Otro virus enemigo silencioso. Y mucho más común que el COVID-19: el del papiloma humano

El «virus del papiloma humano” (VPH) es la infección sexualmente transmitida más común que existe. Por lo general, es inofensivo y desaparece espontáneamente, pero algunos tipos provocan verrugas genitales o cáncer. Por eso, reproducimos esta columna del Dr. Osvaldo F. Teglia, profesor adjunto de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral:
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«El cáncer de cuello de útero representa el 12% de todos los cánceres femeninos y prácticamente todos los casos están vinculados con la infección genital por el VPH. A pesar de que, actualmente, es una enfermedad prevenible por una vacuna, se diagnostican más de 500.000 mujeres con cáncer cervical por año en el mundo.
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Además, se estima que causa cerca del 90 % de los cánceres de ano, 70 % de los cánceres de vagina y vulva y 60 % de los cánceres de pene. También, puede causar otros tipos de cáncer, como el anogenital, el de cabeza y cuello y los cánceres en la parte posterior de la garganta.
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El virus del papiloma humano (VPH) es la infección viral de transmisión sexual más común en el mundo. Se estima que el 80% de las personas sexualmente activas va a contraer el virus en algún momento de su vida, debido a que es muy fácil de transmitir a otros, incluso desde la primera relación sexual.
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El  Día Internacional de la Concienciación del VPH se celebra el 4 de marzo (como apuntamos en ese momento en AgendAR), con el objetivo de fomentar el debate y promover el conocimiento del HPV, la importancia de la vacunación y prevención.
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¿Cómo se da el contagio?
El VPH es muy fácil de contraer y de transmitir. Debido a que la infección es muy común a nivel mundial, la mayoría de las personas se contagian con VPH poco después o durante la primera relación sexual. El virus se transmite de una persona a otra mediante las relaciones sexuales vaginales,anales u orales o mediante otro tipo de contacto cercano con la piel durante actividades sexuales.
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Es importante resaltar que la transmisión también puede darse en casos asintomáticos, es decir,puede transmitirse incluso cuando la persona infectada no presenta signos ni síntomas visibles. Ocasionalmente, las infecciones por el VPH se transmiten de la madre al recién nacido, provocando infecciones del tracto respiratorio superior y produciendo una rara entidad clínica denominada papilomatosis laríngea recurrente.
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¿Cómo se previenen las infecciones y las complicaciones secundarias por VPH?
Los programas de vacunación contra el VPH han reducido sustancialmente el número de infecciones y lesiones cervicales precancerosas causadas por el virus.Actualmente, se comercializan dos vacunas contra el VPH, una bivalente y otra tetravalente. Ambas son altamente eficaces para prevenir la infección por los tipos 16 y 18 del virus, que son los causantes de aproximadamente el 70% de los cánceres de cuello de útero a nivel mundial.Asimismo, son eficaces para prevenir lesiones precancerosas en el cuello del útero.
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El Calendario Nacional de Vacunación Argentino cuenta, desde 2011, con la vacuna bivalente. Esta debe ser administrada en 2 dosis tanto en niñas como niños desde los 11 años; y se puede aplicar hasta los 26 años. Lo ideal es la aplicación de la vacuna sea previa al inicio de las relaciones sexuales, ya que la inmunización es menos beneficiosa en personas que ya han sido infectadas por el virus.
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Un estudio de la Université Laval de Québec publicado en la revista científica The Lancet, reveló que la vacunación es más útil cuando se aplica en edades tempranas y que la tasa de casos de VPH disminuye en mayor medida en países donde más personas están vacunadas y la cobertura es mayor, lo que supone un gran impacto en la prevalencia de esta enfermedad y prevención del cáncer de cuello uterino, y avizora una posible erradicación del cáncer de cuello uterino en el futuro.
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Una valiosa oportunidad de erradicación
La vacuna contra VPH no solo evita sus infecciones, sino que también tiene un impacto crucial en la reducción del riesgo del cáncer cervical. Para ello, se requieren o solo de un compromiso internacional que permita alcanzar niveles adecuados de vacunación y estrategias de prevención a través de los controles ginecológicos de toda la población -sobre todo en los países más vulnerables-, sino además una mayor concientización en la sociedad acerca de la importancia de la vacunación. Este camino es arduo. No obstante, el conocimiento sobre el VPH, su transmisión y la efectividad y seguridad de su vacuna deberían colaborar en la batalla para su control.»
VIAPerfil