Científicos del Instituto Balseiro crearon una empresa especializada en equipos con tecnología láser para la fabricación de desarrollos de micro y nanotecnología. Son unos de los pocos proveedores del mundo de este tipo de maquinarias, que ya se están utilizando en empresas e instituciones educativas y académicas del país y el exterior. Con uno de sus productos, incluso, llegaron al espacio.
Las aplicaciones que utilizan micro y nanotecnología son cada vez más diversas y transversales a distintos sectores el mercado, como informática, salud, agroindustria y telecomunicaciones. Las empresas que desarrollan dispositivos para abastecer a esa demanda son también variadas y múltiples. Pero los emprendimientos especializados que proveen el equipamiento necesario para la micro fabricación de esos desarrollos son muy pocos en el mundo y uno de ellos surgió de la mano de científicos del Instituto Balseiro (IB) y el CONICET.
“Para empezar, obtener el premio IB50K –que otorga el IB a proyectos innovadores de potenciales empresas de base tecnológica–, en el año 2017, fue un aporte estratégico”, dice Martín Sirena, director de Negocios de Mutech Microsystems. Ese fue el único aporte económico con el que contaron para poder crear la empresa, para lo que sumaron una inversión inicial propia de alrededor de 20.000 dólares y a partir de entonces se sostuvo mediante la venta de equipos.
“La mayoría llega al IB50K con un plan de negocios más bien abstracto y sin probar. Nosotros, en cambio, ya teníamos el equipo de litografía láser terminado. Después se refinó para la producción, durante el siguiente año, pero en el concurso gustó mucho que nuestra tecnología ya estaba probada y teníamos un par de ventas confirmadas”, explica Lucas Neñer, director científico de esta empresa que, según recuerda, surgió por una necesidad propia mientras cursaba una maestría. “Necesitaba el equipo de litografía láser y decidí tomar la iniciativa de ver si se podía fabricar de cero. Cuando vi que era viable y razonable, pasamos al arduo proceso de refinarlo para transformarlo en un producto comercial y fabricarlo”, afirma Neñer, magíster y doctorando en Física en el IB.
Tras iniciar sus actividades comerciales con ese primer equipo fueron sumando otros. Hoy, con un equipo de cinco especialistas y una estructura basada en la tercerización de servicios, ofrecen cuatro equipos distintos.
El de fotolitografía láser inicial, µLaser, es una especie de grabadora láser de muy alta resolución, alrededor de 100 veces más precisa que los equipos estándar, que fue diseñada para escribir estructuras micrométricas en materia foto sensible con las cuales se fabrican las denominadas fotomáscaras, las matrices que se usan para fabricar circuitos integrados y otros sistemas de microelectrónica. Con ella, por ejemplo, hicieron una placa micro fabricada que fue al espacio en un satélite de la empresa Satellogic.
Otro de los equipos es el denominado µAligner, que, como su nombre lo indica, permite alinear foto máscaras contra obleas de silicio con patrones preestablecidos para hacer dispositivos de alta complejidad multimedia. Un tercero, llamado µCoater, sirve para aplicar películas delgadas de fotopolímeros en la superficie de obleas de silicio o de otros tipos. Y, por último, el µExposer, para exponer los dispositivos y las microfabricaciones a luz UV.
“Gran parte de los equipos son desarrollados por nosotros desde cero, es decir, que partimos desde la I+D. También hacemos consultorías y desarrollos a medida. Por ejemplo, ayudamos a desarrollar procesos de microfabricación en otras empresas, porque fabricar este tipo de cosas en general requiere un conocimiento muy específico”, dice Neñer.
Sirena destaca que la empresa fue pensada con tres ejes que consideran claves: educación, investigación e industria. Por eso, también han desarrollado un kit específico para universidades y centros académicos. En la Argentina, han asesorado y le han vendido equipos a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (FCEN/UBA), la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y al Departamento de Física de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). El mes pasado lograron llegar con sus equipos a una Universidad en India, y también se usan sus equipos en el Instituto Nacional de Química de la Academia Nacional de Ciencias de China.
En la industria, en el país han asesorado y trabajado con la empresa biotecnológica Stämm, entre otras. “Logramos darle capacidad de microfabricación a un costo muy bajo, que una empresa que se está iniciando puede hacerlo”, destaca Sirena y advierte que esto es similar para instituciones públicas o consorcios. “Nosotros los ayudamos desde el punto de vista técnico y científico: si necesitan desarrollar un proceso, saber qué tipo de insumos utilizar o cuál es la mejor manera de hacer el dispositivo”, ejemplifica.
Una de las grandes ventajas de estos equipos, que además los vuelven una alternativa accesible para institutos y centros de investigación, es que su costo, de alrededor de 35.000 dólares, es inferior al de los importados, que pueden tener un precio superior a los 100.000 dólares.
Para abastecer al mercado externo, trabajan con distribuidores en China, Europa e India, y esperan ampliar el alcance de mercado y masificar el uso de estos equipos. Actualmente, están inicando una segunda etapa en la cual esperan “ser más ambiciosos” y buscar socios estratégicos para tener un alcance regional, como podría ser la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN), en la UNSAM, y abrir nuevos mercados. “Si bien tenemos la parte académica, nos gustaría que consolidarnos, incrementar las ventas y convertirnos en una empresa que venda a nivel global”, concluye Sirena.