Con pocas horas en el cargo de presidente de Estados Unidos, Joe Biden firmó 17 decretos y directivas presidenciales, poniendo en marcha una reversión de algunas políticas distintivas de Donald Trump y fijando la imagen que quiere se tenga de su gobierno.
Estas medidas incluyen algunas que están entre las atribuciones directas del presidente según la legislación estadounidense, otras que son proyectos a enviar al Congreso y otras que son poco más que expresiones de intención. Pero el conjunto expresa la dirección que quiere imprimir a su gestión. Y, también, disipar la imagen de un presidente «anciano» que gobernaría con lentitud.
Trump, en comparación, firmó ocho órdenes ejecutivas en las dos primeras semanas en la Casa Blanca, y Obama, nueve.
La lucha contra el coronavirus:
La pandemia de coronavirus, que se había cobrado hasta este miércoles la vida de más de 400.000 personas en EE.UU., será la principal prioridad del nuevo gobierno.
La primera orden que firmó Biden es la que ordena usar barbijo y mantener la distancia social en edificios de propiedad del gobierno federal por al menos 100 días.
También firmó una orden nombrando a Jeffrey Zients -que en el gobierno de Obama fue Director del Presupuesto- como coordinador de respuesta contra la covid-19, para que haya una dirección y una guía desde el gobierno federal.
No hay garantía de que aquellos gobernadores estatales que hasta ahora se han opuesto a las órdenes de uso de barbijo cambien de opinión. Y hay cierto consenso en que no hay autoridad legal que otorgue a un presidente el poder de ordenar su uso a nivel nacional. Biden parece haber admitido ese punto y dice que él personalmente tratará de persuadir a los gobernadores para que actúen.
Si no hacen caso, se comprometió a hacer llamadas a alcaldes y funcionarios municipales para reclutarlos para la causa.
Biden mantendrá las restricciones de llegada de extranjeros por covid pese a la orden de Trump de rescindirlas
Biden revirtió la decisión del gobierno de Trump de que EE.UU. abandone la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A mitad de 2020, Trump anunció sus planes para que el país abandone la OMS, acusándola de gestionar mal la pandemia de covid-19 después de que surgiera el virus en China y diciendo que no había hecho «reformas muy necesarias».
El doctor Anthony Fauci dirigirá la delegación de Estados Unidos ante la OMS a partir de hoy jueves.
Política de inmigración
La prohibición de la entrada a EE.UU. firmada por Trump solo siete días después de asumir el cargo en enero de 2017 fue otra de las primeras políticas en ser eliminadas por el nuevo mandatario.
La prohibición inicialmente afectaba a personas de siete países de mayoría musulmana, pero la lista se modificó tras una serie de impugnaciones judiciales. Ahora restringe el ingreso a los ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen, Venezuela y Corea del Norte.
En otra importante señal sobre inmigración, Biden envía un proyecto de ley al Congreso que establece un camino hacia la ciudadanía para más de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
«Todos esos «soñadores», esos niños del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), serán certificados nuevamente de inmediato para poder permanecer en este país y emprender el camino hacia la ciudadanía», había dicho a finales de octubre.
Biden envió ayer un memorándum al Departamento de Seguridad Nacional y al fiscal general para preservar el programa DACA, que protege de la amenaza de la deportación a los inmigrantes que llegaron como indocumentados cuando eran niños.
El equipo de Biden ha anunciado que el nuevo presidente crearía un grupo de trabajo para reunir a unos 545 niños migrantes separados de sus padres en la frontera sur de EE.UU.
Otra orden ejecutiva revoca el plan de excluir del censo a los que no son ciudadanos, y otra más acaba con el agresivo esfuerzo de la administración Trump por encontrar y deportar a inmigrantes indocumentados
Como había prometido, Biden detuvo la construcción de un proyecto icónico de la presidencia de Trump: el muro fronterizo entre EE.UU. y México. Su equipo de campaña lo había calificado como «una pérdida de dinero» que «desvía recursos críticos de las amenazas reales».
El equipo dijo que, en cambio, desviará los fondos federales hacia esfuerzos como nuevas medidas de control fronterizo.
En diciembre, los colaboradores del entonces presidente electo admitieron que necesitaría más tiempo para revertir una de las políticas de Trump, los Protocolos de Protección al Migrante que obligan a miles de solicitantes de asilo a esperar en México las audiencias de los tribunales de inmigración de Estados Unidos. Si bien se trató de un compromiso del «primer día», los asesores ahora dicen que podría tomar alrededor de seis meses abordarlo.
Medidas económicas
Biden firmó otra orden para extender una moratoria sobre los desalojos y las ejecuciones hipotecarias de viviendas, que se congelaron al principio de la pandemia, así como para ampliar la pausa actual en los pagos e intereses de los préstamos estudiantiles federales.
También aprobó una moratoria para el pago de las deudas estudiantiles hasta fines de septiembre..
Ambiente y cambio climático
Otra medida que Biden tomó en su primer día en el cargo fue volver a unirse al acuerdo climático de París, un tratado global que tiene como objetivo mantener el aumento de las temperaturas por debajo de 2 °C y «esforzarse por limitar» el aumento aún más, a 1,5 °C.
Trump sacó a Estados Unidos del acuerdo de 2015. La salida se hizo oficial el 4 de noviembre, convirtiendo a EE.UU. en la primera nación del mundo en salir de ese acuerdo
Matt McGrath, corresponsal de Medio Ambiente de la BBC, dice: «No se equivoquen, regresar al Acuerdo de París no es un mero simbolismo, es un acto envuelto en un poderoso significado político. Si bien volver a unirse al pacto implica la simple firma de una carta y una espera de 30 días, no podría haber una señal más profunda de intención por parte de este gobierno entrante. Volver a París significa que Estados Unidos se compromete a seguir las reglas».
«Esas reglas significan que en algún momento de 2021, EE.UU. tendrá que mejorar su compromiso anterior de reducir las emisiones de carbono, realizado en la capital francesa en 2015».
Biden también se ha comprometido a «subir la apuesta» y apuntar a estándares más altos en medidas de mitigación climática, y convocar una cumbre mundial sobre el clima dentro de los primeros 100 días en el cargo. Ha dicho que quiere trabajar con el Congreso para promulgar una legislación este año que permitirá a EE.UU. alcanzar emisiones netas cero para 2050.
En un plano más inmediato y conflictivo, Biden tomó una medida que ya ha provocado la alarma entre sus vecinos de Canadá: rescindió el permiso transfronterizo para el controvertido oleoducto Keystone XL. Ese proyecto permitiría transportar petróleo desde la región canadiense de Alberta hasta el territorio estadounidense de Nebraska.
Racismo y políticas de género:
El presidente designó a Susan Rice -ex consejera de Seguridad Nacional de la administración Obama- para liderar un esfuerzo de todas las agencias del gobierno para acabar con el «racismo sistémico». Las agencias deberán hacer un informe sobre equidad en sus filas.
Una de las órdenes ejecutivas firmadas ayer prohíbe la discriminación laboral en el gobierno federal basada en la orientación sexual y asegura protección para la comunidad LGBTQ.
En la campaña, Biden se comprometió con la comunidad LGBT a dirigir recursos para ayudar a prevenir la violencia contra las personas transgénero, poner fin a la prohibición en el Ejército y restaurar la orientación para los estudiantes transgénero en las escuelas.
Otra prioridad en el futuro es aprobar en el Congreso la Ley de Igualdad que agregaría la orientación sexual y la identidad de género a las leyes federales de derechos civiles existentes, aunque no está claro qué tan rápido puede aprobar esa legislación.