El gobierno sigue analizando la compra de aviones caza supersónicos. Comentamos

El ministro de Defensa, Jorge Taiana, reiteró este viernes que “la Argentina tiene dos grandes prioridades” en materia de reequipamiento de sus Fuerzas Armadas: la “compra de cazas supersónicos”, para la cual se analizan opciones, y la “recuperación de la capacidad submarina”.

“Se está culminando la tarea de revisión de las propuestas de aviones cazas supersónicos. Nos queda todavía analizar una propuesta combinada de Estados Unidos y Dinamarca sobre aviones F16. En pocos días se los irá a ver para constatar en qué situación están y que características tienen”, señaló Taiana. El ministro aseguró además que también existe la posibilidad de «revisar los aviones de la India, que son interesantes también».

«Luego habrá que tomar una decisión. Son gastos muy importantes de inversión para varios años. estamos culminando una selección de los mejores aviones de combate que hay”.

Taiana explicó que «las ecuaciones que hay que mirar son la calidad del avión, el apoyo técnico, sus radares y sus sistemas de armas».

Respecto a la posibilidad de avanzar con la adquisición de los cazas chinos, señaló que «tenemos que terminar de ver todo». «Son gastos muy importantes de inversión para varios años y con eso estamos culminando una selección de los mejores aviones de combate que hay”.

«Los cazas chinos ya los hemos visto, los hemos volado y tenemos una buena impresión de sus características y de lo que ofrecen. Además se están incorporando unos diez aviones Beechcrat B200 a la Fuerza Aérea», agregó.

El ministro consignó que “algunos de esos aviones podrían ser incorporados a Líneas Aéreas de Estado (LADE), ya no solo en el sur, sino en otras regiones» y anticipó que «otra compra más interesante la estamos programando para el año que viene».

Comentario de AgendAR:

«¡¡Y sigue siguiendo!!», como decía Marquitos Mundstock en alguna bufonada genial de Les Luthiers. En este portal ya hay quien sospecha que el gobierno prefiere postergar la decisión sobre la compra de aviones de combate hasta después de las elecciones presidenciales. O después del 10 de diciembre de 2023.

Es plausible. En el actual contexto global es un tema con implicaciones diplomáticas sensitivas. Más aún si consideramos que la mejor opción que nos han hecho, en una relación precio/capacidad, es el Mig 35: a U$ 35 millones de dólares es regalado. Cualquier equivalente OTAN en capacidades no vale menos de U$ 70 millones, y además nos está prohibida.

Como también hoy el MiG, como dijo Taiana en otras declaraciones, hace meses. Traducido: quizás esa compra podría contemplarse, o no, cuando termine la guerra en Ucrania (¿en algún momento del verano boreal de 2023?)…

En cualquier caso, como dijimos en muchas ocasiones -por ejemplo, en ¿Compramos aviones de combate, fabricamos drones, o ambas cosas?– Argentina no necesita mañana mismo contar con aviones de combate de última generación.

Es cierto que para defender su territorio, 8vo. en extensión del mundo, requeriría más de medio centenar. Pero en el futuro inmediato, la Gran Potencia residual con la que mantenemos reclamos territoriales conflictivos, apoya a Ucrania con armamento, logística, espionaje y entrenamiento. Y ninguna de las Grandes Potencias actuales estimulará o permitirá nuevas locuras, precisamente mientras dure esa guerra, cuando se ha insinuado el fantasma de la amenaza nuclear.

Desde AgendAR, y no sólo porque somos industrialistas, creemos que la poco mentada prioridad para nuestra defensa hoy son drones y misiles, junto a los aviones caza, las otras dos patas de un sistema integral de defensa antiaérea. Sólo que, como fabricantes de radares que somos y, hasta tiempos recientes, también de cohetes de combustible sólido, drones y sistemas misilísticos antiaéreos están en alguna medida al alcance de nuestras capacidades. Y, en todo caso, nos resultarán mucho más baratos si hay que comprarlos, porque en parte podemos fabricarlos bajo licencia.

En cuanto a los submarinos, también insistimos en que miremos primero a los que tenemos para reparar, modernizar y/o terminar en nuestro astillero especializado en submarinos, el Almirante Storni. Son tres TR-1700 alemanes de enorme capacidad, uno con 2/3 de su vida útil por delante (el Santa Cruz), dos de ellos «cero kilómetro» porque siguen congelados en el grado de avance que tenían en 1994 (el Santa Fe y el Santiago). El proveedor original, ThyssenKrupp, nos ha hecho un guiño para colaborar con la tarea.

En la cual, además, rescataríamos los recursos humanos y técnicos ociosos del Storni. Si se trata de conservar capacidades a largo plazo, importan tanto más que las naves en sí.

Daniel E. Arias

VIATelam