Una científica argentina fue distinguida en Francia por sus aportes a la salud auditiva

Más de quince distinciones recibidas y un curriculum vitae interminable. Parece lógico que Ana Belén Elgoyhen haya sido galardonada el pasado jueves con el Grand Prix de la Fondation Pour l’ Audition, una prestigiosa institución francesa dedicada de lleno a la asistencia e investigación en materia de salud auditiva.

¿Qué logro le reconocen a esta argentina investigadora superior del Conicet? Haber descubierto dos proteínas fundamentales para el funcionamiento del oído interno y la modulación de todo aquello que escuchamos (técnicamente, el sistema eferente olivococlear).

A cargo del laboratorio de Fisiología y Genética de la Audición del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular “Dr. Héctor Torres” (Ingebi), el de Elgoyhen es un hallazgo trascendental para la investigación en temas de audición, ya que revela algo del «cómo» en la protección del propio sistema auditivo frente a sonidos intensos; esos sobrestímulos que pueden derivar en una pérdida de la audición (hipoacusia) o en acúfenos (“sonidos fantasma”, carentes de fuente sonora externa).

Pero, enunciada así, la noticia omite un punto importante: el premio se lo dan en cinco minutos, pero a Elgoyhen le llevó más de 20 años arribar a estos resultados.

¿Cuál es la aplicación concreta de este hallazgo? Prevenir la muerte de algunas de las 12.000 células sensoriales que tiene cada oído interno. No es tarea simple: “Estas células son muy frágiles y se van muriendo por distintas razones. Dentro de las [razones] conocidas, una muy importante es la exposición a sonidos intensos. Se mueren y no se regeneran. Ahora bien, si desarrolláramos una droga, sería raro que para ir a un recital debamos tomar preventivamente un fármaco. Lo más lógico es evitar sonidos intensos”.

Sin embargo, en otras partes del mundo este desarrollo sería muy preciado. Por ejemplo en Estados Unidos, donde numerosos efectivos de seguridad participan en conflictos armados cada año y regresan con severos problemas auditivos. Según afirmó Elgoyhen, “este problema representa la mayor inversión en compensación por discapacidad que debe enfrentar el gobierno estadounidense”.

Ahí, aclaró, se abre una esperanza: “Es difícil determinar cuándo ocurrirá, pero estamos buscando moléculas que utilicen este sistema como blanco terapéutico. Sería importante para casos puntuales de prevención”.

VIAClarin