Ayer reproducimos las declaraciones del Dr. Fernando Polack, quien fue el primero en revelar que científicos argentinos estaban trabajando en el desarrollo de esta vacuna. Hoy informamos que se inició la inscripción de voluntarios, mayores de 60 años, para los estudios clínicos que se realizarán en el Hospital Militar Central.
Son organizados por distintos laboratorios de Estados Unidos, y serán de fase 3. Están a la espera de la autorización de ANMAT.
Se señala en la página web donde pueden registrarse los voluntarios: «Las enfermedades respiratorias son la principal causa de internación y mortalidad en el mundo entero.
Muchos gérmenes pueden causar enfermedad grave en niños pequeños, pero tres son los virus dominantes en los mayores de 60 años: COVID, gripe y el virus sincicial respiratorio.
Aunque hoy existen vacunas contra los dos primeros, el virus sincicial respiratorio aún no puede prevenirse. En la revolución tecnológica originada por la pandemia nuevas vacunas están emergiendo contra todos estos virus.»
(El virus sincicial respiratorio -frecuente en los niños- genera todos los años internaciones por bronquiolitis y es uno de las principales cuadros de gripe en adultos mayores, pero aún no hay vacuna que logre combatirlo).
ooooo
«El objetivo final es una vacuna triple viral». El médico Gonzalo Pérez Marc no duda al describir la finalidad más concreta del ensayo clínico que, autorización de la ANMAT mediante, tiene previsto empezar a dirigir en dos o tres meses. Sobre el tiempo que llevará tener una respuesta final sobre ese objetivo es más difícil ser preciso: «Puede llevar unos dos o tres años». Habla de una investigación que evaluará la posibilidad de combatir la gripe influenza, el Covid-19 y el virus sincitial respiratorio a través de una vacuna unificada que tendrá en la Argentina una sede para llevar adelante la fase 3.
Ya hay un sitio web en el que se puede llevar a cabo la pre-inscripción para ser voluntario de ese estudio. En principio, el ensayo de fase 3 -es decir, el que busca establecer la eficacia de un fármaco en una muestra considerable de personas- apuntará a personas de más de 60 años.
«En el mundo cada vez aumenta más la proporción de adultos mayores en el total de la población. Ese sector de la población fue, antes de las vacunas, el que más riesgo de muerte sufrió ante el Covid-19 y allí también radica la mayor proporción de muertes por el virus de la influenza. En cuanto al virus sincitial, se trata de la mayor causa de muertes e internaciones por afecciones respiratorias en pediatría, especialmente en menores de un año: es el virus de la bronquiolitis. Pero también provoca comorbilidades en adultos mayores, por ejemplo, infartos de miocardio», describe Pérez Marc, que encabezará el estudio de fase 3 en el Hospital Militar Central.
Ante la consulta sobre cuáles son los laboratorios que impulsan el ensayo, el médico responde: «No lo puedo contar aún por cláusulas de confidencialidad, pero se trata de los grandes laboratorios estadounidenses». «Hay que estudiar cada uno de los virus por separado, tenemos previsto empezar por el sincitial con unos 3.000 voluntarios, y luego reclutar para la influenza esa misma cantidad de personas», suma Pérez Marc.
Para cada una de esas infecciones se evaluarán distintas plataformas de vacunación, desde ARN mensajero, hoy usada por las vacunas anti-Covid-19 de Moderna y Pfizer, hasta proteínas recombinantes, presente en la vacuna desarrollada por Novavax para esta pandemia.
«Una cosa positiva de la pandemia es que nos puso a desarrollar vacunas y a usar tecnologías nuevas. Las vacunas que se usan ahora mismo para influenza alcanzan una eficacia del 50% ó 60%, y en Covid-19 se alcanzaron tasas mucho más altas: eso es un estímulo para buscar mejoras. Y también la velocidad a la que se llevaron a cabo estas vacunas: antes un desarrollo podía demorar de seis a diez años, y ahora se alcanzaron en menos de dos. Estamos en medio de una revolución, lo que pasa es que no nos damos cuenta porque estamos adentro», sostiene Pérez Marc.
La fase 2 del ensayo, que mide en una muestra más acotada de personas la seguridad y la inmunogenicidad -es decir, el nivel de generación de anticuerpos- del fármaco, se hizo en el Reino Unido. «Los resultados fueron excelentes», asegura el médico, aunque sin especificaciones estadísticas.
«De acá a un par de años, cuando se haya estudiado cada vacuna por separado, podrá estudiarse la combinación de los componentes en una única vacuna de invierno para combatir las virosis respiratorias habituales, que incluirían Covid-19″, explica el médico. Junto a ese virus, la influenza y el virus sincitial son las afecciones respiratorias que más impactan en los sistemas sanitarios de los países.
Antes de que empezara la pandemia de Covid-19 estaba por realizarse un ensayo para desarrollar una vacuna contra el virus sincitial: «No hay aún una vacuna habitual contra esa afección. Si ya existiera podrían prevenirse muchas muertes pediátricas, y comorbilidades para adultos mayores«, explica el médico. Actualmente existen sí investigaciones con vacunas para ese virus en personas embarazadas, pero no en adultos mayores, como se propone este ensayo.
«En caso de obtenerse buenos resultados, una vacuna así reemplazaría la vacuna anual de influenza, y habría que ir variando año a año los componentes según cambien las cepas de la gripe o las variantes del Covid-19, por ejemplo, pero eso puede hacerse sin ningún problema. Con la gripe ya se hace», explica Pérez Marc. En principio, prevén una vacuna de una sola dosis anual. Pero llevará al menos dos años confirmar si esa «triple viral de adultos» estará disponible.