Luego de varios años estudiando el comportamiento de diferentes clones de Malbec, un grupo de científicos mendocinos reunidos bajo el proyecto Iberogen logró descifrar el genoma completo de esta variedad de uva. Esta búsqueda fue impulsada por los efectos del cambio climático en la industria del vino. A la pregunta sobre cómo va a responder el Malbec, la nave insignia de Argentina, ante este nuevo panorama, la alternativa era buscar viñedos a mayor altura, o ir hacia la Patagonia.
Pero, otro camino fue el encontrado por la investigación encabezada por Vivero Mercier y el Instituto de Biología Agrícola de Mendoza (IBAM, CONICET-UNCUYO), en colaboración con instituciones internacionales como el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino de España.
Daniel Bergamín, director técnico de Vivero Mercier explicó el proceso de este modo » como los seres humanos, todos somos distintos, eso es el fenotipo, y el genotipo es la información que está guardada dentro de nuestros genes que manifiesta eso que estamos viendo. Eso pasa con el Malbec, no con otras variedades que son de muy poca variabilidad genética, es decir multiplicó plantas acá, en Francia, en Italia, en España, en donde sea y son todas muy parecidas, se van a comportar muy parecido a un mismo en una misma situación. El Malbec no es así, yo en una misma viña, en la misma parcela, puedo encontrar diferencias importantes, eso es que una tengo un racimo, un grano más grande más chico más color en la uva más aromas en algunos racimos que otros, eso se llama variabilidad. Eso permite y que haciendo un trabajo de selección, buscando plantas que respondan a ciertas características, yo puedo separar entonces yo elijo una que tenga más aromas, etc.».
Y continuó :» la investigación tuvo como objetivo encontrar clones, no solo que respondan con ciertas cualidades que hacen a la calidad del vino, sino que esas cualidades se sostengan a pesar de las condiciones de cambio climático que sean adversas. Es decir, sabemos que un cambio climático está provocando en muchas especies y sobre todo en la viña, una pérdida de calidad, una pérdida de muchos componentes que hacen a la calidad del vino, es decir, hay zonas donde las temperaturas altas y las sequía está provocando pérdidas de acidez pérdidas de color pérdidas de aromas de las uvas pérdidas de productividad».
Entonces, cuál es el futuro de eso? Es que eso ya no se pueda cultivar en esa zona, salvo que dentro de toda esa variabilidad genética que hay en el Malbec elijamos algunos clones que respondan y que no sean tan sensibles a esas variaciones climáticas. Ese fue un poco el trabajo en que hemos estado haciendo, es decir ahora identificar qué clones podían-a pesar de las temperaturas, a pesar de la sequía, a pesar de las condiciones adversas- seguir dando componentes de calidad en sus en sus uvas y terminen produciendo vinos o manteniendo la calidad de los vinos sin tener que irnos de esa zona.
Y para terminar el concepto agregó: «ahora, eso tiene una explicación genética ya que esa información está guardada en los genes de ese clon y entonces nos fuimos más adentro con el equipo de genética del IBAM. Ellos se abocaron a estudiar en qué zona del genoma, en qué parte está grabada la información para que eso ocurra, a pesar de las altas temperaturas a pesar de todas esas condiciones se mantenga esa característica. Bueno, eso llevó a que hubiese que hacer un trabajo muy importante que es encontrar o descifrar el genoma del Malbec es decir, hacer la decodificación toda esa información».
El estudio fue publicado recientemente en la reconocida revista científica Horticulture Research (Oxford Academic), y se convierte en un hallazgo trascendental que sienta las bases para nuevas investigaciones tendientes al mejoramiento de distintos aspectos cualitativos y cuantitativos de la variedad Malbec.
El genoma del Malbec
El documento de difusión del hallazgo, indica que «es bien conocido que el cambio climático afecta los ciclos vegetativos y reproductivos de la vid, produciendo cambios específicos en el desarrollo de la uva, acelerando la disminución de ácidos orgánicos, induciendo un incremento en la concentración de azúcares y desfasando la acumulación de antocianas de la maduración fenólica. Como consecuencia, estas uvas dan lugar a vinos de grado alcohólico excesivo, baja acidez, baja intensidad de color y sabores astringentes. El Malbec presenta un genoma altamente heterogéneo que influye en sus características distintivas».
«El equipo de investigación del proyecto IBEROGEN ha descifrado el conjunto del genoma diploide de Malbec, proporcionando una perspectiva más clara sobre la interacción genética entre sus dos variedades parentales, Prunelard y Magdeleine Noire des Charentes», precisa el Dr. Diego Lijavetzky del IBAM. El material que se utilizó para realizar esta secuenciación fue el Malbec clon Mercier® 136, que corresponde a una obtención de Vivero Mercier Argentina del año 1999, proveniente de un viñedo de más de 100 años ubicado en Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza.
Las técnicas empleadas
Cabe aclarar que se emplearon técnicas avanzadas de secuenciación de ADN y bioinformáticas para integrar secuencias de ADN largas y cortas. «Se logró un ensamblaje detallado y preciso de los complementos haploides (padres) que conforman el genoma diploide de Malbec, con tasas de error excepcionalmente bajas. Se develó que más de un cuarto del genoma mostraba regiones polimórficas, lo que lleva a una variación genética significativa. Esta nueva información genómica permitió una profunda evaluación del transcriptoma (aparato que traduce la información genética) de cuatro clones de Malbec, cada una con rasgos únicos de composición de las bayas.
De todos los clones estudiados durante la investigación, uno de ellos se destacó particularmente por su mayor contenido de antocianina (compuesto responsable del color) en las pieles de sus bayas, un atributo deseado en la elaboración del vino. «Se encontró que esta diferencia estaba relacionada con las respuestas elevadas al ácido abscísico, una hormona que influye en la expresión de genes relacionados con la respuesta al estrés y la madurez de las bayas. Esto puso de relieve el profundo y complejo impacto que pueden tener las variaciones genéticas puntuales en el desarrollo de la calidad de la uva y, por lo tanto, en las características varietales del vino que produce», comentaron los investigadores.
La decodificación del genoma de Malbec ilustra la compleja relación entre la diversidad genética y la variación clonal. Esto marca un paso significativo hacia la comprensión de cómo las mutaciones somáticas modifican las características de los distintos clones, arrojando luz sobre una nueva dimensión de la investigación genética de la vid, que podría revolucionar el futuro de la viticultura.