Acercando la ciencia a la calle. Una experiencia en Mendoza

Desde fines de agosto, trabajadores y trabajadoras del CONICET Mendoza decidieron autoconvocarse y salir a los parques a mostrar en qué trabajan quienes hacen ciencia pública. El colectivo fue bautizado como “Ciencia en la Calle” y, durante estos tres meses, se organizaron para ir todos los domingos al Parque General San Martín y al Parque Central, en la ciudad de Mendoza, a realizar actividades, charlas y experimentos destinados tanto al público infantil como al público adulto en general.

En los encuentros, participan investigadores, becarios y personal de apoyo del CONICET, y también docentes, graduados y estudiantes de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO). Así, quienes se acercan a la muestra, pueden saber más sobre animales y plantas autóctonos de la región, conocer réplicas de fósiles de dinosaurios, recibir material explicativo sobre qué hacen los científicos del CONICET y sacarse fotos con un cartel que dice “Yo apoyo la ciencia”, entre otras actividades.

“Nuestro colectivo nació de la necesidad de compartir lo que hacemos con tanta pasión y cariño. Queremos que todas las personas conozcan que quienes constituimos CONICET y otros institutos públicos de investigación buscamos lo mismo que todos: desde nuestro lugar, contribuir a que vivamos un poco mejor y con más oportunidades”, expresan los integrantes del colectivo desde su cuenta en Instagram, donde también remarcan que lo hacen “en defensa de la ciencia pública”.

Quienes se acercan a la muestra, pueden saber más sobre animales y plantas autóctonos de la región, conocer réplicas de fósiles de dinosaurios y recibir material explicativo sobre qué hacen los científicos del CONICET, entre otras actividades de las más diversas disciplinas.
Quienes se acercan a la muestra, pueden saber más sobre animales y plantas autóctonos de la región, conocer réplicas de fósiles de dinosaurios y recibir material explicativo sobre qué hacen los científicos del CONICET, entre otras actividades de diversas disciplinas.

La iniciativa surgió a fines de agosto, luego de que el candidato presidencial de la Libertad Avanza, Javier Milei, manifestara su intención de privatizar el CONICET y cuestionara la productividad de sus trabajadores. “Sentimos que ese discurso de desvalorización de la actividad científica encontró cabida en parte de la sociedad. Por eso, hicimos una asamblea entre los miembros del CCT CONICET Mendoza para debatir qué podíamos hacer y decidimos que lo mejor era salir a la calle a hablar con la gente, mostrar los aportes que hacemos y que la gente saque sus conclusiones”, cuenta la politóloga Natalia Rizzo, investigadora del CONICET en el INCIHUSA y docente de la UNCUYO.

La investigadora resalta que es la primera vez que realizan una actividad de divulgación tan grande, multidisciplinaria, transversal y en un espacio bien público, por fuera del ámbito académico y educativo. “La primera vez fuimos bastante improvisados pero domingo a domingo fuimos mejorando las estrategias y organizando mejor la logística”, señala. También cuenta que muchos de los que se acercan no saben lo que es el CONICET. “Esto coincide con los datos de la última encuesta del MINCYT sobre la percepción de la ciencia en la sociedad, que refleja que un 75% de la población considera que los científicos somos de alta estima pero menos del 30% puede identificar el nombre de alguna institución en la que trabajamos”, agrega Rizzo.

"Decidimos que lo mejor era salir a la calle a hablar con la gente, mostrar los aportes que hacemos y que la gente saque sus conclusiones”, dice Natalia Rizzo sobre la importancia de defender la ciencia pública.
«Decidimos que lo mejor era salir a la calle a hablar con la gente, mostrar los aportes que hacemos y que la gente saque sus conclusiones”, dice la investigadora Natalia Rizzo sobre la importancia de defender la ciencia pública.

Entre las actividades que pueden encontrarse quienes transiten por esos parques hay una muestra de fotografías de cámaras-trampa, explicando cómo funcionan y su importancia para la conservación de especies; juegos para reconocer e identificar aves que están presentes en el Gran Mendoza; un taller interactivo sobre la vinchuca, insecto vector de la enfermedad de Chagas; y una muestra paleontológica de fósiles de dinosaurios de Mendoza, explicando las carreras que se pueden estudiar en la UNCUYO vinculadas a arqueología y conservación.

También hay material de divulgación sobre la flora nativa mendocina; charlas sobre la importancia de conservar el patrimonio cultural de los pueblos originarios y los recursos naturales provinciales; actividades con arcilla para simular excavaciones; y una “lupa molecular” que permite ver en realidad aumentada moléculas, complejos celulares y proteínas desde los celulares. Las ciencias sociales también tienen su espacio en la muestra, donde se reflexiona sobre mitos de la historia y el funcionamiento del Estado, entre otras cosas que permiten derribar el estereotipo de que la ciencia es solo aquella que se hace con guardapolvo blanco y en un laboratorio.

“La recepción de la gente ha sido buenísima. Los chicos vienen solos porque la muestra es muy vistosa y atrás de ellos vienen los padres. De vez en cuando se acercan algunas personas desde un lado un poco más hostil también. El último domingo nos pasó que se acercó un hombre con una pregunta específica vinculada al trabajo que hacemos y el libre mercado, y bueno, tuvimos una charla larga”, cuenta Rizzo.

La idea es continuar estas actividades el año que viene una vez por mes y buscarán ampliar el alcance a otros departamentos del Gran Mendoza. “Por ahora no tenemos más financiamiento que nosotros mismos. Los becarios son el grueso de los que van a los parques, y después hay investigadores y directores que apoyan aportando dinero para comprar los materiales para hacer las actividades”, indica la investigadora.

También cuenta que están buscando que el CONICET respalde este tipo de iniciativas de forma oficial. Por ahora, solo lograron el apoyo formal de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO. “Antes no había ningún reconocimiento a este tipo de actividades desde los organismos de evaluación, ahora por lo menos tenemos un espacio donde podemos cargar nuestras actividades de extensión, vinculación y transferencia. Cuánto vale eso para la carrera, no está tan claro, pero al menos se están discutiendo otras formas de hacer y de comunicar ciencia. Y más allá de que haya o no un reconocimiento institucional, lo tomamos como otra forma del compromiso que tenemos por el trabajo que hacemos”, afirma Rizzo. Para terminar, agrega: “Gane quien gane el domingo, la idea es seguir haciendo esto el año que viene. Ojalá que el financiamiento a la ciencia continúe”.

Nadia Luna

VIATSS-UNSAM-Nadia Luna