Una astrónoma ha descubierto que nuestro planeta, junto con el resto del sistema solar y algunas estrellas cercanas, puede estar rodeado por lo que ella describe como un gigantesco túnel magnético. La nueva investigación podría dar por fin explicación a las misteriosas estructuras que han desconcertado a los astrónomos durante décadas.
Jennifer West, astrónoma del Instituto Dunlap de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Toronto, hizo la propuesta después de que una investigación sobre el Espolón Polar Norte y la Región del Abanico, dos de las estructuras gaseosas más brillantes que emiten radio en nuestro vecindario galáctico- ubicadas en lados opuestos del cielo –que hasta ahora se consideraban separadas–, apuntara a que ambas podrían estar conectados por un vasto sistema de filamentos magnetizados; estos formarían una estructura parecida a un túnel que rodea el sistema solar, y muchas estrellas cercanas.
Según West y sus colegas, que publicaron los resultados de los datos de su investigación en el Astrophysical Journal, esta sería la primera vez que astrónomos relacionan ambas estructuras como una unidad. Previamente, los estudios científicos sobre el Espolón Polar Norte y la Región del Abanico, conocidas desde la década de 1960, se habían centrado en ellas individualmente.
Esto se debe a que es muy difícil calcular exactamente la distancia a la que se encuentran; las distancias han oscilado entre cientos y miles de años luz. Según Science Alert.
Mapa ilustrado de la Vía Láctea con la posición y el tamaño de los filamentos propuestos. El recuadro muestra una vista más detallada de los entornos locales y la posición de la burbuja local y varias nubes de polvo cercanas.
No obstante, West y sus colegas trazaron la longitud y posición probables de las gigantescas cuerdas al introducir los datos de las observaciones de las ondas de radio en un nuevo modelo informático. Según el comunicado de la Universidad de Toronto, las estructuras tienen forma de largas cuerdas y se encuentran a unos 350 años luz de nosotros. Tienen una longitud de unos 1000 años luz.
West afirma que la inspiración para su modelo surgió cuando era estudiante y vio los filamentos al inspeccionar por primera vez un mapa del cielo radioeléctrico. Años más tarde, le hablaron de un artículo de 1965 que especulaba sobre las extrañas señales de radio.
«Basándose en los escasos datos disponibles en ese momento, los autores (Mathewson y Milne) especularon que estas señales de radio polarizadas podrían surgir de nuestra visión del Brazo Local de la galaxia, desde el interior de esta», dijo West en el comunicado. «Ese artículo me inspiró para desarrollar esta idea y vincular mi modelo a los datos enormemente mejores que nos proporcionan nuestros telescopios hoy en día».
«Ver la galaxia en diferente perspectiva»
Para explicarlo mejor, West utiliza el mapa de la Tierra como ejemplo, según el comunicado. El polo norte está en la parte superior y el ecuador en el centro, pero, por supuesto, siempre podemos volver a dibujar ese mapa con una perspectiva diferente. Lo mismo ocurre con el mapa de nuestra galaxia.
«La mayoría de los astrónomos miran un mapa con el polo norte de la Galaxia arriba y el centro galáctico en el medio», explica. «Una parte importante que inspiró esta idea fue rehacer ese mapa con un punto diferente en el centro».
Los próximos pasos de los científicos son confirmar sus hallazgos tomando observaciones detalladas de las regiones que simularon, y luego utilizar esas observaciones para refinar su modelo. West espera que, al profundizar en el modelo, pueda mejorar la capacidad de los astrónomos para entender otros filamentos magnéticos detectados alrededor de nuestra galaxia.
«Los campos magnéticos no existen de forma aislada», explica. «Deben conectarse entre sí. Así que un próximo paso es entender mejor cómo este campo magnético local se conecta tanto con el campo magnético galáctico a mayor escala, como con los campos magnéticos a menor escala de nuestro Sol y la Tierra».