¿Qué le pasa a la persona infectada con dengue? Y qué debe hacer

Según el Ministerio de Salud de la Nación, en lo que va del 2024 se registraron 163.419 casos de dengue en la Argentina, y 129 personas fallecieron por la enfermedad. Es por eso que durante esta epidemia, ante la presencia de síntomas como fiebre alta, malestar general, cefalea o náuseas, entre otros, lo lógico es preguntarse si la persona está cursando un cuadro de dengue.

El dengue en la Argentina se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública. Si bien se trataba de una enfermedad recurrente en el norte del país, este es un brote histórico. A su vez, el dengue, a diferencia de ahora, no tenía tanta presencia en la zona centro del territorio. Y cuando se está atravesando la enfermedad, que suele generar un profundo malestar, la incógnita central es: ¿cuánto perdura el virus en el organismo?

En el cuerpo se encuentran virus viables desde 24 horas antes del inicio de la fiebre y durante la etapa febril, es decir, por cinco a siete días después del inicio de los síntomas, explica la infectóloga Leda Guzzi.

La especialista detalla que el virus tiene fases: en primer lugar, una etapa aguda, donde la sintomatología es más pronunciada, y luego llega un estadío posviral, donde el paciente padece las secuelas de la fase anterior. Si bien no tendrá, por ejemplo, fiebre alta, puede sentir cansancio, fatiga y hasta trastornos del sueño.

“Pasada la fase aguda de la infección por dengue clásico, en la que las personas suelen presentar fiebre, dolor de cabeza, dolor retrocular, dolor muscular, malestar general, quebrantamiento, síntomas digestivos o manchitas en la piel, entre otros, pueden persistir síntomas que se catalogan como de astenia posviral, que suelen ser cansancio, debilidad, cierta tendencia a la fatiga, incluso a veces manifiestan trastornos del sueño que pueden persistir por dos a tres semanas más. En este contexto, conviene descansar bien, hidratarse abundantemente, mantener una adecuada alimentación, completa y balanceada y retomar paulatinamente la actividad física”, describe Guzzi.

“El virus del dengue circula en el cuerpo del paciente desde el día anterior en el que se inician los síntomas, hasta que se va la fiebre. Es un promedio de cinco a siete días. Durante esos días el paciente debe estar en aislamiento para evitar ser picado por un mosquito sano”, agrega Elena Obieta, infectóloga.

Luego de la infección, empezará a crecer el nivel de anticuerpos en sangre contra el virus. Hay dos tipos de anticuerpos, la inmunoglobulina M (IgM), que correlaciona con infección aguda, y la Inmunoglobulina G (IgG), que se correlaciona con infección pasada.

La IgM comienza a producirse a partir del quinto al séptimo día del inicio de los síntomas y se mantiene en niveles detectables por 12 semanas, señala Guzzi. Por su parte, la IgG comienza a elevarse entre la segunda y la tercera semana después de la infección y puede mantenerse en niveles detectables de por vida.

Para llegar al diagnóstico, hay distintas pruebas por muestra de sangre que se van utilizando según avanza la infección. “El diagnóstico en los primeros cinco a siete días de la enfermedad, que es la fase aguda, se puede hacer buscando en sangre el antígeno NS1, que es una proteína del virus, o por la técnica de PCR para detectar la presencia de genoma viral porque es cuando el virus está circulando en la sangre. Si es positivo, es dengue. Si es negativo [para antígeno NS1], no se puede descartar la infección porque la prueba tiene una sensibilidad de hasta el 72%, pero con una alta especificidad”, explicó el infectólogo Eduardo López.

Tratamientos

López explica que no hay drogas antivirales contra el dengue, sino que debe tratarse con analgésicos que mejoren la sintomatología del paciente. Por supuesto, siempre que se trate de un caso que no requiera internación.

Sin embargo, el especialista resalta que el ibuprofeno, el diclofenaco o la aspirina no deben utilizarse para alivianar el malestar, y asegura que pueden generar importantes complicaciones. Lo que se sugiere es consumir paracetamol y tomar mucho líquido para no deshidratarse.

“En general se suele recomendar el paracetamol para disminuir los dolores, en especial las cefaleas que son muy intensas en los cuadros de dengue. El tratamiento para adultos y niños solo difiere en la dosis de droga que uno puede suministrarles, pero en el resto las recomendaciones son muy similares”, indica López.

No debe usarse el ibuprofeno o diclofenaco, entre otros, porque puede haber una reacción adversa que baje aún más las plaquetas. Se pueden usar antieméticos para los vómitos y paracetamol, pero no mucho más. Por supuesto, cuando el paciente se interna en general en una primera etapa se le hace una hidratación más agresiva, pero luego la infusión de líquidos se reduce para evitar sobrecargar al paciente”, señala Leda Guzzi, infectóloga.

Alejandro Horvat

VIALa Nación