Hace dos días informamos en AgendAR que los jefes del partido Demócrata en el Congreso de EE.UU., Nancy Pelosi y Charles Schumer, habían anunciado que aceptan buscar un acuerdo con el presidente Trump para aprobar un paquete de infraestructura de dos billones de dólares en infraestructura: caminos, puentes, cursos de agua y cableado para banda ancha.
No era una noticia de último momento -la reunión fue el 30 de abril-, ni tampoco una sorpresa. Trump y los miembros del Congreso de ambos partidos coinciden desde hace mucho en la necesidad de reconstruir la infraestructura del país (casi en tan mal estado como aquí en la provincia de Buenos Aires), pero en AgendAR nos extrañaba la poca repercusión que había tenido el asunto en los medios locales.
Hasta que el comentario casual de un amigo aportó lo que puede ser la causa (inconsciente) de esta indiferencia. Decía «Los yanquis son cautelosos: consideran que una inversión de dos mil millones de dólares es «grande y audaz». Pero la Argentina se endeuda con el F.M.I. por 57 mil millones de dólares!«.
Es necesaria una precisión: en los EE.UU. llaman «billones» a un millar de millones. Pero la noticia la publicamos en nuestro país: por eso llamamos un billón a un millón de millones. La noticia en los medios estadounidenses menciona Dos trillones.
En AgendAR consideramos que este probable impulso «keynesiano» a la economía de los EE.UU. tendrá repercusiones en el resto del mundo, incluido entre nosotros. Pero es difícil anticipar como serán. Lo único que podemos decir es que -salvando las distancias y las posibilidades- este tipo de acuerdo entre gobernantes y opositores es más positivo que tener que acordar en el pago puntual a acreedores y especuladores.