extenso como el de nuestro país, donde sería difícil garantizar la cadena de frío necesaria para la vacuna de Pfizer, por ejemplo (80° grados Celsius bajo 0).
En la presentación, recordó que la Sputnik V logra su eficacia a los 7 días de la segunda dosis y 28 días después de la primera pero que el porcentaje de 91,4 por ciento podría llegar al 95 por ciento luego de 42 días.
Señaló, además, que la vacuna rusa se basa en un adenovirus, el mismo utilizado desde 1953 para combatir el ébola, que más de 40 países que «representan el 40 por ciento de la población mundial expresaron interés» en la Sputnik V y que 1.200 millones de dosis ya fueron producidas.
.
La posibilidad de participar del proceso de producción le permitiría a Argentina poder reducir los costos y asegurar el acceso a la vacuna.
El Gobierno nacional había anunciado que el acuerdo con Rusia le garantizaba la disponibilidad de 25 millones de dosis de la Sputnik V, a las que se sumarán otras 22 millones de dosis del convenio con AstraZeneca, la vacuna desarrollada con la Universidad de Oxford, Reino Unido.
Como hemos explicado en AgendAR aquí, Rusia no tiene una industria farmacéutica significativa, al nivel de su desarrollo científico. Sus vacunas son producidas, en su gran mayoría, en plantas de India y de Corea del Sur (en las que, dicho sea de paso, también se fabrican los medicamentos que luego distribuyen las grandes marcas bajo sus nombres). Es probable que Argentina esté en condiciones de fabricarla en su territorio, aunque, por supuesto, no será para estas primeras campañas de vacunación.