martes, 12 agosto, 2025 - 8:29 am

Los embajadores de EEUU y Bélgica visitaron la Hidrovía en un momento clave de la licitación

Marc Stanley, embajador de Estados Unidos un Argentina, y su par de Bélgica, Karl Dhaene, visitaron la Hidrovía del Paraná en un momento clave de la licitación del corredor natural de transporte fluvial de más de 3.400 kms. de largo, que se extiende a través de los ríos Paraná y Paraguay, y permite la navegación continua entre los puertos de Argentina, Brasil, Bolivia Paraguay y Uruguay.

“Qué gran oportunidad para aprender de primera mano sobre el importante trabajo de dragado que hace del río Paraná una vía eficaz y eficiente para el transporte de bienes dentro y fuera del país. Gracias a Jan De Nul Group por la invitación y al Embajador Karl Dhaene por acompañarnos”, tuiteó el representante diplomático de EEUU.

“Honrado de visitar, junto con mi colega Marc Stanley, una draga de Jan De Nul Group en Corrientes. Me impresionó el trabajo de calidad que la compañía belga está haciendo desde hace varias décadas en la Argentina y la región”, agregó en su cuenta Dhaene y usó el hashtag “Hidrovia”, por donde se traslada el 80% del volumen del comercio exterior argentino.

"Me impresionó el trabajo de calidad que la compañía belga está haciendo desde hace varias décadas en la Argentina y la región”, dijo Dhaene «Me impresionó el trabajo de calidad que la compañía belga está haciendo desde hace varias décadas en la Argentina y la región”, dijo Dhaene

Desde el sector destacaron el apoyo de los dos países, por medio de sus representantes diplomáticos, a la continuidad de la empresa en la Hidrovía. En 2021, vencidas las concesiones, el Gobierno de Alberto Fernández pasó el control de la hidrovía Paraná-Paraguay a la Administración General de Puertos (AGP) y luego creó el Consejo Directivo del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable, con participación del Estado nacional y las provincias involucradas.

Entre las empresas que pujan por el dragado de la hidrovía figura una que responde al régimen chino y que ya fue impugnada por la autoridad nacional.

CCCC Shanghai Dredging es un gigante sancionado por Estados Unidos e incluido en una “lista negra” por parte del Departamento de Comercio de ese país por su papel en ayudar al régimen chino a militarizar puestos de avanzada en el Mar de China Meridional. La impugnación se basó en “Disponibilidad de Equipos” y “Competencia Técnica”. No cuenta con ellos para hacer el dragado ni con la idoneidad para ejecutar los complicados trabajos sobre el lecho del río.

El “tema Hidrovía” es central para las relaciones exteriores de Argentina. La evolución de la licitación es seguida muy de cerca desde Washington por el interés de China en el trazado. EEUU está preocupado por la influencia de China y de Rusia en proyectos económicos estratégicos en la región.

Jan de Nul, una empresa de origen belga, ganó la llamada “licitación corta” para seguir dragando el trayecto por medio de su subsidiaria local, Compañía Sudamericana de Dragado, y está a la espera de que se desarrolle el proceso “largo”, del que también participará de manera directaJan de Nul, una empresa de origen belga, ganó la llamada “licitación corta” para seguir dragando el trayecto por medio de su subsidiaria local, Compañía Sudamericana de Dragado, y está a la espera de que se desarrolle el proceso “largo”, del que también participará de manera directa

La Hidrovía fue uno de los temas de la reunión exprés entre Sergio Massa Wendy Sherman, la subsecretaria de Estado de Estados Unidos, segunda del secretario Antony Blinken, en República Dominicana, cuando el ministro de Economía iba de camino a las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial y la diplomática viajaba al país. “En Washington siempre preguntan por el tema, interesa mucho… y preocupa lo que se pueda decidir”, aseguró una fuente del Palacio de Hacienda que participó de las reuniones de Massa con la Casa Blanca.

Según la web de Compañía Sud Americana de Dragados, la empresa apuesta a acompañar y desarrollar su logística y potencial exportador. “Invertimos en el capital humano local. Damos trabajo altamente calificado a más de 500 argentinos y apostamos a seguir generando nuevas oportunidades. Contamos con buques de Bandera Nacional, tripulados por talento local, que son un orgullo para nosotros y el mundo entero. Nuestros buques son modernos y apostamos a ser líderes en la transformación sustentable del sector, como ya lo demuestra nuestra draga ecológica Afonso de Alburquerque”, destacaron.

Designación

La semana pasada, el Ministerio de Transporte designó a Abel De Manuele como nuevo presidente del Consejo Directivo del Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable, a través del decreto 209/2023 publicado hoy en el Boletín Oficial.

En el mismo también se designó a Priscila Makari en el cargo de vicepresidenta tercera del Consejo Directivo, y a María López y a Julián Hecker como vocales.

La draga ecológica Afonso de Alburquerque de Jan de NulLa draga ecológica Afonso de Alburquerque de Jan de Nul

El Ente de control de la Hidrovía Paraná-Paraguay se creó en agosto de 2021 con la misión de velar por la calidad y adecuada prestación de los servicios, la debida protección de los usuarios y las usuarias, el resguardo de los bienes de dominio público y privado del Estado y el cumplimiento de las leyes.

La entidad tiene su sede en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, y fiscaliza el cumplimiento de los reglamentos y los marcos contractuales y regulatorios mediante auditoría, control, inspección, regulación y seguimiento de las materias administrativas, ambientales primarias, económico-financieras, legales, determinación y modificación de traza, tarifarias y técnicas de los contratos de concesión de obra pública.

La ANMAT aprobó la vacuna Japonesa contra el dengue

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La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) aprobó la vacuna del laboratorio Takeda para la prevención del dengue causado por cualquiera de los cuatro serotipos existentes del virus en personas a partir de los cuatro años, con o sin antecedentes de dengue, sin la necesidad de la realización de análisis de sangre confirmatorio previo a su aplicación. El esquema completo incluye dos dosis que deben aplicarse separadas por un intervalo de tres meses.

Con la aprobación de la vacuna, comienza un proceso que incluye diferentes etapas hasta que esté disponible en la Argentina para su utilización. El laboratorio está trabajando para acortar los tiempos de producción y distribución, estimando que estará disponible en nuestro país para mediados de la primavera.

La TAK-003, también conocida como Qdenga, recibió su primera aprobación en agosto de 2022 en Indonesia y posteriormente en la Unión Europea en diciembre de 2022. Luego, le siguieron el Reino Unido en enero de 2023 y recientemente ha sido también aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa). Su utilización está contemplada para zonas endémicas. Tras la aprobación por parte de la Anmat, el laboratorio japonés establecerá los protocolos de inicio del proceso productivo para el envío de un lote de la misma a nuestro país. Cuando esto suceda, una vez concluido ese ciclo y siempre siguiendo estándares de calidad y trazabilidad, Argentina estará en condiciones de recibir ese envío para su posterior comercialización en territorio nacional.

“La llegada de una nueva vacuna siempre abre una esperanza de prevenir una enfermedad y, fundamentalmente, de poder prevenir el impacto más grave de la misma, sobre todo aquellos casos que pueden requerir internaciones y poner en riesgo la vida. En relación con esta vacuna contra el dengue, lleva varios años de investigación y desarrollo, que permiten confirmar su seguridad y eficacia, y puede ser administrada independientemente de que la persona haya tenido o no dengue previamente. Es importante mencionar que esta nueva vacuna va a ser una herramienta fundamental en la prevención del dengue junto con las otras medidas que ya conocemos, como son las acciones dirigidas a evitar que el mosquito encuentre ámbitos adecuados para reproducirse y aquellas que sirven para proteger a las personas de las picaduras del mismo”, dijo a través de un comunicado el Pablo Bonvehí, Jefe de Infectología del Hospital Universitario CEMIC

En el estudio clínico TIDES, que incluyó cerca de 20 mil participantes sanos de zonas endémicas, con un seguimiento de 4,5 años, la nueva vacuna demostró, con dos dosis, reducir un 84% las hospitalizaciones por dengue y un 61% el riesgo de dengue sintomático, con un muy excelente perfil de seguridad. El programa clínico completo estuvo compuesto por 19 estudios contando los que ya se han completado y los que siguen en curso y representa el relevamiento más grande jamás realizado por Takeda para un producto farmacéutico en sus dos siglos y medio de historia.

Esta vacuna se basa en virus vivos atenuados, desarrollada a partir del serotipo 2 del dengue, que proporciona la ‘columna vertebral’ genética para los cuatro serotipos y está diseñada para proteger contra cualquiera de estos. En cuanto al almacenamiento, requiere conservación en heladera a una temperatura de entre 2 y 8° centígrados.

El dengue es una enfermedad viral transmitida por mosquitos que representa una importante amenaza para la salud pública mundial, con riesgo de infección en más de 125 países, incluidos muchos de América Latina. El dengue grave se ha convertido en una de las principales causas de hospitalización y muerte entre niños y adultos en algunos países de la región.

“El principal agente transmisor de la enfermedad es el mosquito Aedes aegypti”, recordó Analía Urueña, Directora del Centro de Estudios para la Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles de la Universidad Isalud y agregó: “La infección es causada por cualquiera de los cuatro serotipos del virus del dengue, cada uno de los cuales puede producir la fiebre del dengue o dengue grave. La infección por uno de ellos no confiere protección contra los serotipos restantes. Esta vacuna es tetravalente y demostró generar respuesta contra los cuatro serotipos”.

La evolución de la enfermedad causada por el dengue está relacionada con factores de la persona que se infecta y la manera que responde a la infección, el serotipo que infecta a la persona, y la consulta precoz, afirmó por su parte Eduardo López, Jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y sumó: “El estudio de la vacuna en el que se realizó un seguimiento por 4,5 años demostró una eficacia en prevención de dengue sintomático de 61% y en prevención de hospitalización por dengue de 84%. Son cifras de eficacia muy contundentes”.

La enfermedad del dengue, si bien en algunos casos puede ser asintomática, cuando expresa síntomas, se presenta con un cuadro febril agudo e inespecífico; se llama así porque es un cuadro de menos de 7 días de duración, sin síntomas respiratorios. A estos signos, suele agregarse habitualmente dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolor muscular y en las articulaciones y a veces diarrea o vómitos; también en ocasiones aparece una erupción en la piel .

Al respecto, Ángela Gentile, jefa del servicio de Epidemiología del Hospital Gutiérrez, recordó que “aun cuando dispongamos de la vacuna para su prevención, de ninguna manera tenemos que abandonar las medidas ya conocidas para evitar la proliferación del mosquito vector, entre las cuales las más importantes son el descacharrreo, la eliminación de recipientes con agua estancada, además de las medidas para evitar las picaduras, como el uso de repelente, ropa amplia que proteja brazos y piernas, y la instalación de mosquiteros en los domicilios. Esta vacuna, junto con todas estas medidas, nos ayudará a enfrentar mejor este flagelo y reducir los contagios sintomáticos, los casos graves y las hospitalizaciones”, completó.

El dengue suele crear una situación de emergencia de salud pública de importancia internacional, es propenso a las pandemias y se comporta de manera estacional, con brotes en áreas tropicales y subtropicales y, recientemente, se han sumado partes de los Estados Unidos y Europa. En la actualidad, cerca de la mitad del mundo vive bajo la amenaza del dengue, que se estima que causa 390 millones de infecciones y alrededor de 20.000 muertes en todo el mundo cada año.

Hasta la semana epidemiológica 15 de 2023, es decir hasta el 15 de abril, se notificaron en el país 56.324 casos de dengue, de los cuales 51.637 adquirieron la infección en la Argentina. Al momento, la circulación de este virus se ha identificado en 15 jurisdicciones correspondientes a cuatro regiones: Región Centro (Buenos Aires; Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Córdoba; Entre Ríos; Santa Fe); región NEA (Corrientes; Formosa; Chaco); región NOA (Catamarca; Jujuy; La Rioja; Salta; Santiago del Estero; Tucumán) y la provincia de San Luis en la región Cuyo.

Los casos registrados hasta el momento presentan una distribución territorial amplia, con un mayor número de casos en las regiones del NOA y Centro, predominado la circulación de DEN-2 y, en menor medida, DEN-1. Esto es una importante diferencia respecto de otros años en los que predominó el DEN-1.

Adriana Serquis: «Argentina es uno de los proveedores nucleares responsables en el mundo»

Adriana Serquis es la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica, organismo dependiente de la Secretaría de Energía que se ocupa de la investigación, desarrollo e innovación en las tecnologías nucleares y sus aplicaciones pacíficas desde el año 1950. En diálogo con Agencia Paco Urondo se refirió a las potencialidades de esa energía para el desarrollo del país. Agencia Paco Urondo: ¿Qué significado tiene, para nuestro país, tener tecnología atómica propia? Adriana Serquis: Poseer tecnología nuclear en el mundo significa pertenecer a un club de países específicos y poder establecer relaciones a nivel internacional. También tener la capacidad desarrollar estos conocimientos, tanto sea para aplicaciones en energía, que nos permitiría garantizar parte de la soberanía energética, como en el área tecnológica, con otras aplicaciones en salud, industriales. Implica un desarrollo que puede derivar en una cadena de valor mucho más amplia e importante, con un valor agregado diferente que lo distingue de cualquier otra tecnología. APU: ¿Qué sería pertenecer a un club de países específicos? A.S.: Pertenecemos a lo que se llama Nuclear Suppliers Group. A nivel internacional, este año lo lidera la República Argentina, el año que viene lo va a liderar Brasil. Lo hace como país con tercera posición, que no está alineado ni con un bloque ni con otro, hablo particularmente de China y de Estados Unidos.  Los países que tienen la potencialidad de poseer tecnología nuclear tienen muchas normativas para evitar la proliferación y la producción de armas. Siguiendo los acuerdos internacionales que hay, este grupo determina las normativas de exportación e importación de productos que puedan estar relacionados con esta proliferación. De esta manera, poder ser partícipes de esas discusiones implica que podamos tener un dominio o al menos una participación importante en la definición de esos intercambios. Por ejemplo, si nosotros necesitamos acero para una determinada industria, si ese acero tiene, a su vez, aplicaciones en el área nuclear, puede ser que tenga ciertas restricciones. El hecho de que nosotros tengamos normativas claras, de contabilidad y control de todos los materiales que poseemos, nos permite realizar estas transacciones sin caer en determinadas restricciones. Es muy importante poder estar en ese club, si querés, de países que determinan estas normativas.
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«La influencia que pudo haber tenido la energía nuclear y sus accidentes en el mundo, estadísticamente, es como comparar la seguridad a viajar en un avión a hacerlo por vía terrestre»
Reactores modulares, la apuesta nacional APU: Argentina es pionera en reactores modulares pequeños. ¿Cuáles son las ventajas que tienen y por qué el mundo los está mirando con tanto interés? A.S.: Porque, en principio, siempre existe el temor a las grandes centrales nucleares, con los antecedentes que hay. Siempre digo que, de todas maneras, la influencia que pudo haber tenido la energía nuclear y sus accidentes en el mundo, estadísticamente, es como comparar la seguridad a viajar en un avión a hacerlo por vía terrestre: uno tiene miedo de viajar en avión cuando, en realidad, es muchísimo más peligroso hacerlo por tierra. Al temor que genera en la sociedad, es importante señalar que hacer grandes centrales nucleares tiene problemas de financiamiento. Entonces, en cuanto a cumplir las metas de la transición energética de bajar la emisión, los reactores modulares pequeños permiten tener un financiamiento de menor escala. Permitiría financiar pequeños reactores que se pueden hacer, justamente, en forma modular, incrementando la potencia, por un lado y garantizando la seguridad, por el otro. Haciéndolo de otra manera, porque integran conceptos de lo que se llama seguridad pasiva, al sumar lo que se llama recipiente de presión de los componentes. Un diseño de funcionamiento que permitiría, ante cualquier eventualidad, se autoapague sin necesidad de contar con suplementos externos de energía eléctrica. Esto último es lo que, como en el caso de Fukushima, dio lugar a los problemas que ha tenido ese reactor: la falla de los sistemas auxiliares. También se pueden adaptar a diferentes necesidades aisladas de la red. Pienso en aplicaciones como la desalinización en lugares aislados, en lugares de nuestro país que están por fuera de la red eléctrica o, incluso, en otros nichos como la generación de hidrógeno, que ahora está tan de moda. En nuestro país, la Central Argentina de Reactor de Elemento Modulares (CAREM), es un proyecto pionero en el mundo. Si bien hay más de 70 proyectos con similares estilos, este es uno de los más avanzados. De hecho, salió el lunes de esta semana, un informe que así lo explica: tiene en este momento un 63% de avance en su construcción y de los otros proyectos, muchos, están solamente en papel. Es decir, siguen siendo una idea. Otros han avanzado en lo que se llama el licenciamiento, el haber tenido la aprobación de las autoridades regulatorias correspondientes de sus propios países, y algunos han empezado a hacer los diseños de ingeniería, pero hay solamente 2 en construcción de este estilo. Dentro de esta temática de los reactores modulares pequeños, realmente el CAREM es uno de los más avanzados en el mundo. Argentina representa una oportunidad única porque se lo piensa como el primer reactor de potencia, o sea, que genera energía eléctrica. APU: Calculo que eso, también, beneficia a nuestra industria. A.S.: Está íntegramente diseñado en nuestro país, tiene todas las capacidades nacionales, nos permite desarrollar una cadena de valor de la industria, metalmecánica, asociada, eléctrica, etc., de componentes de alta calificación. Hubo más de 1000 contratos con empresas argentinas que van desarrollando pequeños componentes. Algunos que requieren calificación nuclear y otros que requieren, simplemente, calificación de alta calidad, cumpliendo con ciertas estampas internacionales. Estamos bastante orgullosos de ese proyecto, como verás. Se le está apostando porque puede servirnos no sólo para las necesidades de nuestro país, sino como un bien exportable, así como ocurrió con los reactores de investigación en INVAP.
“A nivel mundial se está reevaluando la energía nuclear porque garantiza lo que se llama energía de base. Los otros tipos de energías, a partir de energías renovables, tienen el problema de la intermitencia”
APU: Hablabas de cuestiones de seguridad y no puedo dejar de traer el incendio en campos de General Rodríguez que afectó cables de alta tensión y el funcionamiento de Atucha, generando un montón de versiones. A.S.: Es una industria muy controlada, tiene niveles de seguridad altísimos. El incendio fue parte de la red eléctrica normal y el hecho de que se haya apagado la central fue parte de los protocolos de seguridad. Fue una consecuencia y no la causa del apagón, es importante señalarlo. Se entiende que existe ese miedo a nivel de la comunidad relacionado con un posible evento. Un evento tipo Chernobyl no es posible en nuestros tipo de centrales, quisiera aclararlo. El CAREM garantiza la seguridad pasiva, no depende de otros sistemas auxiliares. Por la forma en que está diseñado, integra dentro de lo que es el recipiente de presión todos los componentes auxiliares. Si alguna vez se puede visitar la obra, la verdad es que es una cosa muy impactante, cómo se presenta todo lo que es el contenedor de la parte donde se realiza la reacción nuclear para poder brindar energía eléctrica. Está realmente diseñado para que no haya ningún tipo de eventualidad. A los científicos y científicas nos cuesta mucho hablar de riesgo 0 porque eso no existe, pero la verdad, garantiza que no puede haber problema de seguridad en ese sentido, de un accidente que pueda contaminar más adelante. APU: ¿Qué puede aportar la energía nuclear? A.S.: A nivel mundial se está reevaluando la energía nuclear porque garantiza lo que se llama energía de base. Todos los otros tipos de energías, a partir de energías renovables, como pueden ser la solar o la eólica, tienen el problema de la intermitencia: no siempre está presente el viento, el sol tampoco. Esas fluctuaciones son las que dan origen, justamente, a los problemas que tienen las redes eléctricas. Las energías como la hidroeléctrica o la nuclear, garantizan una energía de base estable. Hay todo un análisis de sustentabilidad de cuánto es el porcentaje de energía de base que debe tener. Muchos países, inclusive Japón, están volviendo a pensar en tener nuevas centrales. Francia tiene un proyecto en el que hizo todo un análisis de escenarios posibles: de qué porcentaje de su matriz eléctrica debería ser nuclear y cuál debería ser parte de renovables para llegar a esa anhelada expectativa de emisiones 0 en cuanto a gases de efecto invernadero, que tanto están afectando, reconocido ya como un problema a nivel internacional el cambio climático. APU: Al respecto: ¿cómo está compuesta nuestra matriz energética y cuáles son nuestras posibilidades de mejorarla hacia tecnologías de menor emisión? A.S.: En este momento, la matriz energética de energía eléctrica tiene, todavía, más de un 70% todavía de base de gas natural, a través de las centrales. Muy poco, por suerte, de carbón, que es lo más contaminante que tenemos. Aún así, tenemos más del 70% de energías fósiles. El resto es energía hidráulica en un 20%, bastante energía eólica que fue aumentando en la matriz, y un 7% de energía nuclear. En principio, en algunos de los escenarios que se fueron planteando, hay que esperar que se terminen de hacer todos esos análisis, pero parecerían indicar que sería posible o deseable, aproximadamente, un 15%. Duplicar lo que tenemos ahora. Es uno de los escenarios posibles, no digo que sea el ideal. Como dije, eso está en evaluación, con lo cual no me quiero jugar a decir un número al respecto. Todo parecería indicar que, de seguir aumentando, implicaría duplicar nuestra capacidad de creación de energía eléctrica con energía nuclear. APU: ¿Y eso cómo se lograría? ¿Con la apuesta a los reactores modulares? A.S.: Creo que debería haber una combinación. Primero, porque los reactores modulares son pequeños. Este primer reactor tiene solo 32 megawatts, pensá que una gran central de las nuevas tiene 1200, las centrales nucleares nuestras tienen entre 600 y 800 dependiendo si es Embalse, Atucha 1 o 2. Dependiendo de cómo termine siendo ese análisis creo que, en paralelo, se puede dar la construcción de una central grande de potencia y, simultáneamente, empezar a ver los nichos donde los reactores modulares pequeños deberían funcionar. Si aislados de la red, si para estas funciones específicas, como puede ser tener hidrógeno. Ahí, incluso, interviene el negocio de la exportación de estas centrales, contribuyendo con este proceso en otros países, tanto sea de América Latina como de otros países del mundo.
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Atucha
APU: Hablabas de cuestiones de seguridad y no puedo dejar de traer el incendio en campos de General Rodríguez que afectó cables de alta tensión y el funcionamiento de Atucha, generando un montón de versiones. A.S.: Es una industria muy controlada, tiene niveles de seguridad altísimos. El incendio fue parte de la red eléctrica normal y el hecho de que se haya apagado la central fue parte de los protocolos de seguridad. Fue una consecuencia y no la causa del apagón, es importante señalarlo. Se entiende que existe ese miedo a nivel de la comunidad relacionado con un posible evento. Un evento tipo Chernobyl no es posible en nuestros tipo de centrales, quisiera aclararlo. El CAREM garantiza la seguridad pasiva, no depende de otros sistemas auxiliares. Por la forma en que está diseñado, integra dentro de lo que es el recipiente de presión todos los componentes auxiliares. Si alguna vez se puede visitar la obra, la verdad es que es una cosa muy impactante, cómo se presenta todo lo que es el contenedor de la parte donde se realiza la reacción nuclear para poder brindar energía eléctrica. Está realmente diseñado para que no haya ningún tipo de eventualidad. A los científicos y científicas nos cuesta mucho hablar de riesgo 0 porque eso no existe, pero la verdad, garantiza que no puede haber problema de seguridad en ese sentido, de un accidente que pueda contaminar más adelante. APU: ¿Qué puede aportar la energía nuclear? A.S.: A nivel mundial se está reevaluando la energía nuclear porque garantiza lo que se llama energía de base. Todos los otros tipos de energías, a partir de energías renovables, como pueden ser la solar o la eólica, tienen el problema de la intermitencia: no siempre está presente el viento, el sol tampoco. Esas fluctuaciones son las que dan origen, justamente, a los problemas que tienen las redes eléctricas. Las energías como la hidroeléctrica o la nuclear, garantizan una energía de base estable. Hay todo un análisis de sustentabilidad de cuánto es el porcentaje de energía de base que debe tener. Muchos países, inclusive Japón, están volviendo a pensar en tener nuevas centrales. Francia tiene un proyecto en el que hizo todo un análisis de escenarios posibles: de qué porcentaje de su matriz eléctrica debería ser nuclear y cuál debería ser parte de renovables para llegar a esa anhelada expectativa de emisiones 0 en cuanto a gases de efecto invernadero, que tanto están afectando, reconocido ya como un problema a nivel internacional el cambio climático. APU: Eso lleva a preguntarte, entonces, cómo está compuesta nuestra matriz energética y cuáles son nuestras posibilidades de mejorarla hacia tecnologías de menor emisión. A.S.: En este momento, la matriz energética de energía eléctrica tiene, todavía, más de un 70% todavía de base de gas natural, a través de las centrales. Muy poco, por suerte, de carbón, que es lo más contaminante que tenemos. Aún así, tenemos más del 70% de energías fósiles. El resto es energía hidráulica en un 20%, bastante energía eólica que fue aumentando en la matriz, y un 7% de energía nuclear. En principio, en algunos de los escenarios que se fueron planteando, hay que esperar que se terminen de hacer todos esos análisis, pero parecerían indicar que sería posible o deseable, aproximadamente, un 15%. Duplicar lo que tenemos ahora. Es uno de los escenarios posibles, no digo que sea el ideal. Como dije, eso está en evaluación, con lo cual no me quiero jugar a decir un número al respecto. Todo parecería indicar que, de seguir aumentando, implicaría duplicar nuestra capacidad de creación de energía eléctrica con energía nuclear. APU: ¿Y eso cómo se lograría? A.S.: Creo que debería haber una combinación. Primero, porque los reactores modulares son pequeños. Este primer reactor tiene solo 32 megawatts, pensá que una gran central de las nuevas tiene 1200, las centrales nucleares nuestras tienen entre 600 y 800 dependiendo si es Embalse, Atucha 1 o 2. Así que no hay tiempo de competir, hacer la cantidad de reactores modulares pequeños para poder llegar a ese número. Dependiendo de cómo termine siendo ese análisis creo que, en paralelo, se puede dar la construcción de una central grande de potencia y, simultáneamente, empezar a ver los nichos donde los reactores modulares pequeños deberían funcionar. Si aislados de la red, si para estas funciones específicas, como puede ser tener hidrógeno. Ahí, incluso, interviene el negocio de la exportación de estas centrales, contribuyendo con este proceso en otros países, tanto sea de América Latina como de otros países del mundo.

La energía nuclear y la construcción de reactores: un punto clave en las relaciones Argentina-Brasil

Las relaciones bilaterales entre Argentina y Brasil han ido profundizándose a lo largo de los años y en múltiples aspectos, destacando la energía nuclear como uno de los campos impulsados por los gobiernos de ambos países. Tal es así que, desde la firma del Acuerdo de Guadalajara para el Uso Exclusivamente Pacífico de la Energía Nuclear entre Argentina y Brasil, los procesos de cooperación en materia nuclear lograron progresar en miras de generar avances tecnológicos, económicos y sociales en ambos países. Este acuerdo, firmado el 18 de julio de 1991, dio lugar a la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC). Esta agencia se consolidó, puntualmente, con el objetivo de “administrar y aplicar el Sistema Común de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (SCCC) en ambos países para verificar que estos materiales no sean desviados hacia fines no autorizados, como armas nucleares u otros dispositivos nucleares explosivos”. En otras palabras, el impulso para su establecimiento fue la no proliferación nuclear en América Latina, así como también la cooperación en el sector con fines estratégicos y productivos. Dirigida por una Comisión como máxima autoridad, está conformada por cuatro miembros provenientes de las Cancillerías y de las Autoridades Nacionales de salvaguardias de Argentina y Brasil.
Al día de hoy, a 32 años de este hito bilateral, Argentina y Brasil cooperan no sólo en la verificación mutua de sus actividades nucleares, sino también en una serie de proyectos conjuntos para “explotar” el valor estratégico de la relación, tal y como lo son las construcciones de los reactores RMB (Reactor Multipropósito Brasileño) y RA-10 (Reactor Nuclear Argentino Multipropósito).

El RMB, RA-10 y el rol del INVAP

A finales del 2017, Argentina y Brasil firmaron un contrato para ejecutar este proyecto, puntualmente entre el INVAP y la Fundación Parque de Alta Tecnología de la Región de Iperó y Adyacencias (Fundación PATRIA), con el objetivo de desarrollar en cada país y de forma conjunta dos reactores de investigación similares de 30 MW: el RMB y el RA-10. En este marco, la empresa argentina proveería la ingeniería para la construcción del reactor RMB, además de ser la encargada de llevar a cabo la construcción del Reactor Argentino junto a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), especializada en desarrollar proyectos tecnológicos en diversos campos, incluyendo la energía nuclear, tecnología espacial, tecnología para la salud, entre otras.
INVAP posee su sede central en San Carlos de Bariloche y cuenta con diversas instalaciones a lo largo de la Argentina, ubicadas en Córdoba, Neuquén, Buenos Aires, Campana y Rosario, entre otros. Asimismo, posee subsidiarias y representaciones en distintos países, lugares en donde ha buscado posicionarse estratégicamente e impulsar sus exportaciones, como Estados Unidos, Argelia, Holanda o Australia, entre otros. Puntualmente, la obra civil del Proyecto RA-10, que comenzó en 2016, se localiza en el Centro Atómico Ezeiza (Provincia de Buenos Aires), la cual incluye el diseño, construcción, montaje y operación del reactor nuclear multipropósito.
INVAP
Según su experiencia, el objetivo de la empresa es que, a través de la construcción de este tipo de proyectos tecnológicos en diversas áreas, se pueda “mejorar la calidad de vida de las personas y aportar al desarrollo sustentable”. Partiendo desde este punto, INVAP buscó asegurarse de que el Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10 logre superar las expectativas de la empresa y posicionarlo como el principal abastecedor de radioisótopos medicinales y tecnología de punta en América Latina. Esto se debe a que el RA-10 es un reactor de investigación, puntualmente de producción de radioisótopos, comúnmente utilizados en la investigación básica y el desarrollo de la tecnología en el ámbito de la salud. De manera similar, el Reactor Multipropósito Brasileño tiene diversas finalidades estimadas para la industria nuclear, asociada con el área de la salud y sus servicios. Promete asegurar el autoabastecimiento de radioisótopos de uso médico en su país y en la región, tal y como el RA-10 busca promover nuevas “investigaciones en ciencias básicas y aplicaciones basadas en el uso de técnicas neutrónicas avanzadas”. En este contexto, entonces, ¿por qué es importante el rol que cumple el INVAP, buscando impulsar la industria nacional en energía nuclear?
Mapa de proyectos nucleares de INVAP desarrollados a través del mundo
La industria nuclear no solo tiene una ventaja productiva, que es la capacidad de generar energía con bajo impacto ambiental y de manera sustentable, sino que también Argentina ha sido pionera en la misma, formalizando la actividad del sector el 31 de mayo de 1950 con la firma del Decreto Nº 10.936. El mismo manifiesta que “el progreso de la energía atómica no puede ser desconocido por el Estado”, destacando la relevancia de esta industria y sus componentes estratégicos para un país. Desde su momento hasta el día de hoy, Argentina ha buscado impulsar el sector nuclear de diversas formas, destacando la construcción de tres centrales nucleares, un reactor nuclear de potencia íntegramente nacional, y un reactor multipropósito conjunto con Brasil. Asimismo, se destacan múltiples empresas y agencias nacionales con presencia regional y mundial, como las ya mencionadas INVAP, CNEA, entre otras. La construcción RA-10 fue una piedra angular en la industria nuclear argentina, más aún considerando que se planea inaugurar el próximo año. No solo es desarrollado íntegramente en Argentina entre la CNEA y el INVAP, sino que también cuenta con un aporte de más del 80% de empresas e instituciones locales en tecnología y servicios asociados, promoviendo que la Argentina se convierta en uno de los pocos países del mundo que construyen sus propios reactores y se insertan internacionalmente en el mercado, en una industria en auge y con múltiples beneficios para el medioambiente. Argentina ha demostrado su capacidad productiva, tecnológica y proyectual en distintas áreas específicas del sector, destacando una labor fundamental en la generación de radioisótopos, elemento esencial (y escaso) para tratamientos medicinales, entre otros usos. Además, el hecho de que sean producidos localmente brinda un margen de maniobra mayor para el país, reduciendo los riesgos de desabastecimiento y los costos para la producción de radiofármacos o la realización de exámenes, considerando que los radioisótopos son comúnmente importados. En un contexto de crecimiento de la demanda interna de radioisótopos y un impulso por mejorar los diagnósticos y tratamientos médicos, Argentina encuentra en la energía nuclear la posibilidad de ubicarse internacionalmente en el mercado y asumir una posición de liderazgo como exportador de radioisótopos. Tal y como lo expresó en una entrevista el gerente del proyecto RA-10, ingeniero Herman Blaumann, “mientras países como Alemania, Bélgica, Países Bajos y Canadá cierran reactores nucleares con fines científicos, nosotros acá vamos a inaugurar uno que permitirá producir radioisótopos para cubrir las necesidades nacionales y también internacionales, ya que hay muchos países interesados en comprar este producto escaso a nivel mundial. Es una oportunidad estratégica para convertir al país en el principal productor de este elemento fundamental para la medicina nuclear. Según algunas estimaciones, podría llegar a exportar molibdeno 99 hasta por 50 millones de dólares anuales”.

El embajador argentino en Beijing, Vaca Narvaja pidió a China que financie el 100% de Atucha III

El embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, solicitó este martes al gobierno de Xi Jinping que financie la totalidad de la construcción de Atucha III, la cuarta central nuclear nacional que se emplazará en la localidad bonaerense de Lima.
Vaca Narvaja destacó la importancia del desarrollo de Atucha III, al encabezar junto con las autoridades chinas el acto por el 40º aniversario de la Corporación Nuclear Nacional de China en el Extranjero (CNOS). Asimismo, el embajador mantuvo una reunión de trabajo con el presidente de la Corporación Nacional Nuclear de China (CNNC), Gu Jun, en la que le solicitó que su país financie el 100% de la construcción de Atucha III dada la situación económica de la Argentina.

¿Cuánto costará Atucha III y cómo se pagará?

La inversión será de u$s8.300 millones para una obra que se desarrollará en un plazo estimado de ocho años y medio. Según pudo saber este medio, el financiamiento original previsto era por el 85% de la obra, pero desde hace meses que los funcionarios argentinos abogan por cubrir el total. Para ello, habrá que reacondicionar otra vez los términos de los documentos suscriptos con el consorcio de bancos chinos liderado por el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC). Las nuevas condiciones implicarían un período de gracia similar al que demora la construcción y puesta en marcha (ocho años), con lo cual, el crédito por la cuarta central se pagaría con la venta de la energía limpia generada en el país, sin desembolsar un solo dólar.
«Para la Argentina poner en marcha el proyecto de la cuarta central nuclear implicaría robustecer nuestras reservas, dinamizar la industria y la construcción, generar 7.000 puestos de trabajo y desarrollar aún más al sector nuclear», indicó Vaca Narvaja.
Atucha III se trata de la mayor inversión china en la Argentina, por delante de las represas en Santa Cruz, que en las últimas recibieron el segundo desembolso por unos u$s500 millones prometidos de los pagos atrasadosAtucha III tendrá una potencia eléctrica bruta de 1.200 MW, durará 60 años de generación continua de energía y abastecerá de electricidad al equivalente de 11 millones de argentinos. El embajador recordó que se trata de una iniciativa impulsada durante la primera presidencia de Cristina Fernández de Kirchner y remarcó que el desarrollo de Atucha III también contribuirá a «la formación de cuadros técnicos y el crecimiento de instituciones y empresas como Nucleoeléctrica Argentina, Invap, Nuclearis, Conuar, Impsa», entre otras. Además, Vaca Narvaja destacó la importancia de la transferencia tecnológica, que el 40% de componentes serán de fabricación local y que se impulsaría también el desarrollo del primer prototipo de reactor nuclear Carem. Fuentes oficiales estimaron la iniciativa geneará u$s500 millones solo de insumos comprados a la industria metalmecánica nacional.
«Tal como dijera el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, el argentino Rafael Grossi, los reactores ‘Hualong están a la vanguardia internacional y son totalmente seguros’, por lo que a lo largo de estos 40 años la cooperación con CNNC se ha consolidado como una excelente estrategia para combatir la crisis energética a la que nos enfrentamos», señaló el funcionario.

¿Qué es el reactor Hualong One?

El reactor de tecnología Hualong One (HPR-1000) utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador. Este tipo de reactor cumple con todos los requisitos estipulados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) e incorpora todos los avances en materia de seguridad establecidos en la última década. En febrero de 2021 fue puesto en marcha el primer reactor Hualong One en la provincia Fuqing de China y el 20 de mayo de ese año entró en operación la central nuclear de Karachi en Pakistán, siendo la primera unidad Hualong One fuera de China. En China hay otros 37 reactores en construcción en 7 provincias y uno más en Pakistán.

El origen de la cuarta central nuclear

El proyecto para la construcción de la Central Nuclear Atucha III fue incluido en el V Diálogo Estratégico para la Cooperación y Coordinación Económica firmado por ambas cancillerías el 27 de enero, en el marco de la visita del presidente Alberto Fernández a Beijing. Asimismo, en la declaración conjunta firmada entre ambos presidentes, se destacaba la cooperación nuclear para usos pacíficos en diversos campos como medicina nuclear y generación de energía. Pero el contrato entre Nucleoeléctrica Argentina (NASA) y CNNC se firmó el 1 de febrero de 2022,. y todavía requiere la aprobación de ambos gobiernos. Ese contrato EPC (ingeniería, compras y construcción) prevé la provisión de la ingeniería, construcción, adquisición, puesta en marcha y entrega de una central del tipo HPR-1000, que utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador. El proyecto Atucha III fue dispuesto por la ley 26.566 del 2009 y se encuentra incluido en el acuerdo firmado con China en 2014, ratificado por el Congreso nacional como la Ley 27.122. “Esta inclusión fue ratificada por ambos países el 18 de abril de 2017 y el 27 de enero de 2022, respectivamente”, señalaron desde NASA. En ese marco, el embajador dijo que «la cooperación nuclear con China es clave para enfrentar los desafíos energéticos y económicos». «Debemos apuntalar una transición energética hacia fuentes de energías no contaminantes y es allí donde la energía nuclear es un activo estratégico», manifestó Vaca Narvaja, quien resaltó la coincidencia con Grossi y con la activista Greta Thumberg en ese sentido. Desde la embajada argentina en China recalcaron que pedir el 100% de la financiación «se está hablando hace tiempo», pero aclararon que este «no fue un pedido formal», porque ese pedido formal, estiman, llegará cuando los empresarios orientales y el gobierno de Xi Jinping exprese públicamente la «voluntad» de aceptarlo. «Es algo que se va construyendo», afirmaron a este cronista. En tanto, el embajador aseguró que obras como la central nuclear de Atucha III son «activos generacionales», porque «van a perdurar en el tiempo con impacto en varias generaciones».

Pampa III: Se renueva la cooperación bilateral con México para su producción

La Feria Aeroespacial México (FAMEX) celebra este año su quinta edición del 26 al 29 de abril en la Base Aérea Militar Nº. 1 de Santa Lucía, México. La Cancillería a través de la Subsecretaría de Promoción de Comercio e Inversiones convocó a empresas argentinas del sector Aeroespacial a una Misión Comercial para acudir a la exposición que cada dos años organiza la Secretaría de Defensa Nacional mexicana. El general Javier Sandoval Dueñas (Fuerza Aérea de México) es el presidente de FAMEX, invitó a 40 jefes de Estado Mayor de Fuerza Aérea de distintos naciones y correspondió al brigadier general Xavier Isaac representar al país con una responsabilidad adicional dado que no habrá autoridades del ministerio de Defensa.
El ministro Jorge Taiana visitó México el año pasado con motivo del Diálogo Estratégico Interministerial y en aquella oportunidad se habló de cooperación bilateral, especialmente para dar un impulso a las industrias de defensa en proyectos específicos. Tocará a Isaac cumplir el mandato de aquellas bases que plasmó Taiana, en concreto involucra tanto al jet IA-63 Pampa III y al entrenador básico IA-100 Malvina.
Vocero calificado, la fuerza opera en la renovada Base Aérea Río Gallegos un número modesto de Pampa III (tres aviones) que expresan la visión estratégica de proyección hacia el Sur, hacia el Atlántico, las islas y la Antártida, más que disuasión letal.
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Los organizadores anunciaron que habrá alrededor de 70 aeronaves en exposición estática, que son tanto militares como civiles, algunas de entrenamiento y otras de aviación comercial. No estará el avión insignia de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Sea por costos de la operación de traslado, pobre visión comercial o ambas razones, el jet de entrenamiento avanzado y de combate liviano, IA-63 Pampa III Block 2 se verá sólo en fotos y algún ejemplar a escala de aeromodelismo. Es cierto que la mayoría de los interesados de la región conoce la aeronave, vieron dos en la exposición FIDAE 2022 realizada en Chile, pero también lo es que el leitmotiv de toda feria aeronáutica no es otro que acercar el avión operativo al contacto directo con clientes potenciales. Ausencia inexplicable de un producto que alcanzó la serie, recibió la certificación completa de la Dirección General de Aeronavegabilidad Militar Conjunta (DIGAMC), requisito esencial para la exportación y con 5 unidades ya entregadas a la Fuerza Aérea Argentina.
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Los mercados potenciales del Pampa –su precio ronda los u$s15 millones– son Colombia, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Uruguay, Nigeria, Camerún, Malí, Senegal y se sumó recientemente otro posible cliente, la Fuerza Aérea de Filipinas. ¿Hay futuro para el Pampa III en México? Sí, todavía está vigente aquella propuesta generada en 2019 y actualizada en la última reunión bilateral de 2022 de compartir la producción del Pampa, con algunas partes a integrar en suelo azteca. La coproducción puede cuajar en ambas partes, un beneficio es que la planta motriz del Pampa se fabrica en las instalaciones de Honeywell Aerospace de Chihuahua, México.La iniciativa incluía que FAdeA asesoraría o desarrollaría parte del proyecto mejicano para fabricar el primer turbohélice ligero de entrenamiento Azteca 1. El último punto tiene una ventaja para FAdeA, ahora cuenta con el desarrollo alcanzado por el entrenador básico IA-100 Malvina que, aunque no está equipado con motorización turbohélice tiene un motor Lycoming de 260 HP con capacidades acrobáticas y certificación FAR-23, requisitos impuestos por los aviadores militares criollos.El vicepresidente de FAdeA Franco Giuggiiolini, asistirá a FAMEX en representación de la titular de la empresa pública, Mirta Iriondo, más ocupada en la gestión doméstica y la docencia que en promocionar y vender la aeronave insignia que tanto esfuerzo ha demandado a trabajadores y dinero al bolsillo de los contribuyentes. “FAdeA es una empresa y su objeto es la rentabilidad con el adicional del desarrollo tecnológico del país”, remarcan a coro desde el sector aeroespacial privado asistentes a la feria mexicana. Un puñado de pymes especializadas nacionales acudieron; con recursos propios; a la convocatoria y expondrán sus capacidades industriales en el pabellón E junto a las empresas nacionales, públicas FAdeA e Invap. La fábrica cordobesa tiene varios modelos de negociación para colocar el Pampa III, venta con soporte logístico y mantenimiento, venta con coproducción, cofabricación de conjuntos y hasta operaciones de leasing (pay per hour); un formato que ganó espacio en el nicho del entrenamiento en fuerzas aéreas de países desarrollados.

Rusia aprueba su primer SMR nuclear para 2028

La agencia atómica rusa, Rosatom, anunció este viernes que construirá su primer pequeño reactor nuclear (SMR por sus siglas en inglés) con emplazamiento terrestre en la región de Yakutia, en el Lejano Oriente ruso, con el objetivo de ponerlo en funcionamiento en 2028. Rosatom informó de que su subsidiaria, Rosenergoatom, recibió la licencia para construir la planta atómica en el distrito de Ust-Yanski, bañado por el mar de Láptev (Océano Glacial Ártico), señala el comunicado. La planta, que permitirá generar energía a precios mucho más baratos que el carbón, incluirá un reactor nuclear de agua RITM-200 con 55 megavatios de potencia. Esos reactores han demostrado ya su fiabilidad en las duras condiciones climatológicas del Ártico ruso a bordo de los modernos rompehielos, precisa la nota.

Antes, en grandes buques rompehielos

Destaca que dichos reactores son de construcción modular, a lo que hay que sumar los cortos plazos de instalación, comparado con las centrales de gran potencia. “La decisión del regulador ruso es significativa para la industria nuclear. (…) confirma una vez más el indudable liderazgo de la tecnología nuclear rusa”, dijo Alexéi Lijachev, director general de Rosatom. Las obras preliminares ya han comenzado en el lugar, adonde se han trasladado más de 2.000 toneladas de material de construcción, agregó. El primer reactor de pequeña potencia se instaló en la central eléctrica nuclear flotante “Académico Lomonósov”, que comenzó a generar energía en mayo de 2020 en el puerto de Pevek (región de Chukotka), cerca del estrecho de Béring. Organizaciones ecologistas han criticado duramente esos reactores, que consideran altamente peligrosos para el medio ambiente, aunque Rosaton mantiene que dicha planta fue construida a prueba de tsunamis y icebergs. Comentario AgendAR: Es un PWR chiquito muy convencional, un motor de submarino «desnavalizado», no un verdadero SMR con predominio de seguridad pasiva. La Rolls Royce, con más de 90 submarinos nucleares fabricados, está haciendo desarrollos parecidos. Y creo que les va a ir bien a ambos, por escala de fabricación y porque la industria nuclear prefiere lo convencional y probado, a condición de que se logre bajar la inversión inicial.

Daniel E. Arias

El IA-100 Malvina de FAdeA empieza a entrar en el mercado internacional

El gobierno de Paraguay -y no es el único- está interesado en el IA-100 Malvina, avión de la FAdeA (Fábrica Argentina de Aviones) aún en desarrollo. En síntesis apretada, el Malvina nació para salvar a la FAdeA, que a su vez podría salvar no poco, o al menos un poco, al país. En un mundo de capitales hiperconcentrado, donde casi no quedan marcas ni países aeronáuticos medianos, el que todavía los diseña, fabrica y exporta sube un peldaño en las cadenas alimenticias. Pero ésta en particular no es una escalera de plata sino de prestigio: si el Malvina lograra copar el mercado mundial de aviones militares de entrenamiento primario, lograría vender… ¿200 aviones, con toda la furia? No es mucho dinero, pero sí un notable cambio de imagen internacional. Y eso abre otras puertas. Sería una maravilla, porque en su casi siglo de vida, la vieja fábrica aeronáutica estatal cordobesa diseñó algunos aviones notables, pero de esos produjo muy pocos, y jamás en cantidad y en general sin salir del mercado interno, con la Fuerza Aérea vendiéndole endogámicamente a la Fuerza Aérea. Y sólo a veces. Del entrenador primario DL-22, uno de los poquísimos aviones 100% argentinos, desde la célula (conjunto del fuselaje y las alas) al motor y la aviónica, se construyeron 201 unidades entre 1944 y 1950. Del Pucará de CAS-COIN (apoyo cercano a infantería y contrainsurgencia), 110 unidades, y sin ánimo de exportación alguno, pese que el aparato es tan bueno que entre 1969 y 1991 se recibieron pedidos externos desde 9 países y por más de 270 unidades. Hasta la Boeing quiso fabricarlo bajo licencia, y no le dimos bola. En cambio este proyecto, el IA-100, nació civil y para exportación. Si la FAdeA logra vender sus primeros IA-100 a la región, va a estar en esa posición en la que otra empresa estatal argentina, INVAP, estuvo en 1985 cuando ganó la licitación por el reactor nuclear NUR, en Argelia. Era una posición más peligrosa que prometedora. Casi medio siglo más tarde, con plantas mucho más ambiciosas que la de Argelia funcionando en Perú, Egipto, Australia, Arabia Saudita, una en diseño en Holanda y varios países más tocando timbre para preguntar, INVAP es el más respetado proveedor de reactores multipropósito del mundo. Sin embargo, no tiene la vaca atada. La venta de reactores que no fabrican electricidad sino radiofármacos y recursos humanos se parece a la de mitras y báculos papales: con una operación, te salvás 5 o 6 años, pero los sumos pontífices suelen durar bastante más. Hay que diversificarse, y la ingeniería nuclear es un buen lugar para ello porque contiene todas las otras ingenierías. Hoy INVAP ostenta 8 satélites exitosos, algunos muy complejos y dos -los SAOCOM de la CONAE- francamente revolucionarios. Se ha vuelto un emergente en el mundillo aeroespacial, donde hay constructores medianos (como Turquía) que la buscan como socio tecnológico. En 2003 empezó a diseñar radares militares y civiles de todo tipo, está radarizando casi todo el país y acaba de despachar sus primeras exportaciones a Nigeria. Nadie dice que FAdeA esté obligada a repetir semejante trayectoria. Pero en 1985 INVAP era una firmita desconocida, dependiente de un Programa Nuclear en crisis que ya no hacía obras ni daba contratos, y lo más probable era que terminara cerrando. De hecho, desde 1989 hasta 2017, estuvo varias veces al borde de quebrar. Siempre se salvó en el último minuto, y siempre exportando. Tampoco la Fuerza Aérea le pide material a la que fue SU fábrica. No lo hace desde 1983. Prefiere importar descartes de la OTAN. De modo que lo relevante del IA-100 es el cambio de dueños, de objetivos y de métodos de esta planta cordobesa. FAdeA hoy asume que la FAA le queda chica como mercado desde hace… ¿décadas’ Hay que salir al mundo, y con un producto de nicho en un área de vacancia. Y la que eligió FAdeA es la de un avión para la formación inicial de pilotos militares, útil en sus primeras -y emocionantes- 40 a 100 horas de vuelo. Hay varios aviones en ese rol en el mundo, pero por diversos motivos ninguno es lo suficientemente bueno, duradero y/o barato. Queda dicho que si el Malvina demuestra ser todo eso, se dirá que fue el avión que salvó la última constructora industrial de aviones que nos queda. Lector/a: tuvimos dos fábricas privadas grandes, Aeroboero y Chincul, pero -valga la contradicción- no sobrevivieron a nuestro primer presidente aviador, don Carlos Menem. Y tampoco la vieja Fábrica Militar de Aviones (FMA), porque tras intentar cerrarla, el susodicho negoció regalársela a la Lockheed, que fingía que fabricaba Pampas, y además nos cobraba por ello. En 2027 esta planta cordobesa cumplirá 100 años de glorias y de sombras, y por sombras me refiero a 43 proyectos propios que produjeron 5 aviones bastante o muy buenos, fabricados en series entre chicas y minúsculas, y discontinuados prematuramente. ¿Se puede romper con este karma? Si se juzga a la fábrica por su proyecto más memorable, el caza Pulqui II, no sabe si ponerlo con las luces o las sombras: entre 1950 y 1953 pudo ser el mejor monoposto de combate del mundo y tuvo pedidos internacionales por más de 300 unidades, o -mejor aún- de fabricación bajo licencia (de la Fokker y luego de la Lockheed). Sin embargo, se lo dejó morir en la nada tras 5 sucesivos prototipos. Si uno juzga a la fábrica por su proyecto potencialmente más rentable, el transporte biturbohélice liviano Guaraní II, éste pudo ser para la aeronáutica criolla lo que el Bandeirante fue para Embraer en los años ’60 y ’70: el trampolín para volverse un constructor de alcance mundial. Pero mientras Embraer vendió centenares de Bandeirantes a decenas de fuerzas aéreas y a aerolíneas de cabotaje, y algunos todavía vuelan, aquí se construyeron 35 Guaraníes y chau, de baja, a matarlo. Eso sí, como la Fuerza Aérea siempre necesita andar moviendo personal entre sus diversas bases, ahora se compró 12 Beechcraft Huron biturbo viejos de solemnidad, y lo celebra. No vale la chicana de que la fábrica de Córdoba nunca se pierde la oportunidad de perderse una oportunidad. No es cosa de la planta. Todas las decisiones de no construir o de cancelar fueron de la Fuerza Aérea, la iniciativa -criminal- de concesionar la planta a Lockheed la tomó un presidente elegido en democracia (no repetiré ese apellido), y la de discontinuar los drones SARA junto a INVAP y el IA-100, los proyectos más interesantes luego de renacionalizada la fábrica en 2011, la tomó otro presidente elegido en democracia, Mauricio Macri. No falla la fábrica: falla toda nuestra clase dirigente, ésa que Jorge Sabato, el padre ideológico del viejo Programa Nuclear Argentino, llamaba «una burguesía chanta», que construye su fortuna no con apuestas tecnológicas sino con la venta de naturaleza cruda, negociados, privatizaciones y/o golpes de estado, o de mercado. Entre 1927 y 1982 esa clase permitió la existencia de una industria de defensa de enorme importancia para el desarrollo de la industria nacional a secas. Pero luego de la derrota de Malvinas eligió perder ambas. En 2011 FAdeA tardó unos años en reconstituirse desde los pedazos que dejó Lockheed. Cuando logró hacerlo, trajo expertise de INVAP y se puso a diseñar los drones del proyecto SARA (Sistema Aeronáutico Robótico Argentino) y esa bella idea lateral, el IA-100, para hacer un nuevo avión argentino de uso dual con mucho componente nacional. Eso tras 40 años de no construir ni Pucas ni Pampas ni un carajo. El intento desató vendetta. Entre 2016 y 2020 FAdeA la dirigieron una abogada riojana, luego un lechero cordobés y finalmente un jefe de personal de FIAT. No podían cerrar la FAdeA, o llamar nuevamente a Lockheed, era demasiado alevoso. Pero siguieron instrucciones escritas originalmente en inglés. En el Palacio San Martín hay buenos traductores, y en otra cancillería, llamada popularmente Whitehall, todavía recuerdan que en 1982 aquí le hundimos 6 o 7 naves a la OTAN, según quién cuente. ¿Y van a dejarnos hacer aviones? Los mentados decapitaron todo proyecto militar o dual, echaron con jubilaciones anticipadas a la mitad del personal más antiguo y experto («por caro») y condenaron a la FAdeA a vegetar como taller aeronáutico de chapa y pintura para -entre otros clientes- la low-cost Airbondi, el nombre de cuyo dueño tampoco repetiré, por no lechucear el artículo. Desde 2020 FAdeA la dirige Mirta Iriondo, máster en Física aplicada a Ingeniería, y luego directora del área de Planificación Industrial y de Servicios para la Defensa y subdirectora de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico en el Ministerio de Defensa. Fue también la primera decana de la Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (FaMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Y antes de ser todo eso, fue una piba de 20 años desaparecida una semana en El Vesubio y un año entero en La Perla. Su maestría la ganó en Suecia, como sobreviviente y refugiada. Era cantado que Iriondo, con una maestría anterior en resucitar, resucitaría el proyecto IA-100, cancelado por la boga, el lechero y el jubilador. De modo que el IA-100, y probablemente algún dron de observación para el Ejército Argentino del que hablaré cuando lo presenten, sean el modo de FAdeA de recobrar la credibilidad dentro de su país, y habida cuenta de la animadversión de la Fuerza Aérea contra el «compre nacional», ésta credibilidad tal vez tenga que ganarse afuera. Donde, con el perdón de Carlitos, que murió en un avión, hacer aviones todavía es ser Gardel. Y esa es historia por escribirse. Por eso a AgendAR le interesa que un general paraguayo haya pasado a preguntar cómo andaba el Malvina. A nosotros ese avioncito nos interesa también. Pero hablemos del producto. Lo primero que impresiona del IA-100 es lo lindo que es, aún si uno sólo lo vio aterrizado, y es inevitable recordar aquella frase famosa de Marcel Dassault, el diseñador del Mirage III: «Un avión lindo vuela bien». Lo segundo -Dassault no mentía- es la facilidad con que el Malvina se sube, elegante, al aire, casi sin tomar carrera: es como si no pesara nada o como si su motor tirara el doble de su potencia nominal. Ahí hay aerodinámica a carradas. Yo vi despegar, ingrávido, el modelo de demostración tecnológica, propulsado por un banal motorcito pistonero Lycoming de 180 HP. Parecía flotar. Me puedo imaginar cómo volará con una versión más polenta de esa misma marca, la de 260 HP. Lo tercero es que aún antes de haber sido homologado por las autoridades militares argentinas, el comandante de la Fuerza Aérea Paraguaya, general Arturo González Ocampo, firmó una declaración de interés por la adquisición de la nave con el ing. Franco Giuggioloni, vicepresidente de FAdeA. OK, no es una orden de compra. Pero arrima la bocha. Perú está interesado, también Uruguay, quizás México. El Malvina es una rareza mundial, con su 60% de componentes nacionales que cuestan pesos, no dólares. Hoy, cuando los aviones chicos se arman con componentes de anaquel, eso es mucho en cualquier parte del mundo, salvo en los exportadores aeronáuticos habituales, EEUU, Rusia y la UE. Que por ahora son los dueños del anaquel. Aquí un 60% nacional es una tajada enorme, va a contramano de la globalización. Permite que el precio estimado de venta del Malvina esté alrededor de U$ 1 millón por unidad en un mercado mundial donde por aviones parecidos (no iguales, no EXISTEN iguales al Malvina) se suele pedir más del doble. Análogamente, la hora de vuelo del Malvina estaría en los U$ 400 dólares contra los U$ 800 de los entrenadores primarios habituales en cualquier fuerza aérea. Y esto se debe en buena medida a que toda la célula (el conjunto fuselaje-alas) es nacional y está hecha de resinas reforzadas con fibra de vidrio o de carbono. Esto baja el costo de la célula de dos modos: por empezar, porque la construcción de partes de plásticos reforzados es un asunto mucho más artesanal y manual que el estampado de chapas de dural (aluminio aeronáutico), y la hora/hombre de un técnico aeronáutico argentino es muy competitiva. El otro modo en que esto baja el costo de la célula es que estos plásticos tienen una vida útil mucho más larga que el dural, y casi libre de mantenimiento. Cada pocos miles de horas, una avión de dural exige una «recorrida de célula» (se la desarma totalmente y se la rearma con reemplazo de cada remache). Si se trata de un avión que vive haciendo acrobacia extrema, como todos los entrenadores primarios militares, ese tiempo entre «recorridas» es muy corto. Pero los aviones de compuestos como el Malvina pueden volar 18 o 20 mil horas sin más mantenimientos que los que aconseje una inspección sistemática. También es nacional el tren retráctil y la integración de la aviónica en el cockpit. Son importados los sensores y procesadores y el motor, punto. En cuanto a esta planta, se eligió un Lycoming de 260 HP porque se produjeron en cantidades inmensas. Está lleno el mundo de la aviación civil de este tipo de pistoneros de cilindros grandes en oposición, y refrigerados por aire. Y está lleno el mundo de repuestos y componentes. No se te va a quedar el avión en tierra por una junta de tapa quemada. Lo otro es que los Lycoming, como los Continental, son deliberadamente simples y robustos para evitar fallas en vuelo. El mantenimiento es fácil. Hacer un avión «de lujo» por los materiales de la célula y la aviónica, pero meterle un motor barato y a prueba de casi todo era una opción demasiado lógica, pero por ahora parece que sólo se nos ocurrió a nosotros. El Grob, un entrenador primario alemán muy pero muy lindo, viene motorizado con turbohélice: es más compleja que envolver un triciclo, y te va a hacer vivir pagando, ya sea mantenimiento preventivo, o lucro cesante por avión en tierra. El Tecnam italiano viene con célula de dural: ¡a mantenerla! Y no pretendas meterlo en una salida de picada de 8 gravedades, porque «te van a aplaudir las alas» (es decir, se van a cortar por la raíz), y esa noche vas a aparecer en los noticieros. Nada mejor que entender el Malvina por contraste. El avión estrella de FAdeA desde los ’80 ha sido el jet de entrenamiento avanzado Pampa, un fierro excelente, pero -pecado original- nacido con un 100% de componentes extranjeros. El paciente trabajo de la fábrica entre 2011 y 2015, retomado en 2019, fue el ir creando una cadena argentina de proveedores. No sobran los industriales dispuestos a apostar recursos técnicos y humanos a un avión que ningún gobierno nacional parece interesado en construir. Hoy el Pampa se ensambla con un 15% de aviopartes argentinas, pero es un rompecabezas que consta de unas 20.000 piezas, con unas 3000 Nac & Pop. Para poderlo producir en verdaderas series, de 12 unidades por año, momento en que los posibles compradores empiezan a tomarte en serio como posible exportador, hay que acopiar componentes a lo grande. Y para ello, la dependencia argentina del dólar es fatal. Es por eso que no hemos podido exportarlo, aunque es un avión sensacional: porque no hemos podido/querido construirlo. El IA-100 Malvina lo diseñó entre 2014 y 2015 un equipo de jóvenes expertos de FAdeA urgidos por el Ing. Tulio Calderón de INVAP, a la sazón gerente general de FAdeA. La consigna era llegar desde los planos a un modelo de demostración tecnológica capaz de volar en menos de un año. Era el modo INVAP de sacudir a la fábrica de su costumbre -nacida tras tantas derrotas- de tomarse tiempos geológicos para cada desarrollo. Y esto se logró. El Malvina surge también de un traspié o traición, según quien juzgue. Como los cargueros Hércules C-130 de la Fuerza Aérea están bastante hechos percha, FAdeA ambicionaba reforzar la logística argentina con el KC-390 de Embraer, quizás el único transporte militar bonito del mundo, pero además un avión sólido como una roca. Así las cosas, FAdeA le propuso a la firma brasileña un canje de componentes por aviones: nosotros fabricábamos el portalón-rampa de carga trasera y todo el cono de cola, y contra tantas entregas los socios nos daban un avión terminado. Se pactaron seis KC-390 para nuestro país. Era ganancia para ambas partes, pero para la Argentina más, porque el contrato obligaba a FAdeA a salir de la «era del dural», donde vivió desde los años ’40. Hemos mentado antes esta aleación: combina una base de aluminio con cantidades muy pequeñas de algunos de estos metales: cobre, zinc, manganeso, silicio, cromo, níquel, titanio, plata, estaño o plomo, según el componente que se quiera fabricar. ¿Se hace dural en la Argentina? No, ALUAR le dijo a FAdeA, con bastante razón, que limpiar una cubeta electrolítica entera de toda traza de otros metales para las pocas toneladas/año que podía pedir la planta cordobesa iba a salir carísimo. El dural es un commodity. Si no fabricás aviones es porque no sabés o no tenés ganas o no te dejan, o todo eso junto. No es por falta de dural. El dural aumenta la dureza y resistencia del aluminio, de suyo demasiado blando, sin casi añadirle peso. El dural sustituyó a la madera: era una revolución en ciencia de materiales aeronáuticos allá por los lejanos años ’30. Pero desde los ’80 la revolución son los compuestos, matrices tejidas de hilo de vidrio, carbono o kevlar embebidas en resinas. De modo que con el contrato por los KC-390, la resucitada fábrica cordobesa, hasta 2011 entregada a la Lockheed, hacía una actualización impresionante en materiales y métodos. Las personas que «esculpen» capa sobre capa la fibra de vidrio o de carbono embebida de resinas son mujeres especialistas, con mucho más tenacidad, pulso y paciencia que la habitual en los laburantes de mi propio sexo. Y esas matrices de fibras embebidas son otro commodity, pero con menos oferentes: tres en todo el mundo, por ahora. El aspecto de cada larguero o componente terminado es de una rara perfección. Es plástico reforzado, pero tiene la suavidad y el brillo de una cerámica. «Parece comprado afuera», se burlan en FAdeA. Y soporta unas palizas que te las cuento: el empenaje de cola del Malvina (hablo del conjunto de timón y planos de profundidad), en pruebas de fractura, resistió cargas un 80% mayores que las de diseño. ¿Se puede hacer más fuerte que eso, el avión? Sí, pero desperdiciando material (no es gratis) y haciendo demasiado pesado el avión. Y en FAdeA vivieron felices haciendo aviopartes de compuestos para Brasil, hasta que el Reino Unido obligó a la cancillería brasileña a decirle a Embraer que no podían entregarnos ningún KC-390, porque están llenos de aviónica británica. Desde 1982, Su Graciosa Majestad, aprovechando la experticia británica en asientos eyectables y en computadoras de vuelo, y la boba insistencia nuestra en no salir del ámbito tecnológico de la OTAN, chantajea a todo posible proveedor de aviones para la Argentina. En la práctica, nos ha expulsado del aire. Pero uno es lo que uno hace con lo que hicieron de uno. Cuando los brasucas, medio muertos de culpa, nos dijeron que no habría KC-390 para Argentina, Calderón humeaba de furia. Pero en lugar de componer un tango, arrimó a los ingenieros Gustavo Scarpín, del Instituto Universitario Aeronáutico, y Juan Vidal, de FAdeA, con la consigna de «juntar a los pibes» (los ingenieros aeronáuticos jóvenes) y hacer un «Skunk Works», y sacar un proyecto rápido y vendible con célula 100% de resinas reforzadas. Y ya aclaro lo del Skunk Works. Más precisamente, la orden fue que transformaran su nueva baquía en materiales en un avión de entrenamiento primario. Y que lo hicieran en un año, para sacarle la maldita costumbre a la fábrica de tomarse eones para todo. Y Scarpin, a quien le gustan los autos de Bond, James Bond, añadió: «Y quiero un parabrisas bien chanfleado. Que el avioncito parezca un Lamborghini con alas». Creo que no se puede quejar. De este nuevo tropezón con los brasucas salió un avión nuevo para la Argentina, un conjunto de materiales nuevos para hacer éste y otros aviones, y un nuevo modo de trabajo en diseño. Cuando hacemos «vamos y vamos» con Embraer nos termina yendo bien. Incluso cuando nos va mal. A explicar: «Skunk Works», ese concepto. Ése es el sobrenombre del departamento de desarrollos avanzados de Lockheed-Martin desde los ’40. Su característica es funcionar como una burbuja, libre de toda interferencia burocrática, y concentrarse en el diseño básico y de detalle de cosas hasta entonces novedosas y secretas, llegar a un modelo de evaluación tecnológica construido, y chau. Será el resto de la empresa la que se encargue, rascándose la cabeza, de producir las partes o más probablemente, de contratar a los proveedores, lidiar con las agencias regulatorias militares y civiles, y tratar de vender el avión. Los aviones revolucionarios o al menos muy distintos nacen así. Un Skunk Works no es un modelo condenado al éxito. Pero ha sido imitado muchas veces. El taller Phantom Works de McDonnell Douglas trata de lograr lo mismo, y si el consorcio europeo EADS todavía no tiene un «Skunk» es por ser una organización demasiado multilateral, federativa y reciente, o porque lo tienen escondido. Los rusos y chinos evidentemente tienen sus propios Skunks, pero ahí todo es secreto doble. Un dato nos obliga a no ser exitistas: a fuerza de expulsar a cincuentones fogueados en los recientes tiempos felinos (el lector sabrá entender), en términos de su fuerza de ingeniería, FAdeA se ha vuelto una fábrica de «millennials». Como la ingeniería aeronáutica te obliga a usar y entender muchas herramientas informáticas, estos veinteañeros no resisten mucho la frustración, tan abundante en nuestras empresas estatales. Por el contrario, viven sometidos a la tentación permanente de mandar todo al carajo y ponerse a laburar haciendo líneas de código para multinacionales sin salir de sus casas, y cobrando en dólares depositados arafue. Con recursos humanos talentosos pero tan difíciles de estabilizar, hoy finalizar un proyecto toma cuatro o cinco veces más tiempo que en tiempos en que la vieja FMA hizo su primera sociedad con Embraer y logró un producto maravilloso, el CBA 123 Vector. Esa historia vale la pena conocerla, y está aquí. En lo central, con el IA-100 Malvina volvemos al ruedo, compatriotas. Por la puerta chica y algo descalabrados. Pero más toreros que nunca. Daniel E. Arias
Primer vuelo del IA-100 (Video oficial FAdeA). ¡¡De 2016!! Por algo estamos apurados    

Europa trata de competir con el dominio ruso de la industria del uranio y la energía nuclear

Tras más de un año de guerra en Ucrania, occidente sigue teniendo asuntos económicos pendientes con Rusia. Uno de los campos más complicados es el de la energía nuclear, sector en el que el gigante euroasiático es uno de los principales proveedores del mundo a través de su empresa estatal Rosatom y todas sus subsidiarias. En este contexto, los países del G7 que más dependen de la nuclear han decidido poner fin al dominio ruso de la tecnología y el combustible atómicos. Recientemente, Canadá, Francia, Japón, el Reino Unido y EE UU emitieron una declaración conjunta en la que se comprometieron a excluir al Kremlin de las cadenas mundiales de suministro nuclear. Pero ¿Es realmente posible sacar a Moscú de este mercado estratégico que domina desde la era soviética?

El liderazgo ruso en esta industria es indiscutible. Los últimos datos de la Asociación Nuclear Mundial (WNA por sus siglas en inglés) muestran que, en 2020, alrededor del 46% del suministro mundial de uranio enriquecido, el combustible indispensable para la mayoría de plantas nucleares, provenía de Rosatom y sus subsidiarias. Si bien la WNA anticipa que para 2030 este porcentaje pueda caer hasta 37,5%, todo indica que el Kremlin que seguirá manteniendo su hegemonía en el mercado atómico (ver gráfico). Cabe destacar que Rosatom también proporcionó alrededor de una cuarta parte del uranio enriquecido necesario para los 92 reactores en los EE UU en 2021.

De hecho, el negocio ruso sigue en auge en todo el mundo. Una investigación reciente del Royal United Services Institute (RUSI) del Reino Unido muestra que las ventas de tecnología y combustible nuclear ruso en el extranjero aumentaron más del 20% en 2022. Los miembros de la UE alcanzaron su nivel más alto en tres años, y países como China e India también aumentaron su consumo general, según los investigadores.

“El enriquecimiento de uranio es estratégicamente sensible e intensivo en capital, lo que crea importantes barreras de entrada para cualquier nuevo proveedor. Por lo tanto, hay relativamente pocos proveedores de enriquecimiento comercial que operan un número limitado de instalaciones en todo el mundo” afirman desde la WNA.

Actualmente, hay tres productores principales a nivel global: Orano, Rosatom y Urenco que operan grandes plantas comerciales de enriquecimiento en Francia, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, EE UU y Rusia. La compañía china CNNC también es un crucial proveedor en su país, mientras que en Japón y Brasil, las empresas nacionales gestionan una capacidad de suministro modesta. En otros países, las pequeñas instalaciones no protegidas están sujetas a la oposición internacional.

“Antes del conflicto en Ucrania principalmente existían tres actores capaces de prestar servicios de enriquecimiento de uranio a nivel mundial. Uno de ellos era la sociedad de titularidad estatal rusa TENEX [subsidiaria de Rosatom], con una capacidad de producción instalada aproximada de la tercera parte de la capacidad mundial. Esta situación no ha variado con posterioridad a la invasión de Ucrania por parte de Rusia”, responde a CincoDías un portavoz de ENUSA, la empresa estatal española que se encarga de abastecer combustible nuclear las centrales nucleares nacionales.

Por otro lado, si bien Kazajistán es el líder mundial en minería de uranio con el 24,5% de la explotación, Uranium One y ARMZ, dos empresas rusas, abarcan alrededor del 14,8% de la extracción global. Esto convierte al país en el tercer líder en minería de este elemento, solo por detrás de los kazajos y de China (cuyas empresas CGN y CNNC sumadas representan alrededor de un 15,9%).

Con todo esto, Marco Mencini, gestor senior de carteras de renta variable en Plenisfer Investments, asegura que la invasión de Ucrania y las tensiones geopolíticas con Rusia han aumentado la preocupación por la seguridad del suministro. “Tras la invasión, el precio se vio especialmente respaldado por la preocupación por el transporte, ya que el principal canal de exportación de uranio de Kazajistán[que representa el 40% de la producción] pasa por el puerto de San Petersburgo. La creación de una ruta alternativa de exportación transcarpiana que no pasa por Rusia ha aliviado estos temores”, explica el experto.

Independencia nuclear

Occidente viene evaluando sanciones contra el sector nuclear de Rusia durante más de un año. Sin embargo, la profunda dependencia de este proveedor les ha detenido a la hora de tomar acción, ante las posibles consecuencias económicas. Los 100 reactores de energía nuclear que operan en 12 de los 27 estados miembros de la UE representan aproximadamente una cuarta parte de la electricidad generada en toda la UE, según la WNA. Asimismo, las 66 unidades que operan en cinco países europeos extracomunitarios (Reino Unido, Bielorrusia, Rusia, Ucrania y Suiza) representan algo más del 30% de la electricidad del resto de Europa.

Cabe aclarar que el combustible nuclear se diferencia de otras materias primas, ya que requiere ensamblajes diseñados que cumplan con los requisitos de seguridad de los reguladores mundiales. Bajo estas condiciones, cortar los lazos de forma súbita con los proveedores rusos podría poner en peligro el suministro de electricidad para casi 100 millones de europeos en países que dependen de las plantas nucleares como su principal fuente de energía.

En esta línea, el reciente pacto acordado por las potencias nucleares del G7 busca diversificar los proveedores sin causar daño colateral. “Este acuerdo se utilizará como base para expulsar a Putin del mercado de combustible nuclear por completo, y hacerlo lo más rápido posible”, afirmó recientemente el secretario de Energía del Reino Unido, Grant Shapps, en un comunicado.

Los países norteamericanos también presionan. La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, señaló que “Rusia ha demostrado que es un proveedor poco confiable” y que se deben reelaborar las cadenas mundiales de suministro nuclear para “trabajar con empresas y países que comparten sus valores”. Asimismo, el Ministro de Recursos Naturales de Canadá, Jonathan Wilkinson, explicó que el acuerdo se centra en la cooperación en materia de combustible nuclear y garantizar la resiliencia en las cadenas de suministro. “Muchos países de Europa han estado usando uranio ruso y bielorruso, y a todos les gustaría ver un camino para salir de eso”, sentenció el político canadiense la semana pasada.

Justamente, Canadá surge como uno de las posibles alternativas al Kremlin. El gigante norteamericano es el segundo mayor productor de uranio del mundo, y también alberga a Cameco, una de las principales empresas enriquecedoras de uranio a nivel global y la más grande en América. También ofrece tecnología para reactores, que ya se han exportado en el pasado a países como Corea del Sur, China, Argentina y Rumania.

“Los principales proveedores de servicios de enriquecimiento alternativos a la industria rusa han manifestado su disposición a estudiar posibles aumentos de su capacidad de enriquecimiento, o incluso poner en funcionamiento nuevas instalaciones utilizando nuevas tecnologías de enriquecimiento” detallan desde ENUSA. Un portavoz de la empresa añade que si estas nuevas inversiones llegan a materializar, se podría reducir la actual dependencia del uranio enriquecido de origen ruso para el parque nuclear europeo. No obstante, aclara que esta posibilidad no se prevé en un plazo inferior a cinco o seis años, debido a la complejidad de las nuevas instalaciones y la importancia de las inversiones involucradas.

Rusia mira a Asia

Sin embargo, el control de Rusia sobre el comercio de energía nuclear se sigue fortaleciendo. RUSI advierte en un reporte de abril que países como China, India, Turquía, Bangladesh y Egipto, están construyendo actualmente nuevos reactores con tecnología rusa que los hará dependientes de este proveedor, algo que preocupa a Washington y Bruselas.

De hecho, el jefe de Rosatom, Alexey Likhachev, afirmó este mes que la compañía está en conversaciones con unos 10 países sobre nuevos proyectos, y “tres o cuatro” están cerca de firmar acuerdos. También destacó que “todo va por buen camino” en los países donde la empresa ya está construyendo plantas nucleares. “Es probable que estos proyectos continúen sin cesar, ya que hay una escasez de proveedores alternativos para la construcción de reactores y muchos de los clientes actuales de Rusia no han expresado una fuerte oposición a la invasión de Ucrania”, advierten desde RUSI.

Si bien algunas naciones europeas, incluidas Bulgaria, Finlandia y Eslovaquia, que dependen de la tecnología rusa, han tomado medidas para diversificarse; Rosatom también ha estado construyendo infraestructura para abastecer nuevos proyectos de reactores en África, Asia y Medio Oriente. Por ejemplo, en India, que ha estado bajo restricciones comerciales occidentales desde que probó un arma nuclear en 1974, Rusia suministra combustible nuclear y está construyendo dos reactores cuya inauguración está programada para 2025. Asimismo, en China, el año pasado, Rosatom proporcionó más de 375 millones de dólares en combustible para un reactor. La capacidad de enriquecimiento de CNNC se estima en alrededor de 6 a 7 millones de SWU/año, que incluye 1,5 millones de SWU/año de centrífugas suministradas por Rusia.

Comentario de AgendAR: El título original de este artículo era «Europa planta cara al dominio nuclear ruso», o alguna cómica clarinada por el estilo. Un poco tarde para plantar cara, cofrades europeos: perdieron el tren hace décadas. Los rusos no. Y el problema más grave no es el de Alemania, que acaba de cerrar sus últimas 3 centrales nucleares (sumando el Este y el Oeste supieron tener 21, y muy buenas). El problema serio es el de Francia, que en los ’80 tenía la mejor flota de centrales nucleoeléctricas del mundo, casi idénticas entre sí, especialmente dentro del rango de los 900 MWe, diseñadas y construidas por EDF (Électricité de France, estatal), y que luego con los versos noventistas de la privatización y la desnuclearización, las dejaron decaer técnicamente. Cuando hablo de «desnuclearización» me refiero a la sustitución de centrales atómicas por centrales de gas de ciclos combinados, es decir por recursos capaces de dar electricidad de base. No me refiero en absoluto a parques eólicos o solares, porque ahí lo que vale no es la potencia instalada sino la disponibilidad del recurso. Y el sol es un recurso intermitente, pero relativamente predecible, incluso en el nebuloso Norte de Europa Occidental. Pero el viento es simultáneamente intermitente e impredecible, al menos en forma instantánea. Un buen equipo de climatólogos puede predecir una primavera ventosa, o con vientos planchados. Lo que no puede de ninguna manera es predecir si el buen viento de las 9 de la mañana no se planchará totalmente a las 10 de la mañana, para resucitar a las 11. Y como la electricidad es difícil y cara de acumular, incluso en una red gigante como la de Europa Occidental, la industria que trabaja 24×7 necesita electricidad de base, no intermitente: la que entra a la grilla tiene que equivaler al consumo, y en tiempo real. De modo que por ahora sobreeequiparse de eólica y solar y renegar del átomo, como ha hecho Alemania, al menos para la industria electrointensiva es como comprarse decenas de bufandas y guantes de lana para atravesar el invierno… en camiseta. Como resulta obvio, la industria alemana prefiere no pasar el invierno en camiseta, y a falta de gas ruso hace rato que vive del carbón propio y ajeno, y ha transformado a su país en el peor contaminador atmosférico y climático de Europa. A esto le ha dado un nombre propio del romanticismo alemán: «Engergiewende», o «Transición Energética». Por ahora, parecen en plena transición… hacia el siglo XIX. En cualquier momento, junto con el carbón, redescubren la máquina de vapor de combustión externa. Pero las cosas son peores en Francia, porque las grandes apuestas geopolíticas de la desnuclearización francesa se han derrumbado una tras otra: todas las intervenciones militares de la OTAN en Irak, Siria y Libia no lograron poner gobiernos títeres fuertes que suministren gas a las centrales de ciclos combinados. Lo que lograron es sumir a esos tres países en guerras civiles interminables, que suman unos 800.000 muertos desde que empezaron. No creo que ese tétrico detalle despeine mucho a Francia, pero sí la falta de seguridad en la provisión. Supongo que en este momento más de un ejecutivo francés debe estar pensando: «¿Para qué carajo lo habremos derribado a Gadaffy, que no nos dejaba fijar a nosotros el precio del gas, pero al menos nos cumplía rigurosamente con las entregas?». Sin gas estratégicamente asegurado y con las centrales nucleares en estado técnico de «tocate un tango», el costo de la electricidad se disparó desde 2017. En Septiembre de 2022, el Ministro de Finanzas de Macron, Bruno Le Maire, y la Comisión de Regulación de la Energía de Francia, declararon que sin subsidios estatales, los precios al consumidor final habrían subido un 105% respecto de los de Octubre de 2021. Hoy Macron le puede echar la culpa del estado de agitación social francés a los rusos. Pero la revuelta de los Chalecos Amarillos, disparada por el aumento de los combustibles líquidos y del transporte, fue el primer paro general de la CGT francesa, y de la historia europea en general, contra los tarifazos energéticos en general. Y sucedió en 2018, cuando la Guerra de Ucrania todavía era un ejercicio intelectual de la OTAN, no una brutal realidad. Desde entonces la población francesa de medio pelo para abajo se acostumbró a salir a la calle a protestar contra todo intento de recorte de su todavía envidiable status social, y el último disparador han sido las jubilaciones. Pero así como en una banda de rock el bajo es el instrumento que acomoda a las guitarras, en la política francesa la fuerza motriz de fondo es el precio de la energía hogareña, que en 2010 estaba en 12,83 euros por kilovatio/hora, y en verano del año pasado en 20,86 euros. La pendiente de aumentos tarifarios (ver Statista aquí), ha sido continua. Y lo que marca no es tanto una regresión tecnológica (el apartamiento de lo nuclear ha sido eso) sino el fracaso de una política exterior militarista y semicolonial. En 2003 la OTAN invadió Irak con el verso de que Saddam Hussein estaba desarrollando armas nucleares, cosa que el director general del OIEA (Organismo General de Energía Atómica) de las Naciones Unidas, Mohamed Elbaradei, negó de plano. Y tenía inspectores con calificación científica desplegados en el terreno como para saber de qué hablaba. Pero la invasión propulsada por el presidente George W. Bush, petrolero el hombre, tenía el objetivo de asegurarle hidrocarburos iraquíes a la UE y a EEUU, y esto se logró a medias: destruyeron un estado-nación, pero en su lugar dejaron una guerra civil, y éstas no logran suministro seguro, aunque controles (un poco) las zonas de producción. Es lo que le viene pasando a la OTAN con cada invasión con fines hidrocarburíferos «en nombre de la libertad». Nuevamente, esto es más un problema de política exterior que de energía. Francia es el único país de Europa con capacidad de reflotar su industria nuclear, y por arrastrón, la del resto del continente. Del otro lado del Canal de la Mancha, Inglaterra perdió hace rato su capacidad de diseño nucleoeléctrico. Saben hacer muy buenas bombas termonucleares, sin duda, y la Rolls Royce desde los ’50 ha diseñado y construido los motores nucleares de ya casi 90 submarinos tácticos y estratégicos. Pragmáticamente, los británicos quieren transformar estas pequeñas plantas de potencia con uranio altísimamente enriquecido (más del 90%) en centralitas nucleoeléctricas terrestres con uranio de bajo enriquecimiento (alrededor del 5%). Pero aunque en términos comerciales, el mundo entero está acostumbrado a comprarle sistemas de potencia a Rolls  Royce (básicamente, sus turbinas aeronáuticas), técnicamente regresar a la construcción de plantas nucleares no es moco de pavo. Hasta nuevo aviso, la capital nuclear europea sigue siendo Francia, y hasta nuevo aviso, está un poco en ruinas. Los dos mayores problemas de la UE para un resucitamiento nuclear son difícilmente tratables o directamente intratables. El problema más grave de los franceses, y en consecuencia de toda la UE, es que se prepararon desde los ’90 hasta la fecha para vivir de gas iraquí, sirio, libio, ucraniano y ruso, y no les está llegando en las cantidades y tiempos que planeaban. En consecuencia, han dejado decaer no sólo esta envidiable flota reactores, sino los recursos humanos, y no tanto en diseño como en fabricación de componentes, y construcción y montaje nuclear. Es porque las empresas de construcción y de montaje hace 30 años que no hacen construcción nuclear sistemática en Francia que toda nueva gran obra nuclear termina siendo un despelote. Por empezar, Francia y la UE vienen siendo víctimas del gigantismo: sucumbieron a la idea de que una central que no tenga 1600 MWe no vale la pena. Ése es un lujo que te podés dar cuando construís centrales de 1200 MWe a lo pavote, pero no cuando tenés una flota de 56 centrales viejas de alrededor de 900 MWe y sin gran mantenimiento, porque pensabas cerrarlas a término de vida útil -el plan de Macron hasta 2019- y reemplazarlas por máquinas de gas de ciclos combinados. Eso marca para distinguir fuertemente los «ecologistas de mercado» en dos especies: la alemana trabaja para el carbón, y la francesa, para el gas. Los resultados son espantosos en ambos casos. El otro lujo que Francia no se puede dar es la de ser arquitecto de centrales cuyas componentes ahora se fabrican, según criterios federativos, en toda la UE, incluidos países que de industria atómica no saben ni jota. Son millones de piezas que se acopian -no pienses en el gasto logístico- en el sitio de construcción, donde a la hora del montaje se descubre que hay errores dimensionales, o de tratamiento de materiales, y que son de origen e insalvables. Y entonces, a desarmar todo y a volver a fabricar y empezar. Eso explica que los tiempos de construcción de las grandes EPR francesas, como Flamanville o Olkiluoto, se terminen triplicando, y los costos finales cuadruplicando o quintuplicando. ¿Cómo se hace para reconstruir una fuerza de trabajo ya no sólo de ingenieros, sino de técnicos y de obreros con calificación nuclear? La que existía en Francia en 1980 era enorme y muy afilada. Hoy esa gente está toda jubilada o muerta. Y no hubo reposición de recursos humanos, porque habría gas natural a patadas, aunque hubiera que sacárselo -también a patadas- a países árabes cercanos. Y a los rusos, ya que los europeos los suponían condenados históricamente al mercado de la UE, cuando no era tan difícil que se volvieran abastecedores de China, la India y el Sudeste Asiático. Airbus, una empresa cuyos aviones son tan federativos como los reactores EPR, logró hacer buenas máquinas pese a este sistema de aprovisionamiento algo desquiciado. Pero la diferencia es que casi todos los países que aportan componentes a un avión de esta marca tienen casi un siglo de kilometraje aeronáutico, y en ningún momento renunciaron a sus industrias nacionales. Es más, en el caso de los constructores medianos y chicos (Polonia, Italia, la República Checa, España), todavía mantienen pequeños aviones de marca propia en nichos específicos de mercado ajenos al transporte masivo. Por suerte para los europeos, los ecologistas europeos -a excepción de Greta Thunberg- sigue viajando en avión, incluso para reunirse con otros de su misma lana y decidir entre todos que viajar en avión es una cagada marca cañón en términos de emisión de carbono. Lo cual es estrictamente cierto, si la aeronáutica comercial fuera un país, sería el emisor numero 13 de CO2. Es por ese detalle político, que los ecologistas europeos prefirieron no hacer congresos internacionales en bicicleta, que hoy te podés subir a un Airbus y saber que vas a aterrizar vivo, aunque el avión sea un rompecabezas con piezas de una veintena de países con idiomas e historias francamente distintos. Sin embargo, la parte realmente intratable de un posible renacimiento nuclear europeo es el clima. Hasta hace veinte años, nadie se imaginaba que los grandes ríos de Europa Occidental podrían estar sujetos a bajantes tan brutales como el de las sequías de 2020, 2021 y 2022, causados por el primer ciclo de tres episodios climáticos «Niña» consecutivos del que se tenga memoria histórica. Pero sucedió. Y parte de la flota de centrales nucleares a la vera de ríos relativamente caudalosos, como el Ródano, el Loira y el Garona, debieron interrumpir operaciones, porque con bajantes tan extremas que el fondo de los ríos se había vuelto caminable, los circuitos terciarios de refrigeración de las máquinas no podían funcionar. O si lo hacían, habría sido a costa de recalentar tanto el río, aguas abajo de las centrales, que habrían provocado mortandades masivas de peces. Sumando llovido sobre mojado, esta racha de super-sequías coincidió con olas de calor como jamás habían sucedido en Europa Occidental en tiempos históricos. Esto obligará a Francia, con más de la mitad de su flota de centrales ubicada sobre aguas interiores, a rediseñarlas para refrigerarse con torres de enfriamiento que funcionan con agua de napa freática, y no agua fluvial. Con el considerable «caveat» de que los ríos no son caños, sino expresiones superficiales de las napas freáticas, de modo que cuando el fondo de un río queda en estado caminable, es porque la napa correspondiente está bastante depletada. En suma, que el futuro de la energía nuclear en Europa Occidental, si hay alguno, pasa más por las costas marinas que las de aguas interiores. Malas noticias para Europa Central. Daniel E. Arias  

Cerró la Feria IT Joven: hubo más de 120 mil visitantes en cinco días

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El presidente Alberto Fernández recorrió esta tarde diferentes stands y pabellones de la Feria IT Joven, en la jornada de cierre de este evento que concentró a miles de personas -especialmente jóvenes- durante cinco días en el predio de Tecnópolis, en la localidad bonaerense de Villa Martelli.
La feria busca promover en los jóvenes el interés sobre los últimos avances de la tecnología a partir de la interacción con empresas privadas, organizaciones, universidades, entes y programas estatales, stands de robótica, videojuegos, orientación vocacional, charlas y talleres.
Organizada por la Presidencia de la Nación, Jefatura de Gabinete de Ministros, Arsat, el Instituto de la Juventud (Injuve) y la Secretaría de Innovación Pública, la feria está abierta en forma libre y gratuita desde el miércoles hasta esta noche. Más de 120.000 jóvenes participaron desde su apertura de charlas y conferencias con las y los principales referentes del sector: inteligencia artificial, robótica, videojuegos, software, marketing digital, ciencia de datos, tecnología aplicada, protección de datos personales y grooming, entre otros. También pudieron asistir a workshops con empresas, instituciones educativas y ONGs, y del Laboratorio de oportunidades, un espacio de intercambio con jóvenes trabajadores de las empresas para conocer oportunidades profesionales y trayectorias en la industria IT. Durante la Feria, además, accedieron a experiencias mediante simuladores, drones, realidad virtual, gaming e impresoras 3D. Y pudieron disfrutar de artistas como La Joaqui, Rusherking, Lit Killah, FMK, Ángela Torres y Trueno.