El presidente de la Agencia de Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación (Agencia I+D+i) del Ministerio de Ciencia, Fernando Peirano, describió las líneas de acción que se siguen para vincular el trabajo de científicas y científicos con el sector productivo.
Peirano aseguró que «Las iniciativas presentadas el año pasado, unas 84, para encontrar soluciones a la pandemia, comenzaron a dar resultados muy rápido» y sostuvo que «buscábamos tener resultados muy rápido, en un plazo máximo de un año».
«Toda la cartera de proyectos están madurando», dijo, y recordó iniciativas como los tests serológicos del instituto Leloir, y las cabinas desarrolladas por la CNEA, INVAP y el CONICET para garantizar la bioseguridad durante la toma de muestras a pacientes potencialmente contagiados, para proteger al personal de salud, y que ya tiene el Hospital de Clínicas.
Peirano señaló, además, a la empresa PS Anesthesia, encargada del diseño y fabricación de los hisopos utilizados para realizar tests: «Se va conformando una cadena de elementos, de respuestas, soluciones, herramientas que hablan de la capacidad de la ciencia argentina para vincularse con la salud y cuidar a la población».
«En un enorme porcentaje están finalizados los proyectos, y hay algunos a los que les hemos dado un refuerzo del 20% porque ameritaba expandir la inversión, y que ya han constituido capacidades», dijo, explicando la cartera de iniciativas presentadas el año pasado como parte de la Convocatoria «Ideas Proyecto IP Covid», a la que se presentaron unas 900 propuestas.
La vacuna argentina contra el coronavirus
El presidente de la Agencia I+D+i se refirió, además, a los proyectos de vacuna contra el coronavirus que se presentaron dentro de esa convocatoria, que pertenecen a la Universidad Nacional del Litoral y a la Universidad Nacional de San Martín.
«Vamos a hacer una contribución para la etapa que viene de la pandemia, en lo que va a ser sostener la vacunación en el calendario regular de la Argentina»
«La vacuna es uno de los grandes proyectos que teníamos, y que su resultado nos obliga a ir a un casillero nuevo, donde la promoción de ciencia y tecnología no había dicho presente, que es el apoyo en la fase preclínica, en ese segundo tramo entre el trabajo de laboratorio y los estudios con voluntarios», dijo Peirano, y aseguró que «esta fase preclínica tiene que resolver con modelos animales para garantizar la eficacia y la seguridad de la idea».
«Multiplicamos por diez el apoyo en este caso, porque esto es las reglas de la producción de un elemento tan complejo como una vacuna», y contó que «hemos apoyado con 60 millones de pesos para que el proyecto de Juliana Cassataro pueda atravesar la fase preclínica, y ya estamos trabajando con el Ministerio de Desarrollo Productivo para que la fase clínica, que implica un nuevo salto, para que podamos cubrirlo con algún crédito contingente, con un instrumento que garantice que Argentina pueda recorrer todo hasta llegar a la vacuna».
Así mismo, el economista e investigador de la UNQ, aseguró que «los plazos (de obtención de una vacuna) son inciertos porque así es la ciencia», pero estimó que «estimamos que a fines de 2022 vamos a tener un trabajo en fase 3, con voluntarios».
«Vamos a hacer una contribución para la etapa que viene de la pandemia, en lo que va a ser sostener la vacunación en el calendario regular de la Argentina», dijo Peirano, quien sostuvo que «la vacuna de Cassataro es una vacuna diseñada y pensada para los refuerzos, y no para las primeras vacunaciones».
«Vamos poniendo en la clave de buscar una convergencia de llegar al momento con un producto en un escenario futuro», dijo Peirano, y aseguró que la cartera está ya en diálogo con el sector industrial para que se complemente con el desarrollo que se está haciendo en la Universidad Nacional de San Martín.
«Hay todo un conocimiento acerca de la complejidad de una vacuna que está en el CONICET, pero hay un desafío de la producción en escala, y de otros elementos que hacen a la viabilidad de un producto masivo, que está en la industria», dijo, sobre la chance de articulación con un laboratorio que lleve la futura vacuna al escalado masivo.
Celebró que «por suerte en Argentina tenemos una industria farmacéutica, y por eso estamos acompañando al equipo de investigación a tener un diálogo maduro, conveniente con esa industria para que las buenas ideas, los logros científicos, se conviertan en herramientas efectivas».
Producción pública de medicamentos
«Con Alimentos, Energía, transición a una economía más verde, el acompañamiento para la transformación digital forma parte de una mirada que ya estaba en el Frente de Todos, en la conducción del ministro Salvarezza», dijo Peirano, y lo ejemplificó con el fortalecimiento de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP).
«Hay una red muy federal de más de 70 actores de producción pública de medicamentos, radicados en todas las provincias», señaló, y sostuvo que «esperamos que esta convocatoria de 600 millones de pesos pueda impulsar proyectos que le den otra configuración a esta agenda de producción pública de medicamentos».
Electromovilidad y energías sustentables
Peirano aseguró que la transición energética es un vector de desarrollo para el país, y manifestó que «el mundo ve a la Argentina y ve fuentes de energía, fuentes renovables, verdes, y nosotros tenemos el desafío de no sólo vender la materia prima, ser proveedores de energía, sino, además, de contar con las capacidades tecnológicas para participar en la recompensa de eso, a partir de agregar valor, tener nuestras propias empresas y desarrollos».
«El Ministerio de Ciencia y Tecnología está invitado a este desafío, que es un desafío de todo el gobierno, y el mandato de Salvarezza y de Diego Hurtado, que es quien construye esta agenda importante, estratégica, nos orienta sobre dónde colocar la próxima convocatoria del FONARSEC, hace que Argentina busque hoy tener proyectos en materia de litio, no sólo en minería, en cómo extraerlo y procesarlo, sino en todos los eslabones de la cadena de valor».
«Tenemos ya a PyMEs argentinas que están participando y haciendo aportes desde etapas muy tempranas, desde minería, fabricación de baterías, e incluso de autos eléctricos, como en el caso de San Luis (el vehículo Tito de la empresa Coradir)».
«Tenemos un camino ancho, donde el litio se combina con el Hidrógeno, con otras energías como la solar, la eólica y la biomasa», y sostuvo, en este sentido, que «tenemos por delante reconstruir toda una industria con nuevos actores, saberes, y hacia ahí avanza el ministerio y la Agencia, combinando conocimiento con producción».
«Esta es la llave del desarrollo», y remarcó que «la del litio y la producción pública de medicamentos no es una agenda nueva, nosotros como proyecto político, hasta 2015, ya habíamos puesto de pie un instituto enfocado al litio, en Jujuy».
«La creación de Y-TEC, que es el reflejo de pensar a YPF no como una empresa de petróleo, sino de energía, permite pensar que esta empresa amplíe el alcance y áreas de intervención», dijo Peirano, y valoró que «hay una mirada de Gobierno sobre esto».
«El desafío es como combinamos la inversión, extranjera y argentina, con la innovación, que es lo que se propone catalizar la Agencia I+D+i», dijo Peirano, y agregó que «queremos que en esa transformación haya lugar para las PyMEs tecnológicas, las grandes empresas, los emprendedores que surjan de nuestras universidades y el CONICET».
Peirano nombró la vigencia de la Ley de Financiamiento de Ciencia y la de promoción de Economía del Conocimiento para sostener el proyecto de desarrollo del litio, «porque una influye sobre la I+D pública, y la otra sobre la I+D privada generando incentivos, modelos empresariales mas favorables a incorporar conocimiento».
Por último, el disertante aseguró que, además, «tenemos el proyecto electromovilidad, que es defender el futuro de la industria automotriz argentina», y dijo que «tenemos el desafío de que en menos de diez a doce años debemos reconvertir la industria en su corazón que es el motor, pero también en sus piezas, con una industria carrocera con eje en el aluminio, lo que dispara un montón de desafíos científico-tecnológicos para que tengamos una ciencia de materiales que esté a la altura de la reconversión de una de las columnas vertebrales de nuestra industria como lo es la industria automotriz».