Falleció en Buenos Aires, a los 84 años, Enrique Curt Gadow, maestro de la genética aplicada a la reproducción humana y el diagnóstico prenatal. Desde 1998 ocupaba como miembro de número el primer sitial en la historia de la Academia Nacional de Medicina consagrado a la especialidad en la que se había formado en el país y el exterior.
Fue pionero en ese campo en la década del setenta. Lo impulsó el interés por una disciplina a la que dedicaría su vida profesional. Cuando todavía no se vislumbraba el impacto que la genética tendría en la salud, orientó hacia ella su preparación en Estados Unidos durante siete años, en especial en malformaciones congénitas y reproducción.
Gadow egresó como médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1962 y, al año siguiente, inició la formación de posgrado en el entonces Hospital de Nueva York, el actual Centro Médico Weill Cornell, hasta 1969. Mientras tanto cursó estudios de posgrado en la Universidad Estatal de Nueva York. Hizo la residencia en obstetricia y ginecología en el sistema de salud de esa ciudad, donde también completó una beca en medicina materno-fetal.
De regreso al país, se incorporó en 1970 al Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (Cemic). En 1976, creó la Unidad de Genética, la primera en el país en un hospital que no fuera exclusivamente pediátrico. En ese centro, estuvo a cargo del Departamento de Ginecología y Obstetricia, fue director de Investigación del Instituto Universitario y presidente del Comité de Ética en la Investigación.
En el período 1976-1980, Gadow dirigió en paralelo el Centro Nacional de Genética Médica, desde donde pudo elaborar el primer programa de residencia médica en la especialidad. En 1986, organizó el Centro de Genética del Hospital de Clínicas de la UBA, donde más tarde sería consultor.
En 1985, se doctoró en Medicina en la UBA y, durante su carrera, siempre perseveró en la continuidad de nuevos estudios de su especialidad. Lo hizo en universidades como las de Tennessee (1988), Georgetown (1988) y Ottawa (Canadá, 1994), además de sumarse al Grupo Internacional en Diagnóstico y Tratamiento Prenatal, en Turquía (1992), y al Sistema Internacional de Monitoreo de Malformaciones Congénitas, en Italia (1993). A la vez, fue investigador visitante de centros de referencia como el Rigshospitalet, de Copenhague, Dinamarca, donde residió varios meses.
A lo largo de su carrera, Gadow presidió la Sociedad Argentina de Genética (1978-1980), la Sociedad Argentina de Ginecología y Obstetricia (1994-1995) y la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires (1995). Fue, además, fundador del Grupo Internacional de Fetoscopía y secretario general de la Sociedad Internacional de Diagnóstico Prenatal. En 1993, recibió el Diploma al Mérito en la categoría de Genética y Citología del Premio Konex a las mejores figuras de la ciencia y la tecnología de la década anterior. Su nombre figura entre los galardonados en 2002 con el Premio Maestro de la Medicina Argentina, auspiciado por La Prensa Médica Argentina.
Gadow fue un apasionado de la docencia, como se podía comprobar durante sus clases como profesor titular de la cátedra de Obstetricia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires o desde la dirección de la carrera de Especialista Universitario en Genética Médica y de la Unidad Académica de la materia del Instituto Universitario Cemic. También fue profesor visitante en las universidades de Memphis y Georgetown, en Estados Unidos, e integró el Estudio Colaborativo Latinoamericano de Malformaciones Congénitas.
Integró entre 1998 y 2009 el Grupo Científico y Técnico Asesor de la OMS. Entre sus maestros, siempre destacó a John T. Queenan en el manejo de embarazos de alto riesgo. Queenan era profesor y director emérito del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Georgetown, Washington.
En reuniones científicas de la especialidad en el país y el exterior, el médico notable que acaba de desaparecer dio conferencias magistrales sobre el genoma humano y la evolución de los estudios genéticos aplicados a la reproducción y el diagnóstico prenatal, sobre los que publicó innumerables trabajos en revistas científicas con revisión de pares. Fue autor y coautor de libros sobre ginecología, obstetricia y genética.
Un accidente automovilístico, de regreso de un viaje a Pehuajó, le había ocasionado hace justamente trece años heridas de consideración. Seis meses después sería víctima del asalto de uno de los delincuentes que operan en la modalidad de “motochorros”, sin que el Estado haya conseguido hasta ahora –más bien, lo contrario– brindar la seguridad debida a los ciudadanos. Como consecuencia de ese segundo hecho, Gadow padeció lesiones de las que nunca alcanzó a recuperarse por completo. Sobrevivió así por años con limitaciones que solo conjuraban parcialmente su proverbial templanza y entereza.
Había sido cadete de la quinta promoción del Liceo Naval Militar, la más antigua entre las que debieron evacuarse de Río Santiago en septiembre 1955, al comienzo de las acciones militares que se libraban por el alzamiento contra el régimen de Perón. Tanto él como sus compañeros fueron embarcados en los rastreadores Granville y Spiro y, en aguas próximas a Montevideo, hacia donde se dirigían, trasbordados al BDI Q64, el que llegaron a buen puerto. Fue, por así decirlo, un exilio de días.
Conocido por su nobleza y generosidad, y también por su entusiasmo por el tenis, Enrique Gadow sirvió por años en la conducción del Centro de Graduados de aquel instituto secundario, considerado en su tiempo como uno de los más exigentes de América Latina.