Finalmente no funcionó el comunicado gubernamental que buscaba apaciguar, al menos en parte, el sostenido período de inquietud que atraviesa la ciencia en la Argentina. Pese a que hace menos de 48 horas el gobierno anunció un refuerzo presupuestario para el sector de $ 1000 millones de pesos. Igualmente ayer se realizó -con gran asistencia- un Cabildo Abierto en forma simultánea en CABA y en una docena de ciudades de todo el país.
Con la presencia de docenas de directores de institutos de investigación del principal órgano de la ciencia Argentina, el Conicet, un grupo de científicos destacados presentó un documento donde sintetizaron una serie de cifras oficiales que demuestran el creciente deterioro de todos los indicadores CyT de los últimos años en Argentina.
Dicho deterioro incluye desde disminuciones significativas del presupuesto para el sector científico hasta un muy considerable atraso en el poder adquisitivo de los salarios de los investigadores y becarios, debido al proceso inflacionario de los últimos tiempos que no fue cubierto con aumentos.
Del Cabildo Abierto y de la conferencia de prensa participaron algunos de los más destacados científicos del país, como Ana Franchi, Andrea Gamarnik, Gabriel Rabinovich, Marcelo Rubinstein, Alejandro Schinder, Dora Barrancos, Marina Simian, Sebastián Uchitel y Roberto Rivarola, además de Alberto Kornblihtt y Mario Pecheny.
A modo de ejemplo, el físico Jorge Aliaga -qué sigue en detalle este tema desde hace años- explicó, durante la conferencia realizada en el Museo de Ciencias Bernardino Rivadavia de CABA- algunas cifras: en el 2015 el porcentaje del PBI dedicado al sector ciencia y tecnología rondaba el 0,35%. Sin embargo, en el 2018, ese mismo porcentaje había caído hasta un 0,25%. “Eso significa que faltarían sumar al menos $18.000 millones si se quisiera ya no crecer, sino apenas volver a igualar los porcentajes que teníamos en 2015 del PBI”.
Aliaga también destacó otros datos: “concluimos que que la “función dedicada a la ciencia y técnica de los presupuestos anuales en promedio cayó, desde el 2015 hasta ahora, el 33%. Y si medimos el dinero asignado por presupuesto, en millones de pesos (ajustados por inflación) a los principales organismos que forman el sistema científico argentino, las tasas de caída son mayores. A modo de ejemplo entre 2015 y 2019, la CNEA sufrió una reducción del 31%; el INTA del 35%, el INTI del 42%, la CONAE del 38% y el Conicet el 20%”.
Y los investigadores también destacaron que algunos de los refuerzos presupuestarios ya anunciados por las autoridades, todavía no fueron ejecutados, pese a que ya fueron hechas las reasignaciones presupuestarias y firmadas las correspondientes decisiones administrativas.
Otro de los organizadores y voceros del Cabildo Abierto de protesta científica, el doctor en física Juan Pablo Paz, afirmó que algunos de los anuncios realizados sobre reasignaciones presupuestarias son hechos en base a decisiones de 2017 y contra créditos asignados por organismos internacionales. “Por lo tanto es mentira que cumplan con el compromiso financiero de reforzar al sector. O, en el mejor de los casos, es un caso de contabilidad creativa”.
Destacando que no sólo “expresan críticas”, también explicaron que ya solicitaron reuniones con las actuales autoridades de la Secretaría de Ciencia para poder discutir en detalle la problemática. Y se fijó la próxima reunión para el martes 28 de mayo.
A primera hora de esta mañana, finalmente, el gobierno cumplió con uno de los puntos largamente reclamados por los científicos: nombrar en el directorio del Conicet a dos integrantes elegidos por la comunidad científica y que habían sido votados hace ya más de un año, pero cuyo nombramiento se demoraba en forma inexplicable y que hacía pensar en una atraso decidido por temas políticos. Hoy salió publicado el nombramiento de los doctores Alberto Kornblihtt y Mario Pecheny en el directorio del organismo. Pero aun así, se presume que este es apenas un nuevo capítulo de una saga conflictiva que seguirá dando tristes nuevos episodios.