El 17 de octubre se celebro el Día de las Áreas Protegidas de Latinoamérica y el Caribe con el objetivo de reconocer la importancia de las áreas protegidas para el bienestar de las personas y el desarrollo sostenible en la región.
Las áreas protegidas son territorios destinados a la protección de la flora y fauna, los valores culturales y los servicios ecosistémicos. Debido a esto, su creación y gestión ha sido incluida a nivel mundial en el Convenio de Diversidad Biológica, el mayor acuerdo entre países que busca garantizar la conservación de la biodiversidad. En el recientemente firmado “Marco mundial Kunming-Montreal de la diversidad biológica” se plantea “Conseguir y hacer posible que, para 2030, al menos el 30% de las zonas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas, (…) se conserven y gestionen eficazmente mediante sistemas de áreas protegidas ecológicamente representativos, bien conectados y gobernados de forma equitativa, y otras medidas eficaces de conservación basadas en zonas geográficas específicas, el reconocimiento de los territorios indígenas y tradicionales (…)”.
Según ONU, al 2020, el 16,64% de la superficie de áreas terrestres y aguas continentales del planeta está dentro de áreas protegidas y conservadas, lo que equivale a 22.5 millones de km2.
Sin embargo, el Informe Planeta Vivo indica que hoy tan solo el 10 % de las áreas protegidas terrestres están conectadas, y poco se conoce sobre cuán bien gestionadas están. Por ello, además de promover la creación de áreas protegidas, es importante fortalecer la conectividad y su implementación. Solo de esta forma, se podrá hacer frente a la fragmentación de hábitats y mejorar la resiliencia climática.
“En la actualidad enfrentamos problemáticas ambientales que tienen consecuencias negativas directas en lo social y económico del país. Las áreas protegidas poseen un papel muy importante no sólo para la conservación de los ecosistemas, sino también para asegurar el bienestar de las personas y un desarrollo sostenible por los servicios ambientales que brindan. Por eso, es importante que las comunidades locales, gobiernos y empresas participen en promover áreas de protección”, detalló Fernando Miñarro, director de conservación de Fundación Vida Silvestre Argentina.
¿Por qué son importantes las áreas protegidas?
- Son esenciales para brindar soluciones naturales para la adaptación a los efectos del cambio climático.
- Son importantes para la investigación y educación.
- Contribuyen a las economías locales y regionales.
- Mejoran la salud y calidad de vida de las personas.
- Proveen servicios ambientales como el agua, alimentos y medicinas.
- Permiten el desarrollo de actividades turísticas y recreativas sustentables que habilitan el desarrollo social y económico, local y regional.
¿Cuál es la situación de las áreas protegidas en Argentina?
En la Argentina, según el Sistema Federal de Áreas Protegidas (SiFAP), actualizado en el sitio a octubre 2023, hay 616 áreas protegidas a nivel nacional, de estas, 556 son terrestres y protegen 16,17% del territorio continental, 57 Áreas Protegidas costero marinas y las 3 Áreas Marinas Protegidas que representan el 7,11% de la plataforma submarina. Pero poco se conoce sobre el nivel de implementación, es decir, por ejemplo, si disponen de personal y equipamiento suficiente para atender sus problemáticas, entre otras.
Existe en el Congreso un proyecto de Ley de Presupuestos Mínimos de Áreas Protegidas que espera ser tratado. Si bien tenemos leyes a nivel nacional y provincial para estas áreas, el objetivo de esta ley busca establecer los requisitos mínimos que promuevan la creación e implementación de áreas protegidas terrestres y costero-marinas. Con la aprobación de este proyecto, se lograría contar con mayor presupuesto y articular mejor la gestión para que estas áreas cumplan con sus objetivos. Lamentablemente el proyecto perdió estado parlamentario en dos oportunidades anteriores (2019 y 2017).
En nuestro país integran el Sistema Nacional de Áreas Protegidas las áreas bajo la Administración de Parques Nacionales, las integradas por los sistemas de cada provincia y la ciudad de Buenos Aires, aquellas con reconocimiento internacional como las Reservas de la Biosfera o los Sitios RAMSAR. A su vez, y en el último tiempo, ha tomado también protagonismo la creación de reservas municipales impulsadas por la comunidad y también las reservas privadas, creadas por la voluntad de sus propietarios. Para llegar a la meta del 30% del territorio protegido será imprescindible promover la figura de reserva privada para que más propietarios se sumen, así como también otras medidas eficaces de conservación basadas en áreas (zonas que sin ser áreas protegidas garantizarían la conservación de la biodiversidad).