Santa Fe apuesta a la biotecnología, y a la sinergia entre el apoyo del Estado y los emprendendores

La biotecnología es uno de los campos en los que la ciencia argentina, y también nuestros productores, se destacan. Basta con ver las transformaciones en el agro en los últimos 60 años. Por algún motivo, la provincia de Santa Fe reúne algunos de los desarrollos más importantes del rubro. La misma Bioceres, impulsora principal de este proyecto, el más reciente, es un ejemplo de eso. Pero ahora el objetivo es crear muchas más empresas biotecnológicas. Centenares de ellas. Enrique Garabetyan cuenta la crónica del lanzamiento:

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«No faltó nadie a la cita: desde el gobernador santafesino a altos directivos de la ciencia, pasando por investigadores reconocidos. Tampoco faltó uno de los empresarios más destacados de la zona norte. Es que bajo la convocatoria de la compañía Bioceres que aportará el 50%, y en sociedad con el estado provincial (10%) más un 40% de otros socios privados se lanzó esta semana el SF500, un ambicioso fondo de inversiones que apalancará exclusivamente empresas ligadas a la ciencias de la vida y los negocios biotech. Su apuesta es poner US$ 300 millones para, en 10 años, apalancar el nacimiento y desarrollo de 500 compañías de este nicho.

El lanzamiento oficial -aunque el emprendimiento comenzó a funcionar en beta y ya tiene cuatro empresas “invertidas”- convocó en el predio del Centro Científico Tecnológico de la ciudad de Rosario a a casi 300 invitados de mundillo científico, con la presencia de varios “stars” de la ciencia argentina, especialmente convocados para motivar a las nuevas generaciones y mostrar no solo la ambición y seriedad del proyecto sino también que “hay vida más allá de la carrera del Conicet”.

SU APUESTA ES INVERTIR US$ 300 MILLONES EN 10 AÑOS

Pero no fue esa la única razón del éxito de esta convocatoria que incluyó la presencia del gobernador Omar Perotti y de Federico Trucco, CEO de Bioceres. La otra novedad es que apuntan a invertir en las nuevas compañías en el momento “presemilla“, con montos que rondan los US$ 250 mil a cambio de una participación que oscila en alrededor del 20% del paquete accionario. Por otra parte, el apoyo del SF500 no se limitará a emitir un cheque para los seleccionados. Para diferenciarse de otros VC el SF500 se mueve sobre cuatro ejes de trabajo:

● SF Build: una especie de “escuela” para equipos de emprendedores con una idea prometedora de negocios pero que todavía deben desarrollar las capacidades que les permitan hacer el pasaje exitoso de la idea del laboratorio a una verdadera start-up.

● Laboratorios propios: la ciencia argentina sufre, desde hace años, de una notable falta de infraestructura de base para la investigación: faltan laboratorios y equipamientos científicos. El SF500 se propone invertir parte de sus fondos en ese tema para disponer de infraestructura que pueda albergar a algunos de emprendedores en un formato que optimice las inversiones y baje los costos de las nuevas PyMES. “No tendrán que salir a gastar en alquilar de espacio o instrumentos básicos de laboratorio”, traducen desde el fondo.

● Capital emprendedor: para fondear el nacimiento y crecimiento de nuevas compañías, desde la concepción de la idea hasta su expansión. Si bien la cifra promedio quen planean invertir por cada nueva ronda los US$ 250 mil (que se efectivizarán en pesos), otras compañías que tengan su proyecto más avanzado podrán aplicar a sumas mayores. De hecho, Oncoliq -una de las cuatro compañías que ya fondearon y que se dedica a desarrollar un nuevo tipo de diagnostico precoz para el cáncer, recibieron US$ 600 mil. Y si el caso lo justifica, la inversión podría subir hasta el US$ 1 millón.

● Comunidad: para generar una red que potencien las futuras startups y todo el ecosistema de SF500 planifican una plataforma que sumará acuerdos, red de mentores, workshops, eventos y vinculación con perfiles de negocios que puedan invertir en las empresas -ups en rondas de inversión sucesivas.

¿Porqué lanzar un nuevo fondo con esta particularidad? Según dijo a Francisco Buchara, Managing Director del flamante fondo, “este momento es ideal para apoyar negocios en este segmento. Y eso se ve en todos lados y con datos sólidos: en 2019, el mundo del Venture Capital invirtió en empresas de biotecnología alrededor US$ 23.800 millones. Pero para 2021 esa inversión se más que duplicó y alcanzó los US$ 65.000 millones”.

¿Qué diferencia a este fondo de otros? Según explicó Fernando Isa Pavía, cofundador y Director de Finanzas del Fondo, por un lado concentrarse en la etapa “presemilla“. También el sumar elementos como infraestructura y laboratorios propios y, finalmente, su naturaleza mixta público-privada. De hecho, la firma de la constitución original, realizado a mediados del 2021, se hizo con aportes de US$ 3 millones por parte de la provincia de Santa Fé y US$ 27 millones por parte de Bioceres y otros inversores.

El interés del sector por este tipo de herramientas quedó patente en detalles no usuales, como la presencia del gobernador. Pero también la de la doctora Ana Franchi, actual presidenta del Conicet. Franchi afirmó que “la creación de esta aceleradora puede significar el desarrollo de nuevas empresas de base tecnológica que nos permitan desarrollar productos para el mercado interno y también externo. Muchos investigadores del Conicet, becarios y técnicos ya están involucrados en diversos proyectos que podrían dar lugar a estas futuras compañías”.

El Fondo aspira a crecer en forma acelerada, algo que se ve en el hecho de que ya tiene cuatro inversiones, otras 18 compañías en proceso de análisis y el objetivo de llegar a fines de 2022 con 25 nuevas empresas funcionando. “Si hacemos los números se ve que somos ambiciosos”, reflexionó Buchara con una sonrisa. “Si queremos llegar a nuestro objetivo de invertir en 500 empresas tenemos que estar incorporando a nuestro fondo una nueva empresa por semana, durante toda la próxima década”.

Enrique Garabetyan

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