Es importante señalar desde el comienzo que estos «rankings» tienen muy poco valor para medir la gestión de un país, o de un gobierno. Son útiles solamente si sirven para encontrar algunas normas generales que permitan anticipar las situaciones geográficas, demográficas, de infraestructura sanitaria que agravan o disminuyen el riesgo.
Al mismo tiempo, es humano e inevitable que se hagan estas listas. Y también que se usen para la política. En estos meses hemos visto entre nosotros como datos que cambian día a día han sido usados para atacar o defender una gestión. Y se va a seguir haciendo. Es un año electoral…
Por eso adelantamos que en estos «rankings», razonablemente distantes de nosotros -los hicieron estudiosos de Australia, con información de hace una semana de Our World in Data y los divulgó France24- Argentina, no figura, ni entre los mejores ni entre los peores. Pero podemos sacar algunas conclusiones que nos ayudan a entender el desafío que nuestro país enfrenta.
«El Instituto Lowy de Sydney publicó un índice de comportamiento de los países frente a la amenaza del nuevo coronavirus. 98 naciones fueron sometidas a evaluación teniendo en cuenta la geografía, los sistemas políticos, el tamaño de la población y el desarrollo económico como ejes para una respuesta que en algunos casos fue exitosa y en otros fue la vía de recrudecimiento de la pandemia.
Además se usaron seis criterios de revisión, incluyendo los casos confirmados, el número de muertes y la realización de pruebas diagnósticas.»
Las conclusiones generales que se pueden sacar son, en realidad, bastante obvias para una reflexión serena. Además de la calidad de la gestión, y de la seriedad con que se asumió la pandemia -factores que por supuesto influyen poderosamente- los países pequeños, con poblaciones reducidas y una buena infraestructura sanitaria- tenían una ventaja importante.
(Atención: Panamá y Omán, además de algunos minipaíses europeos que no figuran en la lista, muestran que no es una ventaja decisiva, si no están la decisión o los recursos para tomar las medidas necesarias).
Pero a los países extensos, con estructura federal y poblaciones muy distribuídas, les resulta más difícil enfrentar la pandemia. Es el caso de Argentina, y deberemos tenerlo en cuenta para la campaña de vacunación en curso.