El gobierno prevé el despegue de un Airbus 330 de Aerolíneas Argentinas entre el miércoles y viernes, para traer desde Moscú 300 mil dosis dos días después.
El Gobierno alistó un operativo logístico y administrativo para ejecutar la semana que viene un primer arribo a la Argentina de la vacuna rusa Sputnik V, que incluirá un vuelo especial de Aerolíneas Argentinas a Moscú.
La gestión implicará una labor coordinada de varias áreas de la administración de Alberto Fernández: el Ministerio de Salud y sus organismos de control, la línea aérea de bandera y la autoridad regulatoria aérea. En el gbierno aclaran que la concreción del vuelo dependerá del cumplimiento por parte de la Federación Rusa de los plazos acordados para las primeras entregas.
Las declaraciones de ayer miércoles del ministro de Salud, González García, alimentaron la incertidumbre y han sido criticadas. Pero el hecho es que la fecha de inicio de la campaña de vacunación que anunció Alberto Fernández, con 5 millones de vacunas en enero y otro tanto en febrero con prioridad para los trabajadores de salud y de otros rubros esenciales y para las poblaciones de riesgo no depende solamente del gobierno: el Estado argentino no tiene las vacunas en su poder.
Científicos y voluntarios argentinos han participado en los ensayos de prácticamente todas las vacunas aprobadas o de inminente aprobación. Nuestro país está entre la minoría de los que pudieron comprar por anticipado las vacunas, y no depende de los mecanismos de distribución que implementaron las Naciones Unidas.
Pero… sus bolsillos no son, ni de lejos, tan profundos como los de EE.UU., China, Gran Bretaña, la Unión Europea y Rusia, los países que han financiado el desarrollo de sus propias vacunas y ya han empezado a vacunar en forma masiva. Y ninguna potencia va a privilegiar el cumplimiento por encima de sus propios intereses y la salud de su población. Por ahora, la Federación Rusa -el Centro Gamaleya y el Fondo Soberano- es el proveedor que ha promete entregar antes partidas significativas de su vacuna.
Las gestiones en Moscú de la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, y de la asesora presidencial Cecilia Nicolini auguran un buen resultado, pero faltan trámites y documentaciones que para la Argentina son ineludibles antes de dar inicio al operativo logístico.
Los funcionarios de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) que forman parte de la delegación que viajó a Rusia no habían recibido ayer toda la documentación comprometida por la Federación Rusa y desde la cartera sanitaria local advirtieron que hasta que ello no sucediera no darían la señal de largada para la salida de un primer vuelo. Recién con ese aval en la Argentina se darán los pasos desde Aerolíneas y la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para presentar un plan oficial de sobrevuelo a sus pares moscovitas.
En Aerolíneas Argentinas por lo pronto se montó un plan de vuelo para el miércoles próximo, aunque también se pautaron opciones para los dos días siguientes. El operativo tiene muchas similitudes con el que se montó en el inicio de la pandemia para la importación de insumos sanitarios desde China. Al igual que en aquella ocasión, y luego de 42 vuelos que desde entonces cubrieron esa ruta, la línea de bandera ya avanzó incluso en el diseño de una tripulación junto con la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).
El plan prevé la reserva de un Airbus 330 despojado de asientos para facilitar su carga. El operador logístico es la empresa multinacional THL y el propio laboratorio ruso comprometió una garantía de refrigeración sobre la carga que incluirá su disposición en cajas con un gel que mantendrá la temperatura constante durante todo el traslado. En Aerolíneas Argentinas calculan que para cubrir el contrato íntegro con el instituto Gamaleya, por 10 millones de dosis de la Sputnik V, harán falta entre 15 y 20 vuelos a un costo de entre 300 mil y 500 mil dólares cada uno.