El desafío de la industria tecnológica argentina: crecer del prototipo a la producción en serie

En la Argentina, es frecuente encontrar prototipos de dispositivos tecnológicos muy innovadores que no llegan al mercado.

En los países más desarrollados, las empresas suelen tener acceso a herramientas financieras para llevar a cabo al escalado de proyectos en instancias tempranas, generalmente traccionados por inversores de riesgo y créditos con tasa muy baja. En los países denominados periféricos. el financiamiento para dar el salto del prototipado a la escala industrial suele ser estatal, y no abunda. Así, la conexión entre uno y otro eslabón de la cadena es un problema de difícil solución.

Para poder cubrir esa brecha, los ministerios de Ciencia y Tecnología y el de Desarrollo Productivo crearon la convocatoria de proyectos estratégicos de base científica y tecnológica.

Cae dentro del Programa Nacional de Desarrollo de Proveedores, que financiará a empresas industriales de áreas estratégicas para que escalen a la producción en serie los prototipos de base científico-tecnológica, que puede incluir la compra de maquinaria y la obtención de certificaciones.

El programa cuenta con un financiamiento de 250 millones de pesos en Aportes No Reembolsables (ARN), 30 millones en concepto de bonificación del 10% de la tasa de interés en un crédito bancario del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) y servicios de asistencia técnica, tanto del INTI como de otros organismos de ciencia y tecnología.

Erica Carrizo, Directora Nacional de Proyectos Estratégicos del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, explica que “el programa financia a empresas industriales que presenten proyectos de base científica y tecnológica, con visión industrial y una búsqueda de escalar su producción. Obviamente, tienen que tener antecedentes científicos y tecnológicos en estas empresas para poder adaptarse a la convocatoria. Esperamos que se presenten prototipos ya desarrollados que incorporen tecnología y que estén en la última etapa, que tengan resuelta la I+D para producir en serie”.

Las empresas que pueden presentarse a esta convocatoria deberán estar insertas en las cadenas de valor de las siguientes áreas, que fueron definidas por el Ministerio de Desarrollo Productivo: salud, alimentos, minería e hidrocarburos, transporte ferroviario y naval, movilidad sustentable, aeroespacial, tecnología verde, defensa y seguridad, industria 4.0, y agua y saneamiento.

Erica Carrizo, Directora Nacional de Proyectos Estratégicos del MinCyt

“Hay muchos proyectos que logran resultados a nivel prototipo y después quedan boyando…»

Julián Hecker, director Nacional de Compre Argentino y del Programa de Desarrollo de Proveedores del Ministerio de Desarrollo Productivo, señala que “son sectores que tienen la oportunidad de dar un salto, tienen alto valor agregado y pueden alcanzar un estándar internacional de producción”. Están excluidas de la convocatoria las empresas que se dediquen a la fundición de hierro, acero y otros metales no ferrosos, ya que para ellas habrá otras herramientas de financiación.

“Al ser la primera vez que vamos a aplicar este esquema de gestión se trata de una prueba piloto de la que esperamos relevar y sistematizar los aprendizajes necesarios para después replicarlos de una forma más sencilla”, dice Hecker.

En el mismo sentido, Carrizo menciona “Muchas veces el Ministerio de Ciencia tiene una especificidad muy marcada y se ocupa solo de I+D, pero hay muchos proyectos que logran resultados a nivel prototipo y después quedan boyando, por eso fuimos a buscar a Producción para trabajar en ese espacio vacío, para que ese potencial no quede sin acompañamiento en ese eslabón con el que trabajan más ellos. Producción tiene mucho contacto con empresas industriales o que generan servicios para empresas y se focalizan en esto, como en proyecto ya prearmados que tienen que incorporar maquinaria o hacer certificaciones o ensayos para instalar la producción. Por ahí pasa el foco del programa”.

Las empresas que quieran presentar proyectos para ser financiados por el programa deberán consultar las bases y condiciones (cliquea aquí) para determinar si cumplen con los requisitos e inscribirse en la Red de Proveedores, si no lo hubieran hecho en una oportunidad anterior.

Según Carrizo, “es el primer emergente de un trabajo conjunto que iniciamos en el año 2020 entre la Dirección Nacional de Proyectos Estratégicos del MINCYT y la Dirección Nacional de Compre Argentino y el Ministerio de Desarrollo Productivo”. El programa se creó con el objetivo de aumentar el grado de integración de componentes en cadenas de valor estratégicas, sustituir importaciones de alto valor agregado, producir más bienes de capital –especialmente los vinculados con la industria 4.0–, promover la creación de empleos de alta calidad, el diseño de tecnología y, en última instancia, mejorar la calidad de los proveedores de la Administración Pública Nacional.

Observación de AgendAR:

Esta nota de Matías Alonso apunta a un problema clave de la tecnología y la industria argentina desde hace mucho tiempo. Y no surge solamente de la falta de instrumentos de financiamiento, de inversores de riesgo,…

Hay algo cultural también: a muchos argentinos nos resulta fácil concebir, o enamorarnos, de ideas brillantes y proyectos audaces. Nos cuesta más emprender la tarea, más rutinaria y más engorrosa, de sentar las bases para la producción en gran escala. Que es la etapa decisiva, desde la Revolución Industrial en adelante.

Por eso elegimos para ilustrar esta nota el icónico Pulqui II. Argentina fabricó hace 7 décadas un avión caza como muy pocos otros países podían producir un aparato equivalente en ese tiempo. Pero no se alcanzó a producirlo en serie, y quedó sólo como un ejemplo de las capacidades argentinas. (ver aquí «Tanta diversidad mata»)

Por supuesto, el Pulqui, y la legendaria Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), fueron víctimas de la inestabilidad política argentina, de la ausencia de una clase dirigente comprometida con un proyecto de nación. Más tarde, en los ´70, pasó lo mismo con la prometedora industria electrónica argentina (ver aquí).

Que el Estado asuma una iniciativa -aunque sea con los modestos recursos disponibles- para encauzar a la industria privada en la dirección correcta, nos parece una magnífica noticia.

VIATSS - UNSAM - Matías Alonso