En un claro hilo de tuits una de las máximas expertas argentinas en Cambio Climático, Carolina Vera, explicó el fenómeno meteorológico que enfrentan extensas zonas de nuestro país.
La doctora Carolina Vera es profesora Emérita de la Facultad de Ciencas Exactas de la UBA, investigadora del Conicet y una autoridad global en temas de cambio climático e integró el prestigioso IPCC.
Vera explicó que ante tantas consultas por las tormentas severas que vienen afectando a una parte de nuestro país hago este hilo: «estas tormentas son un combo de lluvia en exceso, ráfagas e inclusive rayos-granizo. Son parte del clima natural del centro-este del país. Mi abuela en San Nicolás prendía velas cuando ocurrían. Esta es una de las regiones del mundo con las tormentas mas severas de este tipo. Pero en este momento en particular se suma:
a) la influencia del Niño que favorece el “caldo” para que se desarrollen estas tormentas entre la primavera y el otoño. Y se suma la variabilidad subestacional que promueve secuencia de dias de lluvia en algunas ocasiones extremas
b) el #cambioclimático ha incrementado la frecuencia e intensidad de estas tormentas. Hoy en un mundo de 1.2C de #calentamientoglobal, ante un pronóstico de lluvia intensa la probabilidad de que se den tormentas severas en el centro-este de Argentina es más alta que antes.
El Cambio Climático está aumentando la intensidad y frecuencia de eventos de lluvias extremas en todo el país, incluyendo en lugares donde antes se daban muy raramente. Lo peor es que en la medida que el calentamiento global continúe este impacto se va a seguir incrementando.
Pero los desastres no son el resultado solamente de una amenaza meteorológica, sino que se producen cuando se combina con condiciones de vulnerabilidad y exposición preexistentes. Por eso la reducción del riesgo de estos desastres solo se consigue con acciones preventivas.
Después de años de sequias entre 2019 y 2023, pareciera haber cierto olvido del efecto de las tormentas y de las medidas para prevenir su impacto. Es urgente y necesario retomar y reforzar los planes nacionales de gestión del riesgo de lluvias/inundaciones como de sequías.