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Era un producto marginal en la industria vitivinícola y ahora vive un boom.
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Se trata del mosto, un endulzante versátil demandado por diversas industrias de jugos, vinos, dulces, mermeladas y repostería;
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Argentina es el mayor exportador en volumen.
La industria vitivinícola argentina tiene un nuevo motivo para celebrar. La producción de mosto o Jugo de Uva Concentrado (JUC) no para de crecer y se consolida a nivel mundial. Una exportadoción argentina que cumple tres décadas de incursión en el mercado internacional, triplicando en la actualidad su elaboración y convirtiendo al país en el mayor despachante en volumen y el segundo en facturación, bajo una exitosa planificación estratégica, de cara al futuro.
Por eso, de acuerdo con la visión de los expertos del sector, hoy se puede aseverar que el JUC es un caso de éxito. “Es la historia de cómo un sector integrado, que definió y articuló políticas públicas y privadas, pasó en solo 30 años de ser un productor periférico a convertirse en el mayor exportador mundial en volumen y el segundo en facturación, según datos relevados al 2020″, indicaron desde la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), en sintonía con las tres décadas que cumple la Cámara Argentina de Fabricantes y Exportadores de Mosto de Uva (Cafem), institución gremial empresaria que representa a más del 90% de los fabricantes del país, principalmente en las provincias de San Juan y Mendoza.
El JUC es un endulzante versátil y por su naturalidad es usado por diversas industrias como alimentos, jugos, vinos, dulces, mermeladas y repostería. En este sentido, la demanda de los consumidores de todo el planeta por alimentos y bebidas más saludables es lo que impulsa al JUC argentino en sus proyecciones de crecimiento a futuro.
“El JUC o mosto comenzó siendo marginal en la industria vitivinícola, pero con el transcurso del tiempo ha sabido construir un espacio importante en volumen y facturación de exportaciones”, comentó Fernando Morales, presidente de CAFEM, quien observa un horizonte promisorio en el sector, con grandes expectativas y oportunidades de crecimiento.
Hoy, el mosto es estratégico para la vitivinicultura nacional ya que se queda, cada año, con aproximadamente el 25% o 30% del volumen total de la cosecha de uvas; esto permite “equilibrar” los stocks vínicos e influir positivamente sobre los precios del mercado.
Asimismo, las compañías del sector emplean a unas 600 personas de forma directa y la oferta de uva para mosto proviene de alrededor de 5000 pequeños y medianos productores de distintas provincias; y se enfoca en variedades “cerezas o criollas”. Otro dato destacado: es un sector generador neto de divisas ya que el 90% de lo producido se exporta.
Las ventas al exterior de mosto concentrado pasaron de U$S 41,25 millones en 1992 a U$S 138,08 millones en 2020, lo que representa un crecimiento consolidado en el período del 234,7%.
De subproducto a jugador clave
A comienzos de los 90, en Argentina se producían por año 148 millones de litros de mosto, sumando el total de Sulfitado, Concentrado y Virgen. A 2020, último año completo relevado, el país elaboró 442 millones de litros. “Esto es un crecimiento acumulado del 198,5%, según datos aportados por el Observatorio Vitivinícola Argentino”, destacaron desde la Coviar.
Asimismo, entre 1992, que es el dato más antiguo del que se tiene información, y 2020, las exportaciones de JUC argentino en volumen se incrementaron 249,1%, al pasar de 38.777 toneladas a 135.387 toneladas.
En tanto, en facturación, las ventas al exterior de mosto concentrado pasaron de U$S41,25 millones en 1992 a U$S138,08 millones en 2020, lo que representa un crecimiento consolidado en el período del 234,7%.
Con todo el arduo camino recorrido, hoy nadie imagina a la industria vitivinícola sin el rol clave que tiene el mosto. “Si bien, en los años ochenta, ya la Argentina empezó a hacer sus primeras exportaciones de mosto, en aquellos años era considerado incluso por la propia industria como un subproducto de la vitivinicultura. Pero con el transcurso de los años y la mayor demanda externa, la Argentina comenzó a consolidarse como un productor constante y confiable. Así se consolidó este nuevo negocio donde la Argentina es un player importante”, comentó Colombo.
En tres décadas, la industria nacional del vino puso a rodar este negocio que terminó con un posicionamiento de liderazgo mundial, con una demanda creciente, por ser un producto saludable. En la actualidad, Argentina es el mayor exportador mundial de mosto o JUC en volumen y el segundo en facturación, solo superado por España, según datos del Observatorio Vitivinícola Argentino.
El mosto argentino llega a Estados Unidos, Japón, Canadá, Arabia Saudita, Sudáfrica y China
Sin dudas, la industria del JUC se fue diversificando y haciéndose más sofisticada para atender la demanda externa, vinculada a los alimentos saludables. “Se han ido desarrollando y consolidando nichos que a futuro tienen un enorme potencial para seguir creciendo como son los mostos orgánicos, las certificaciones religiosas, mostos blancos y tintos, aromáticos y de distintos tipos”, aportó Colombo.
En tanto, José Alberto Zuccardi, presidente de la Coviar, dio su visión del producto. “El JUC es de una importancia clave y de extraordinaria nobleza que, por un lado, permite incrementar las exportaciones del sector vitivinícola puesto que tiene una gran demanda mundial por ser un alimento sano; mientras que, a la vez, presta un gran servicio a la industria del vino al absorber una parte importante de la producción de uvas, lo que permite mantener el equilibrio en los distintos mercados y tener precios razonables para toda la cadena”, dijo el empresario bodeguero.
Los mayores importadores mundiales de mosto concentrado de uva producido en la Argentina son Estados Unidos (capta 35% de las exportaciones locales), Japón (21%), Sudáfrica (18%) y Canadá (9%). Le siguen: Chile, Turquía, Rusia, Países Bajos, España, China, Arabia Saudita, México y Colombia.