Hace 3 semanas, era la denuncia de una ONG «Médicos Sin Fronteras»: «De un total de más de 27,2 millones de dosis de esta vacuna entregadas hasta ahora (27 de enero), los países con más recursos acumulan casi 27 millones (un 99,3%), mientras que los estados de ingresos medios solo han recibido unas 250.000 dosis (un 0,0009%) y los países en vías de desarrollo, ninguna«.
Esta semana fue la denuncia del canciller mexicano Marcelo Ebrard en las Naciones Unidas: «Los países más ricos del mundo acaparan el acceso a las vacunas anticovid». Fue en un llamado a «revertir la injusticia (…) porque de ello depende la seguridad de toda la humanidad».
«Nunca habíamos visto una división tan profunda que afectase a tantos en tan poco tiempo», dijo Ebrard en una videoconferencia virtual del Consejo de Seguridad de la ONU, que discutió el miércoles el acceso a la vacunación contra el covid.
«Urge actuar y de ahí lo oportuno de esta sesión para revertir la injusticia que se esta cometiendo porque de ello depende la seguridad de toda la humanidad», afirmó.
El canciller mexicano señaló que el mecanismo COVAX impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar el acceso universal a la vacuna «ha resultado insuficiente» y no ha distribuido vacunas hasta el momento.
«El escenario que queríamos evitar desgraciadamente se está confirmando (…) Instamos a los países a evitar el acaparamiento de vacunas y a acelerar las primeras etapas de las entregas de COVAX, privilegiar la distribución a países de menores recursos», indicó.
Tres cuartas partes de las primeras dosis de vacunas administradas en el mundo se concentran en apenas 10 países que representan el 60% del PIB global, dijo el canciller citando datos de la OMS.
Según Ebrard, algunos estudios muestran que si se mantiene la actual tendencia, los países de menores recursos no obtendrán un acceso generalizado a la vacuna hasta mediados de 2023.
El acceso universal y equitativo a la vacuna anticovid «es el principal reto que enfrentamos y es también, de no resolverse, el principal riesgo para la seguridad de la humanidad y para el prestigio de la acción multilateral en nuestro tiempo», afirmó el canciller en nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, que México actualmente preside.
Con unos 176.000 fallecidos debido a la pandemia, México -de 126 millones de habitantes- es el tercer país más enlutado del mundo por el covid-19 en números absolutos después de Estados Unidos y Brasil.
Ebrard dijo que México es uno de los pocos países con acceso a vacunas y recordó que alcanzó junto con Argentina un acuerdo con el laboratorio anglo-sueco AstraZeneca para producirlas, envasarlas y distribuirlas en la región. Agradeció también a la Unión Europea, India y China que le han enviado vacunas.
«Pero tenemos que ver por todos los demás y los que tenemos posibilidades tenemos que ser solidarios con los que no las tienen».
Hace unas horas el presidente de Francia, Emmanuel Macron, pidió que Europa y Estados Unidos suministren hasta 5% de sus reservas de vacunas contra COVID-19 a los países en desarrollo.
El jefe de Estado francés señaló que algunos países de África están comprando vacunas occidentales, como la de AstraZeneca, a «precios astronómicos», dos o tres veces más de lo que pagan los europeos, y están recibiendo ofertas por preparados chinos y rusos.
«Es una aceleración sin precedentes de la desigualdad global y es además políticamente insostenible, porque está preparando el camino para una guerra de influencias sobre las vacunas».
Con la mirada que trata de ser realista de AgendAR, vemos que está visible la puja geopolítica, y también la preocupación que se expresa en estos llamamientos y en otros que ya hemos publicado aquí.
En las decisiones políticas, sobre todo en las decisiones de política internacional, rara vez las consideraciones humanitarias son el factor decisivo. Pero es posible lograr que sean menos miopes y autodestructivas.