El coronavirus ha obligado al presidente Donald Trump a declarar el estado de emergencia nacional en Estados Unidos. Ya suman en su territorio 321,020 casos confirmados y 9,109 muertes, además de 15.021 pacientes recuperados, según datos de la Universidad de Johns Hopkins. Hoy los EE.UU. son el epicentro de la pandemia en el mundo; tiene más casos que China, Italia y España.
El director de salud pública estadounidense, el Cirujano General Dr. Jerome Adams advirtió ayer domingo que debido a la cantidad de muertes ocasionadas por el COVID-19, «esta será la semana más dura, la semana más triste, en la vida de la mayoría de los estadounidenses».El funcionario agregó: «Este será nuestro Pearl Harbor, nuestro 11 de septiembre, pero no quedará limitado a una sola región».
En declaraciones al programa «Fox News Sunday», indicó: «Ocurrirá en todo el país, y quiero que toda la nación lo entienda». Indicó en ese momento que el número de personas infectadas con el virus en Estados Unidos sobrepasa los 300.000 y el saldo de muertes asciende a más de 8.400. Más de 3.500 de esos fallecimientos ocurrieron en el estado de Nueva York.
Gran parte de la población norteamericana tiene órdenes de quedarse en casa, y las autoridades aseveran que hay indicios de que la población está acatando las instrucciones sobre el distanciamiento social. Sin embargo el gobierno también señala que lo peor aún está por llegar.
En la mayoría de las personas, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas, sobre todo en los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte. La mayoría de la gente se recupera.
Algunos estados se han negado a ordenarle a la ciudadanía quedarse en casa. Se le preguntó a Adams en el programa «Meet the Press» de la NBC si esos estados deben sumarse al resto del país.»El 90% de los estadounidenses están haciendo su parte aún en los estados en que no se les ordenó quedarse en casa», expresó Adams. «Si un estado no puede hacerlo por 30 días, pues que nos den una semana, que nos den lo que puedan, para que nuestro sistema de salud no quede abrumado esta semana».
Por su parte, el principal epidemiólogo de los EE.UU., Anthony Fauci, coincidió: «Esta va a ser una mala semana», durante otra entrevista con la cadena CBS News. «Vamos a seguir viendo una escalada. Pero esperamos que en el plazo de una semana, quizá un poco más, empecemos a ver un aplanamiento de la curva y un descenso».
Fauci matizó que no se puede decir que Estados Unidos tenga la crisis «bajo control, porque eso sería una declaración falsa», pero opinó que las medidas para contener los contagios, con más del 90% de la población bajo órdenes de quedarse en casa, «están funcionando claramente».
El especialista explicó que esas medidas permitirán que se rebaje «el número de casos nuevos», y que cuando eso ocurra, «las muertes tardarán (en reducirse) una o dos semanas, o más».
En el estado de Nueva York, que concentra más de un tercio de los contagios del país, Fauci pronosticó que la próxima semana será dura «porque todavía no se ha llegado al pico. En una semana, ocho o nueve días, esperamos empezar a ver cómo cambian las cosas» en Nueva York».
El epidemiólogo lanzó además una crítica velada a los gobernadores de los únicos nueve estados de Estados Unidos que por ahora no han urgido a sus habitantes a quedarse en casa todo lo posible: Arkansas, Oklahoma, Utah, Carolina del Sur, Iowa, Nebraska, Wyoming, Dakota del Norte y Dakota del Sur.
«No es que estén poniendo en riesgo al resto del país, es que se están poniendo ellos mismos en riesgo», subrayó Fauci, que dirige el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, (NIAID, en inglés).