El Hospital Nacional Posadas se convirtió este mes en el primer hospital público del país en realizar «psicocirugías» -neurocirugías funcionales- para tratar pacientes con padecimientos psiquiátricos graves -en estos primeros casos, trastorno de control de impulsos agresivos que no responden a otros tratamientos-, y cuya calidad de vida fue sensiblemente deteriorada por esta agresividad.
Este tipo de procedimientos quirúrgicos, que tienen por objetivo la reparación o mejoría de la función del sistema nervioso afectada en un cuadro psiquiátrico grave, se realiza habitualmente en países de todo el mundo pero en Argentina se encontraba limitado a la realización en el sector privado.
«La primera cirugía de afecciones psiquiátricas o psicocirugía (en el Posadas) se hizo hace un mes atrás y el lunes pasado ya realizamos la segunda», dijo el Jefe de Sección de Neurocirugía Funcional del Posadas, Sergio Pampin.
En ambos casos se trató de «pacientes con trastornos de control de impulsos, en este caso una agresividad refractaria al tratamiento farmacológico«, que se manifiesta en personas con «un trastorno de esquizofrenia o retraso madurativo».
No obstante, «la psicocirugía no sólo se aplica a ellos» y por eso en el Hospital Posadas se está trabajando también «en otros proyectos como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y la depresión mayor» que son las otras dos indicaciones para los que este tratamiento quirúrgico ha demostrado ser eficaz en el caso de afecciones psiquiátricas graves.
«Es un procedimiento de muy bajo riesgo -a pesar de ser una cirugía cerebral- y la tecnología que se aplica es exactamente igual a la que aplicamos en la operación de la enfermedad de Parkinson», dijo.
Antes de este nuevo hito, el Posadas ya realizaba «100 procedimientos por año» de otro tipo de neurocirugías, las que se aplican justamente a los trastornos del movimiento.
Otras ramas de la neurocirugía son «la de epilepsia, de la espasticidad y la cirugía del dolor» que aún no se realizan en este centro asistencial.
Como ejemplos de cuadros psíquicos que podrían tratarse con cirugía de afecciones psiquiátricas o psicocirugía, Pampin mencionó el de «una persona que está recluida en una institución con un trastorno de agresividad que la mantiene atada a una cama con guantes de box porque de lo contrario se autoagrede o agrede» o de otra «con un TOC de un ritualismo tal que no pueda salir de su casa», porque necesita «bañarse 50 veces por día» o «tocar toda la madera que ve».
Por otro lado, «está en fase experimental» la aplicación de este tratamiento quirúrgico para «adicciones refractarias», como puede ser «una obesidad mórbida que no mejoró con una cirugía bariátrica».
«Hay que aclarar que las psicocirugías no curan la enfermedad, lo que hace es tratar los síntomas y permitir al paciente reinsertarse en programas de terapia cognitivo conductuales para continuar así su tratamiento«.
El desarrollo de esta opción terapéutica fue posible en el mundo gracias al avance de la tecnología de diagnóstico por imágenes, de la neurofisiología, y de las técnicas neuro quirúrgicas, así como de la mayor comprensión del funcionamiento de los circuitos implicados en los trastornos psiquiátricos.
El enfoque terapéutico convencional de la mayoría de las enfermedades psiquiátricas se basa en una combinación de psicoterapia, farmacoterapia y, en algunos casos, terapia electro convulsiva. Sin embargo, algunos pacientes no responden adecuadamente a ninguna de estas medidas y conservan una grave discapacidad que los imposibilita para llevar adelante su vida, terminando en muchos casos con hospitalizaciones crónicas o intermitentes.
«Cuando esto ocurre, se necesitan dos psiquiatras que avalen que se ha realizado todos los procedimientos habidos y conocidos en el medio desde el punto de vista farmacológico y terapias cognitivo conductual, y que el paciente está francamente deteriorado por su enfermedad: ahí es cuando una psicocirugía puede ser indicada», agregó.
Según OMS al menos el 20% de la discapacidad mundial se debe a causas psiquiátricas. El 35% de los pacientes con TOC no responden a los tratamientos convencionales. De las personas diagnosticadas con depresión, un 20% no pueden beneficiarse de ninguna de las terapéuticas convencionales ofrecidas y casi el 10% de los pacientes psiquiátricos crónicos son hospitalizados por comportamiento agresivo sin respuesta al tratamiento psicofarmacológico.
«La psicocirugía lo que hace es modular circuitos neuronales que se hayan afectado y esta neuromoldulación que se puede hacer por técnicas de tipo ablativos -generando pequeñas lesiones que desconectan circuitos disfuncionales para suprimirlos- o de estimulación cerebral profunda que produce una inhibición eléctrica de las conexiones neuronales afectadas en la patología a tratar», explicó.
«En todos los casos, lo que se consigue una mejora que permite una reinserción social de diferentes tipos. Hay pacientes que hemos operado con agresividad que han mejorado mucho y han quedado medicados, hay pacientes que a lo mejor tomaban 5 medicinas distintas y no necesitaron más medicación».
Observación de AgendAR:
Este portal ha informado sobre muchos desarrollos científicos prometedores y también inquietantes. Pero tal vez éste debe considerarse entre los que más requieren de una exigente ética en su aplicación, y de la atención de la sociedad.