Arabia Saudita prepara su 1° reactor nuclear, diseñado por Argentina

Arabia Saudita está poniendo a punto su incursión en la energía nuclear. Su primer reactor, diseñado por INVAP, estará listo para entrar en funcionamiento a finales de este año. La instalación está emplazada en la ciudad Rey Abdelaziz para la Ciencia y la Tecnología.

Esta noticia en medios internacionales (ver aquí, por ejemplo), es en circunstancias normales un motivo de orgullo nacional. Muestra que en áreas claves de la tecnología moderna, nuestro país sigue jugando en primera. A pesar de todo, en particular de su gobierno.

Pero «circunstancias normales» es, en el mundo de hoy, un concepto teórico. Justamente ahora el reino árabe está enfrentado en una pulseada -por ahora, mediática- con su principal aliado, EE.UU., en un tema tan sensitivo como los petrodólares. En AgendAR lo comentamos aquí.

Tal vez por casualidad, también en medios internacionales circuló esta semana otra noticia, alarmista: Arabia Saudita al borde de hacerse nuclear en silencio. El núcleo de la noticia (traducido del inglés) es: «Según informes, Arabia Saudita está a punto de terminar su primer reactor nuclear. El rey Salman bin Abdulaziz no ha divulgado oficialmente el proyecto ni está de acuerdo con las reglas de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) que permitirían inspecciones independientes y garantizarían que el uranio enriquecido y el plutonio no se desvíen a un programa de armas. (Fethi Belaid a través de Associated Press)«.

Por eso nos parece necesario reproducir este reportaje a nuestro embajador en Austria y experto nuclear Rafael Grossi, representante argentino ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y ex Director General Adjunto de esa organización. Fue publicado en Infobae, un medio sensible a las preocupaciones de determinados sectores.

El embajador Grossi responde sobre la exportación de un reactor por parte de INVAP a Arabia Saudita.

– Esta exportación, ¿es una sorpresa?

En absoluto. INVAP es desde hace mucho tiempo un proveedor nuclear exitoso y presente en todos los continentes. Perú, Argelia, Egipto, Australia, Países Bajos y, ahora, Arabia Saudita, son la prueba de eso.

– ¿Qué clase de reactor es este?

Se trata de un reactor de investigación de baja potencia, entre 30 y 100 kilovatios. Muy útil para el entrenamiento y la capacitación del personal saudita. Pero no es un reactor que permita ensayos de materiales o la producción de radioisótopos medicinales.

– Sin embargo ha habido mucho interés en la prensa internacional. Se dice que Arabia Saudita carece de los controles necesarios…

Creo que esto se debe a consideraciones y especulaciones de tipo político más que técnico. En el plano técnico y normativo hay que empezar por decir que la Argentina o INVAP no exporta material o equipos nucleares si estos no están bajo las salvaguardias (inspecciones) de la OIEA. La no proliferación es una política de Estado para nosotros. Por otra parte Arabia Saudita ha suscripto con la OIEA un acuerdo de salvaguardias en 2005, que entró en vigor en 2009 y que contiene un Protocolo de Pequeñas Cantidades que es la manera en que el OIEA monitorea países que tienen muy poco material o actividad nuclear. Esto cambiará ahora porque antes que se introduzcan los elementos combustibles en el reactor este modelo de acuerdo mínimo deberá pasar a ser un Acuerdo de Salvaguardias Comprensivas. Esto está previsto en los acuerdos ya firmados.

– ¿Hay menos confianza entonces?

No se trata de eso. Arabia Saudita pasará a tener una instalación funcionando, con más material nuclear, en este caso uranio de bajo enriquecimiento, y la OIEA, tal como lo hace en todo el mundo, deberá controlar a través de sus inspecciones que no se desvíe ese material para otros usos.

– Arabia Saudita ha dicho que si Irán desarrolla un arma nuclear ellos harán lo mismo. ¿Cómo se entiende esta exportación en ese contexto?

Reitero, estamos hablando de una pequeña instalación de investigación. Vincularla con hipotéticos desarrollos bélicos carece de fundamento. Todo lo que exportamos esta bajo salvaguardias. Y, además, no estamos solos. Francia, Rusia, Estados Unidos, China, Corea del Sur, curiosamente todos proveedores nucleares establecidos, están presentes en Arabia Saudita, activamente procurando vender sus productos para usos pacíficos de la energía nuclear, en un mercado en expansión como el saudita. Los sauditas desean incorporar la fuente nuclear a su mix energético a fin de reducir el consumo interno de hidrocarburos para dedicar los excedentes a la exportación.

-¿Tenemos entonces posibilidades de exportar más a Arabia Saudita?

Sin duda. Pero eso requiere de mucho esfuerzo y coherencia. Allí, como en muchos otros países hay gran interés en las centrales nucleares modulares medianas o pequeñas como nuestro CAREM. INVAP, CNEA, Cancillería y la Subsecretaria de Energía Nuclear trabajamos en equipo para seguir ampliando nuestros mercados nucleares.

Embajador Rafael Grossi, en la Organización Internacional de Energía Atómica
VIAInfobae