Investigadores de la Universidad Nacional de La Rioja fabricaron un dispositivo portátil y sencillo de utilizar para eliminar SARS-CoV-2 y otros virus de papeles que se manipulan en laboratorios y centros de salud.
Según la investigadora, las ventajas de este método es que es rápido, sencillo y seguro. En general, lo que suele usarse para descontaminar papel es aplicar alcohol o lavandina y dejarlo secar, lo que puede llevar unos 40 minutos. Además de retrasar las tareas, esta práctica conlleva el riesgo de dañar el papel y desdibujar su contenido. En cambio, el dispositivo fabricado por los científicos riojanos requiere solo 20 minutos y no implica perjuicios al papel que se coloca en él.
El dispositivo tiene la forma de una caja de 30 x 40 centímetros y está hecho de una chapa gruesa con una puerta en uno de sus costados que se cierra herméticamente. Por allí, se saca una bandeja de plástico donde se introduce el papel a descontaminar. Una vez que se cierra, se acciona la lámpara UV. A los 20 minutos se retiran los papeles, se coloca otra tanda y se repite el proceso. Los investigadores testearon el equipo con papeles de distinto gramaje para comprobar que la descontaminación se realizara de forma homogénea.
“Junto con el equipo, elaboramos una guía para el uso porque, si bien es sencillo, hay cuestiones importantes a tener en cuenta, como el hecho de no prender la lámpara si no está cerrada la puerta, ya que la luz UV es nociva para la retina y puede producir patologías en la piel. Por eso, algo que evaluamos cuidadosamente en el diseño es que el equipo no emane radiación por ningún lado”, dijo Córdoba.
Una de las cosas que comprobaron fue que la carga viral puede permanecer en el papel unas tres horas
El proyecto está financiado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) del MINCYT, y corresponde a la fabricación de 20 equipos. Los 10 para descontaminación de papel ya están terminados y acaban de ser entregados a diversas instituciones, entre ellas el Ministerio de Salud de La Rioja, la Secretaría de Ciencia y Tecnología, y el Hospital de Clínicas de la universidad, encargado de atender la mayor cantidad de casos de COVID de la provincia.
La idea es obtener una devolución del funcionamiento de los equipos para optimizarlos, si fuera necesario. En cuanto al futuro del desarrollo, la investigadora dijo que eso aún no está definido, pero una posibilidad es realizar una transferencia tecnológica para poder fabricar los equipos a mayor escala.
Actualmente, están trabajando en los 10 dispositivos restantes, destinados a descontaminar el agua. “El objetivo es que se puedan colocar debajo de las mesadas donde se lavan instrumentos e insumos de laboratorio. El agua pasaría por el equipo antes de ir al desagüe. Ya tenemos el diseño y ahora estamos haciendo los protocolos para comenzar con los ensayos. Esperamos tenerlos listos para julio”, finalizó Córdoba.