El ministro de Ciencia se refirió a los reclamos de investigadores por la recomposición de su salario
Como los otros ministros en este gobierno -y probablemente en casi todos los países- Roberto Salvarezza debió cambiar buena parte de la planificación que había esbozado para este año cuando la irrupción de la pandemia quemó todos los papeles.
“La idea era empezar a transitar una recuperación progresiva y dar señales a los investigadores de que sí es posible hacer ciencia en el país, como lo fue en el período 2003-2015. Pero el 9 de marzo entramos en modo cuarentena y el 18 ya habíamos creado la Unidad Coronavirus entre el Ministerio, la Agencia y el CONICET, para salir a dar respuesta a lo que pasaba».
De ahí surgieron los tests de diagnóstico, el suero equino hiperinmune, el plasma para convalecientes, aplicaciones informáticas como la plataforma CUIDAR y el apoyo por parte de la empresa VENG, de la CONAE, a las fábricas de respiradores”, detalló Salvarezza en una reunión virtual con integrantes de la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC).
Con la atención y la inversión dedicadas a buscar soluciones para enfrentar la pandemia, otros aspectos quedaron relegados, como la actualización salarial de investigadores y personal de apoyo del CONICET, que reclaman por la apertura de paritarias debido al deterioro acumulado de sus ingresos desde 2015, y que anunciaron un “paro virtual” y movilización para jueves el 3 de septiembre.
“Es una deuda que pensábamos saldar en junio, sabemos que está retrasado, lo sabe Alberto Fernández, lo sabe el Gabinete y estamos trabajando en eso, pero lo que pedimos es que nos den tiempo para ver cómo podemos atender estos reclamos, que son justos, pero que hay que contextualizarlos en la crisis que estamos atravesando. No podemos da una fecha pero sí puedo decir que en este momento nuestra principal preocupación es el deterioro salarial de los investigadores”, dijo el ministro.
“Me parece muy bien que haya iniciativas legislativas que impulsen el financiamiento de la ciencia porque necesitamos un horizonte de inversión”, continuó Salvarezza. Destacó a los que considera “gestos concretos”, en términos de inversión, que se dieron durante este año, como el aumento de un 50% en las becas y la incorporación de otras 400, los ingresos de 800 investigadores y 300 profesionales –casi duplicando las cifras de 2019–, los subsidios a quienes finalizaron su beca –que inicialmente habían sido prorrogadas por tres meses–, el aumento de un 25% en los proyectos PICT que empezaban a ser financiados este año y los 600 millones de pesos dedicados a proyectos relacionados con COVID-19, entre otras acciones del MINCYT.
“Lo que teníamos previsto sufrió modificaciones fundamentales con la pandemia, el mundo de hoy es un 10% en promedio más pobre, en términos de caída del PBI, que lo que era antes. Entonces, nuestras expectativas de crecimiento también son menores, debemos balancear todas las necesidades que tiene este país”, dijo el titular de la cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Salvarezza consideró que este año se ha llegado a un pozo en términos de inversión –estima que el año cerrará con una ejecución algo por encima de los 35.000 millones de pesos–, en el que la función Ciencia y Tecnología oscilará entre 0,20 y el 0,22 como porcentaje del PBI –en 2015 era 0,35 y a partir de entonces comenzó a caer durante el macrismo–, lo que replica lo ocurrido en 2019.
“Nuestra expectativa es poder subirlo un poco en 2021, eso sería una señal fuerte de recuperación. Hemos elevado nuestras necesidades y lo estamos discutiendo”, dijo con respecto al proyecto de Ley de Presupuesto que se comenzará a discutir el mes próximo en el Congreso. Medido en dólares, es bastante menos de la mitad que en 2015, cuando el presupuesto asignado a la función CyT era de 20.000 millones de pesos, con un dólar a 10 pesos.
Con respecto a la iniciativa de la vicepresidenta de la Comisión de Ciencia de la Cámara de Diputados, Claudia Bernazza, que presentó un proyecto para escalonar la inversión hasta el 1% del PBI en 2030, Salvarezza se mostró a favor: “Me parece muy bien que haya iniciativas legislativas que impulsen el financiamiento de la ciencia porque -repito- necesitamos un horizonte de inversión. Seguramente habrá una discusión en las comisiones y, de nuestra parte, creemos que es necesaria una recuperación de la inversión en el sector por parte del Estado”.
El proyecto retoma la idea del presentado en el año 2017 por el entonces senador y actual gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que había logrado media sanción pero perdió estado parlamentario.
“La pandemia también nos ha dado la oportunidad de pasar de un prototipo de una laboratorio a escalarlo y producir un millón, como se hará con los tests de NEOKIT que fabricará Y-TEC. Muchos científico han descubierto la importancia de trabajar con el sector productivo”, agregó el ministro.
Durante la entrevista con la RADPC, Salvarezza dijo que el MINCYT no se mantendrá ajeno a los debates ambientales planteados por la producción, desde la sojización vía el uso de agroquímicos a la explotación de recursos naturales a través de la megaminería y el fracking.
“La Argentina necesita producir pero la comunidad científica debe ser un actor del debate. La recuperación económica tiene que estar enmarcada en el cuidado ambiental, no hay otra agenda, no podemos pensar solo en lo productivo sin tener una mirada amplia sobre el impacto en el ambiente. Estamos formando comités de trabajo en diversos temas, como litio, extracción de petróleo y producción agropecuaria, con una mirada transversal”.
También se refirió al proyecto de producción de cerdos que se está negociando con China, que ha sido cuestionado por diversas organizaciones: “No solo fuimos consultados por Cancillería, también hemos participado en las reuniones que se han hecho sobre el tema, como la del último lunes en Casa de Gobierno. Vamos a armar una comisión que genere los protocolos. Si se da el acuerdo, la Argentina va a tener las normas de bioseguridad y manejo de residuos, de escala de producción. Hay que hacerlo teniendo en cuenta el cuidado ambiental y también los intereses de los pequeños productores”.
A poco del lanzamiento del SAOCOM 1B, otros proyectos satelitales ocuparán la agenda del año que viene, como el satélite SABIA-Mar y un proyecto de satélite meterológico de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que tendría financiamiento del BID y que podría construirse en la Argentina, con el aporte de las capacidades satelitales de la CONAE e INVAP. También proyectan relanzar el programa de acceso al espacio con lanzadores propios.
“La pandemia también nos ha dado la oportunidad de pasar de los prototipos de laboratorio a escalarlos y producir un millón, como se hará con los tests de NEOKIT que fabricará Y-TEC. Muchos han descubierto la importancia de trabajar con el sector productivo”, agregó el ministro.
Según Salvarezza, en la pospandemia el esfuerzo será dirigido “a una unidad que va a tener que atender la pobreza y el problema alimentario, que va a trabajar sobre misiones que potencien proyectos de desarrollo en áreas como tecnología de alimentos, acceso a la salud y agricultura familiar –para el que se destinaron recientenmente fondos por 1000 millones de pesos en el marco del Plan Argentina contra el Hambre–. Buscamos que la ciencia sea un instrumento para resolver problemas de la sociedad y buscamos los canales para eso. Desde el laboratorio a la producción es nuestra consigna y ese camino vamos a transitar. Tenemos la convicción de que hay que financiar toda la ciencia, pero debemos poner el foco en las necesidades urgentes de nuestra sociedad”, dijo. Y concluyó: “Los investigadores salieron a responder cuando se los convocó para enfrentar la pandemia, no pidieron nada a cambio, se pusieron a trabajar con lo que había, con el sistema golpeado por Macri, es un crédito que nos han dado”.